La rotación entre la soja y la gramínea, que luego es aprovechada por el ganado, genera un triple beneficio, porque permite el descanso de la pastura permanente de la unidad productiva en invierno, la ganancia de peso de los animales en épocas difíciles y el reciclado de nutrientes para el área agrícola, mencionó a Productiva Jesse Weaver, directivo de la Hacienda Weaver, establecimiento ubicado en la zona de Chirigüelo, departamento de Amambay. Agregó que en esta campaña fueron sembradas 100 hectáreas de la variedad marandú en campos agrícolas y se llegó a una carga de cinco unidades ganaderas por hectárea.
El productor explicó el modelo rotacional que se viene implementando dentro de la unidad productiva, donde a la soja tempranera se le da secuencia con el cultivo de maíz dentro de una ventana ideal, la siguiente ventana es destinada al sorgo granífero y la última ventana de siembra de la entrezafra se queda para la Brachiaria soltera, que luego es destinada a la ganadería.
«Normalmente, se usa la Brachiaria ruziziensis, pero nosotros optamos por la variedad marandú porque es más fuerte, tiene raíces más profundas y agresivas. Además, aguanta más el pisoteo de los animales», aseguró.
Asimismo, destacó que la Brachiaria marandú tiene una adaptación muy buena a la zona y más flexibilidad en cuanto a la fertilización. Además, su rastrojo es más fuerte y tarda más en deteriorarse, y sirve como una cobertura de paja para el siguiente cultivo, que es la soja nuevamente.
«También permite usar herbicidas como el metsulfurón, que controla malezas de hojas anchas, por lo que conviene para el caso de la soja por el tema de la buva», remarcó. Una vez que la gramínea toma fuerza se concreta el proceso de integración con el pastoreo directo con los animales.
Weaver aseguró que este manejo permite una triple ganancia, porque a las pasturas permanentes, que sufren más el impacto del clima, se les otorga un descanso, mientras que las parcelas agrícolas reciben el estiércol bovino, al tiempo de que el ganado controla la masa de la Brachiaria para que no pueda acarrear problemas de plantabilidad, y se engorda el ganado en una época en la que, generalmente, pierde peso.
«Es un sistema donde una parte del campo destinamos a esa modalidad y la idea es ir rotando en un sector de la estancia que permita la facilidad en relación con el alambrado y el manejo de los animales», señaló.
Comentó que los animales disponen de la pastura entre 60 a 90 días, dependiendo de la programación de la siembra de ese año, pero que le da la posibilidad de poder extender. «Una toma de decisión que se puede hacer sobre la marcha, dependiendo de cómo está la pastura permanente y la carga de los animales, y la planificación del cultivo de la soja u otro cultivo que se puede hacer en verano», expresó.
Weaver sostuvo que en esta campaña se destinaron 100 hectáreas para el cultivo de pastura. «Normalmente, el cultivo permite una carga de 5 animales por hectárea; si son años buenos, solemos hacer la fertilización. La fertilización de la soja ya hacemos en el cultivo de Brachiaria, hasta alzar la carga a 7 u 8 animales», resaltó y agregó que lo ideal sería trabajar con animales de terminación, pero la situación de cada campo abre un abanico de posibilidades para la toma de decisión.
«Este año, básicamente, hicimos hacienda general, tratamos de alienar todos los campos ganaderos, eso permite que cuando tomemos la decisión de desecar y sacar los animales del área agrícola, las pasturas permanentes ya estén otra vez recuperadas», afirmó.
Recalcó que este es un manejo integrado para la pastura permanente, el animal y los cultivos de parcelas agrícolas. Agregó que se viene trabajando con una fertilización dirigida con mapeo. “Entonces, hacemos al voleo y solemos adelantar la fertilización en invierno para que la propia pastura vaya aprovechando y como es pastoreo directo, hay un reciclado de nutrientes con los residuos de los animales en las parcelas”, aseguró.
Finalmente, señaló que el impacto de los pisoteos de los animales en las parcelas agrícolas es mínimo y que se puede manejar correctamente con una desecación en tiempo y forma.
[Foto: Jesse Weaver / Productiva C&M]