Indudablemente, la agricultura va fortaleciendo a la actividad ganadera. La experiencia desarrollada en Grupo AV, en donde se apuesta por una recría y un confinamiento altamente eficientes, es digna de compartir. Productiva C&M visitó la unidad de confinamiento de la empresa, ubicada en San Ignacio, Misiones, en donde se establece un plan efectivo para obtener una ganancia de peso sólida, que permita lograr una terminación eficiente de los animales.
André Valcarenghi, director de Grupo AV, recibió al equipo de Productiva y tras un recorrido, explicó que la ganadería se mueve en la empresa al ritmo del sistema agrícola. Aquí se tiene un sistema de engorde intensivo, pero la cría se desarrolla en Ñeembucú y la recría en San Pablo (Misiones).
Mencionó que los animales ingresan al confinamiento con alrededor de 300 kg, en donde inicialmente se establece una adaptación de 20 días, para luego permanecer en un ciclo de 100 a 110 días, periodo dentro del cual se logra un peso promedio de 480 kg. “Depende mucho del peso de entrada, pero en promedio se mantienen durante 100 a 110 días en cerrados en el feedlot”, precisó.
El maíz es un rubro estratégico en esta unidad de producción. Allí se siembran 720 hectáreas de maíz para atender la necesidad del confinamiento. De esa superficie, 350 hectáreas son destinadas para el ensilaje de maíz y el resto se orienta a la elaboración de un grano entero húmedo, que será almacenado en silobolsa con 33 % de humedad. Este recurso forrajero se molina y se embute y se convierte en una excelente torta, que al momento del suministro a los animales se complementa con el ensilaje de maíz, sumado a un núcleo mineral comercial del mercado.
Con este esquema empleado, los animales logran ganar 1,5 kg por día y el objetivo en la empresa es terminar de la manera más rápida posible el ciclo, sobre todo en los intervalos donde se registran buenos precios en el mercado. “En los años anteriores, con los precios bastante ajustados, era muy complicado invertir en confinamiento, pero en gran parte de la presente temporada mejoraron los precios, hecho que posibilita intervenir el sistema y acelerar el proceso de terminación conforme la necesidad del mercado. Cuanto más rápido terminás, más se aprovecha”, subrayó.
Genética. El productor manifestó que la genética tiene una injerencia relevante dentro del sistema de confinamiento. “Cuánta más genética se dispone para el confinamiento, el resultado será mejor”, aseguró.
Expresó que cuando se tienen animales con buena genética es posible ganar en promedio entre 1,5 y 1,6 kg diarios, pero cuando se tiene uno de una genética no destacada, apenas se podría llegar a 1,1 kg con el manejo empleado en esta unidad de confinamiento. “La genética cuesta, pero brinda mejores resultados”, enfatizó.
Cría y recría. Al inicio de este camino la experiencia en la cría no fue satisfactoria, pues presentaba índices productivos poco eficientes; sin embargo, con el paso del tiempo y con la intervención más efectiva fueron eliminando las vacas y vaquillas improductivas y se fue elevando la capacidad de las áreas de cría y recría.
En la actualidad, con la calidad genética, sumada a los buenos resultados en la cría y recría, es posible mantener un engorde efectivo durante todo el año, que es lo que todo productor ganadero siempre busca.
Indicó que la empresa hace cuatro años viene manteniendo un espacio físico para el encierre de 1000 a 1100 animales por ciclo. Hoy el 80 % de los animales confinados corresponde a lotes criados en la misma unidad de producción y el 20 % restante, a animales de compra.
El confinamiento siempre fue ajustado al costo, pero existen muchas expectativas de que el mercado pueda mantenerse más interesante para la realización de nuevas inversiones.
[Material publicado en el segmento Ganadería Productiva de la edición 128 de Revista Productiva, página 20]
[Foto: unidad de confinamiento del Grupo AV / Revista Productiva]