En el departamento de San Pedro muchos productores pecuarios se jugaron por la agricultura y ahora están volviendo nuevamente a la ganadería, expresó a Productiva el Ing. Agr. Rodolfo Grau, productor agrícola y ganadero de la zona. Subrayó que hay que encontrar el justo equilibrio entre los dos sistemas de producción, ya que no son antagónicos y pueden ser de mutuo apoyo para mitigar riesgos financieros y asegurar la sostenibilidad del negocio. Agregó que después de tres años malos hay mucha esperanza de tener una buena cosecha y poder amortizar las deudas.
Grau comentó que mucha gente se jugó por la agricultura y ahora está volviendo a la ganadería, pero, según el profesional, hay que encontrar el justo equilibrio entre los dos sistemas de producción. “No son antagónicos, al contrario, hay más simbiosis, más amistad y un sentido de apoyo mutuo entre la ganadería y la agricultura”, afirmó.
Resaltó la importancia de diversificar los rubros para mitigar el riesgo económico y asegurar la sostenibilidad de la unidad de producción. Inclusive, especificó que la ganadería tendría la posibilidad de diversificarse nuevamente, en varios segmentos como la producción porcina, ovina, aviar y la producción de leche, que podría representar un flujo de caja constante.
“Hoy hablamos de tres canastas: agricultura, ganadería y la parte forestal. En la parte ganadera tendríamos que estar diversificando nuevamente en varios nuevos nichos, algunos no son tradicionales y no conocemos a cabalidad, tenemos que aprender y adecuarnos a esa situación”, resaltó.
Subrayó que, en su caso, trabaja con el cultivo de la soja desde el año 2003. “Mi experiencia es de 22 años de agricultura y todos creíamos que la agricultura era la panacea e iba a dejar de lado a la ganadería”, recordó.
En ese sentido, señaló que esta campaña, luego de tres años muy complicados, se está poniendo bastante “linda e interesante”. Explicó que en el 2024 la soja tempranera salió bien, pero la medianera y la tardía fueron “un total desastre”, acotó.
No obstante, para esta campaña las lluvias están llegando bien y hay un panorama mucho más alentador para la zafra 2025/26. “Volvimos otra vez a plantar, volvimos a jugarnos por la tempranera y está bastante bien”, precisó.
Señaló que el suelo de la región es franco arenoso, lo que hace que la humedad se disipe rápido, a pesar de las lluvias permanentes, por lo que la sequía de enero y febrero suele ser crítica. “Hasta ahora vamos bien, tenemos esperanza de una buena cosecha y poder amortizar deudas de los tres años malos”, expresó.
Agregó que la agricultura en San Pedro vino para quedarse y ya está bien diversificada, pero resaltó la necesidad de reinventar y actualizar las buenas prácticas agrícolas y el uso de la tecnología. Enfatizó la importancia de la rotación entre leguminosa y gramíneas para la estructuración del suelo y el control de malezas, plagas y enfermedades.
Subrayó que el alquiler de tierra seguirá siendo una forma de negocio, pero que, actualmente, se está renegociando con datos reales de rindes. “En algún momento se llegó a la locura de pagar 750 a 800 kg por hectáreas, sin tener en cuenta el cultivo de la zafriña. Sin embargo, hoy en día estamos llegando a un punto de equilibrio de 600 kg por hectárea y en el cultivo invernal se está negociando entre 5 a 10 % de rendimiento de ese cultivo”, explicó.
Apuntó que hoy en día se manejan estos números, lo que el productor consideró una negociación más o menos justa tanto para el que está alquilando la tierra como para el que la está arrendando.
Por último, preció que el costo del cultivo de la soja está alrededor de USD 400 la hectárea en campo propio y que se debe añadir el costo de la tierra dentro de la ecuación económica, si se trabaja en parcelas alquiladas.
[Foto: Rodolfo Grau / Archivo / Productiva C&M]