El empleo de tecnologías y el mejoramiento genético vegetal son puntos fundamentales para el progreso de la agricultura, que tiene un impacto en el desarrollo económico y social de los países, por lo que es esencial destinar recursos en programas de investigación y herramientas que potencien la actividad.

 

Actualmente, existen varias maneras de aumentar la producción agrícola, como el uso racional del suelo y la rotación del cultivo; no obstante, la aplicación de tecnologías y mejoras en la genética vegetal han sido elementos determinantes en este proceso.

 

Según la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura (FAO), los programas de mejoramiento son métodos sistemáticos y estructurados destinados a modificar la composición genética de una población (planta, animales) sobre la base de criterios objetivos. El mejoramiento genético constituye una parte operacional de todos los programas de manejo intensivo en el mundo.

 

En Latinoamérica, Paraguay se destaca como productor y exportador de alimentos y suma otro valor agregado: la generación de nuevas variedades de productos mediante los diferentes programas de mejoramiento que ejecutan organizaciones tanto privadas como estatales, entre ellas el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio).

 

El Inbio, en conjunto con otros sectores públicos e instituciones privadas, lleva adelante programas de mejoramientos de trigo y soja, atendiendo siempre las necesidades del productor, destinatario de los resultados logrados en estos programas de investigación. Un ejemplo claro son las variedades Sojapar, que están adquiriendo cada vez más protagonismo a nivel nacional e internacional.

 

Hoy en día, los productos se enfrentan a varios desafíos, como el control de enfermedades, insectos y las condiciones climáticas adversas. Para ello es importante el uso de la tecnología resultante de los programas de mejoramiento, una alternativa que contribuye en el incremento de las cosechas mediante la creación de variedades mejoradas, aptas para las condiciones agroecológicas particulares de cada región y con suficiente fuerza para tolerar las presiones que sufren.

 

Aunque se crea que es algo reciente, el mejoramiento genético de las plantas o el conjunto de procedimientos que busca maximizar los beneficios asociados a su cultivo y consumo es un fenómeno que acompaña a la humanidad desde hace miles de años.

 

Originalmente, el maíz o teocinte no era comestible ni tenía granos de choclo, hasta que por intervención del hombre fue mejorando genéticamente y se logró la textura y los granos que hoy posee este cereal. Otras plantas como el trigo, tomate, zanahoria y frutilla han sufrido igualmente grandes cambios.

 

El desarrollo de las innovaciones en mejoramiento vegetal ha valorizado a las diferentes especies, diversificado su utilidad en algunos casos. La efectividad y éxito de un programa de mejoramiento es que llegue al destino correcto que es el productor.

 

[Fuente: Inbio] [Foto: Evolución del trigo / Inbio]