Un estudio desarrollado en Austria permitió identificar una bacteria dentro de la semilla del arroz que inhibe enfermedades en el cultivo de forma eficaz y respetuosa con el medio ambiente, publica Fundación Antama.
El Instituto de Biotecnología Ambiental de la Universidad Tecnológica de Graz (Austria) consiguió demostrar cómo una bacteria dentro de las semillas del arroz puede proteger al cultivo de los patógenos destructivos de las plantas. El objetivo es conducir a una resistencia completa hacia un determinado patógeno que se transmite naturalmente de una generación de plantas a otra.
Dentro de la investigación se tuvo en cuenta que en la provincia de Zhejiang de China se observó que el genotipo del arroz (cultivar Zhongzao 39) a veces era resistente al patógeno vegetal Burkholderia plantarii, que conduce a malas cosechas y produce una biotoxina que provoca daños en los órganos y tumores en personas y animales expuestos.
A partir de esto, el grupo de investigación internacional decidió examinar el microbioma de las semillas de arroz de diferentes regiones y encontró que las plantas resistentes tienen una composición bacteriana diferente dentro de las semillas, con la bacteria Sphingomonas que significativamente está más presente en las semillas resistentes.
Durante el estudio los expertos aislaron la bacteria de las semillas e identificaron la bacteria Sphingomonas melonis como la unidad funcional. Esta bacteria produce un ácido orgánico (ácido antranílico) que paraliza al patógeno y lo vuelve inofensivo. La bacteria se establece en ciertos genotipos de arroz y luego se transmite de forma natural de una generación de plantas a la siguiente.
En ese sentido, se destaca que la composición bacteriana es un factor decisivo para el desarrollo de los cultivos. Tomislav Cernava, científico del instituto encargado del estudio, al respecto, señaló: “El potencial de este conocimiento es enorme. Esta estrategia se utilizará en el futuro para reducir los pesticidas en la agricultura y, al mismo tiempo, lograr buenos rendimientos de los cultivos”, puntualizó.
[Fuente: Fundación Antama y Universidad de Tecnología de Graz]