El Ing. Agr. Fabricio Krzyzaniak, director de Farm Consultoría y CEO del Simposio Internacional de Malezas (SIMAL 2025), mencionó en Nación Productiva que el 40 % de las áreas productivas de Paraguay ya tiene presión de kapi‘una (Bidens pilosa) y prácticamente el 30 %, de ka‘aruru (Amaranthus hybridus), que junto con la buba (Conyza) son las tres principales malezas que pueden restarle productividad a la agricultura empresarial. Destacó que el costo del manejo de estas plantas dañinas está entre USD 100 y USD 120, pero que puede llegar a USD 150. Agregó que el principal factor para lograr un trabajo eficiente es el conocimiento, además de un control integrado para bajar los costos y resguardar los rindes de los cultivos. 

 

Krzyzaniak expresó en el agroclásico de los domingos, donde fue abordado el manejo de las malezas y su incidencia en la producción, que es un año un poco difícil para la agricultura de manera general, pero que el herbicida es un gasto necesario. “Históricamente, los fungicidas son el grupo de costo más alto, pero año tras año hemos visto que los herbicidas están quedando más caros, no necesariamente los productos, pero el manejo queda más caro”, resaltó.

 

Recordó que el kapi´i pororo (Digitaria insularis) fue inicialmente la principal maleza cuando se volvió resistente al glifosato, después la buba (Conyza) cuando también se tornó resistente a este químico, luego a inhibidores ALS y, por último, a 2,4D y así sucesivamente.

 

Según el profesional, el 40 % de las áreas productivas de Paraguay ya está infestada por kapi ‘una (Bidens pilosa) y prácticamente el 30 % ya tiene ka‘aruru (Amaranthus hybridus). “Hoy, si hablamos de Paraguay, son prácticamente estas tres malezas Amaranthus, que es de muy difícil manejo, Bidens, que también es de difícil manejo, pero estamos con el tiempo a controlarlas bien, y la buba (Conyza), porque siempre está en la parcela y si nosotros nos equivocamos, vamos a tener problemas de manejo”, enfatizó.

 

Destacó que el kapi´i pororo también cuenta con una presencia importante, pero el 98 % de las áreas son controladas todavía con cletodim, que es un graminicida bien conocido. “Pero tenemos áreas en Paraguay en las que ya tenemos amargoso (kapi´i pororo), que es resistente al glifosato, cletodim”, remarcó.

 

Agregó que la buba (Conyza) está presente en todas las áreas, como así también el kapi´i pororo o capim amargoso. “Nosotros, prácticamente, ya aprendimos a manejar estas malezas, algunos ajustes hacemos cada año; por ejemplo, hemos visto que la buba estamos aumentando un poquito la dosificación que hacemos de glufosinato, pero otras malezas están ganando protagonismo en las áreas, por eso que la gente llama a preguntar prácticamente sobre ka´aruru, lecherita, kapi ‘una”, manifestó.

 

Enfatizó que el primer factor para un correcto manejo es el conocimiento. “Lo que usamos hoy para manejar el kapi ‘una (Bidens pilosa) son prácticamente los mismos productos que teníamos cuando apareció en 2019 en Paraguay, solo que hoy tenemos conocimiento e información, entonces es eso lo que falta para la gente de campo, cada año los conocimientos se van adaptando y cada año nosotros si no nos actualizamos, quedamos desfasados”, subrayó.

 

Krzyzaniak explicó que a medida que se fue usando la soja RR resistente a glifosato, se inició el proceso de selección de bióticos de plantas resistentes a esta tecnología. “Entonces, lo que tenemos hoy es una selección de malezas que fueron con el tiempo seleccionadas”, destacó.

 

El costo de manejo se va incrementando, ya que cuando la planta muestra cierta resistencia es necesario entrar con un producto específico para esa hierba indeseada. “Hoy día el costo de manejo de malezas está entre USD 100 a USD 120, pero dependiendo de las malezas, hay parcelas con costo mayor de USD 130 a USD 140 por hectárea, es un costo elevado”, acotó y agregó que hubo casos en los que el costo alcanzó USD 150 la hectárea, superando el valor de fungicidas por hectárea.

 

Enfatizó la importancia de un manejo integrado, ya que cada maleza puede dejar pérdidas significativas para el productor. “Cuando se pierde el control de ka ‘aruru (Amaranthus) puede bajar 80 % el rinde de la soja, la buba también impacta mucho, el kapi ‘una también vamos a tener más de 50 % de baja de rinde, lecherita es otra maleza compleja que puede bajar más del 60 % de rinde; tenemos que integrar todos los métodos de control para que de esa manera podamos bajar los costos, el estrés para la soja, para que los cultivos puedan rendir, tenemos que mirar como un todo, no podemos mirar una sola maleza”, resaltó.

 

Recalcó que las principales malezas en nuestro país son Conyza, Amaranthus y Bidens. “La Conyza siempre se maneja en la desecación en la presiembra de la soja, difícilmente vamos a tener germinación dentro del cultivo de la soja; para control de Bidens la principal molécula es clomazone, y flumioxazina es una alternativa también, y Amaranthus es una maleza de fácil control a través de preemergentes como sulfentrazone, motaloclor, piroxasulfone y en posemergencia es un poco difícil su manejo, porque es muy rápida, pero vamos a usar fomesafen o fomesafen asociado a la molécula benazolín”, concluyó.

 

[Foto: Bidens pilosa / Archivo / Productiva C&M]