El endurecimiento de los aranceles aplicados por Estados Unidos a la carne bovina de Brasil está reconfigurando el mapa del comercio cárnico en América. Desde agosto de 2025 el país vecino enfrenta una tarifa del 76,4 % para ingresar al mercado norteamericano, mientras que Paraguay fue uno de los países beneficiados por la política comercial del presidente Donald Trump, al recibir tasas preferenciales del 10 %.

 

Según un reporte del Portal DBO de Brasil, esta diferencia ha tenido un impacto inmediato: entre enero y septiembre de 2025 las exportaciones paraguayas de carne bovina a Estados Unidos crecieron un 75 %, en comparación con el mismo periodo del año anterior.

 

En paralelo, Paraguay aumentó en 55 % sus importaciones de carne brasileña durante el mismo lapso. Según versiones del mercado, parte de esa proteína importada podría estar siendo utilizada para abastecer el consumo interno paraguayo, lo que libera la producción local para atender la creciente demanda del mercado estadounidense.

 

Una fuente del sector comercial explicó que esta estrategia no es ilegal y forma parte de las prácticas habituales del comercio internacional. “Se trata de una operación comercial legítima, siempre que la carne no sea reexportada como si fuera de origen nacional sin cumplir con los requisitos sanitarios y de trazabilidad correspondientes”, aclaró.

 

Además de Paraguay, otros países como México, Argentina y Australia también han incrementado sus compras de carne brasileña, al mismo tiempo que ampliaron su participación en las exportaciones de carne bovina hacia Estados Unidos, consolidando así una nueva redistribución de roles en el comercio mundial de proteínas.