La pasión por la agricultura y, principalmente, por el suelo chaqueño ha llevado a Ronny Hoeckh a desarrollar un proyecto agrícola bajo riego que está generando experiencias, aprendizajes y resultados.

 

En la lejana región de Infante Rivarola, departamento de Boquerón, nació Agro Sena, con el propósito de emplear prácticas que promuevan el desarrollo de una agricultura sostenible. Durante la visita de Productiva C&M por tercera ocasión, el propietario de la unidad de producción destacó que existe un futuro promisorio con el cultivo de trigo durante el invierno con sistema de riego, aunque el potencial se limita por la disponibilidad de energía eléctrica.

 

Sin embargo, en este establecimiento se realizaron trabajos de estudios de suelo para una evaluación de su microbiología, con el objetivo de determinar su capacidad receptiva para planteos de alta productividad. Así fueron sumando experiencias y en la última campaña el trigo dio un salto de productividad, pues llegó incluso a una productividad récord de 4000 kg/ha.

 

Hoeckh comentó a Productiva que realizan rotación de dos cultivos al año, teniendo en cuenta la zafra y la zafriña. En verano siembran soja, sésamo y maíz, aunque en este periodo del año aún existen desafíos por cumplir. Acotó que también incorporaron poroto mung, pero no lograron buenos rindes. “Aquí tenemos un alto contenido de limo y arcilla que en algunos cultivos genera efectos secundarios adversos”, enfatizó.

 

Manifestó que alcanzar 4000 kg por hectárea de trigo genera un margen de rentabilidad en el negocio, pero el gran desafío en esta unidad de producción es buscar una alternativa que pueda responder fehacientemente durante el verano. “Estamos hablando de cultivos con riego, sumado a fertilizantes que nos pueden dar una mano para elevar la productividad dentro del sistema”, indicó.

 

En la última campaña hubo lluvias importantes, lo que evidenció la necesidad de contar con un sistema de drenaje. “Esto nos obliga a considerar, pero fue un año anormal. En esta zona tenemos 500 a 600 mm por año, pero en este verano tuvimos más de 1000 mm”, indicó.

 

Con este nivel de precipitaciones, en la actualidad existe una elevada humedad en el subsuelo, aunque destacó que de igual manera dio unos golpes de riego para complementar la humedad para el cultivo en plena etapa de desarrollo. “Estamos arrancando bastante bien. Estamos realizando un manejo efectivo para alcanzar los 4000 kg por hectárea nuevamente”, aseguró.

 

Manejo. El Ing. Agr. Arnaldo Gómez, responsable técnico agrícola de Agro Sena, habló del manejo del suelo desarrollado, que consistió en el movimiento de la rastra incorporadora antes de la siembra, que posibilitó, posteriormente, una mejor emergencia de la planta.

 

Por otra parte, habló sobre la aparición de enfermedades en el trigo, principalmente brusone, en campañas anteriores. Para establecer un manejo efectivo, en esta zafra prevén aplicaciones preventivas de fungicidas, además de insecticidas. “Estamos buscando más tecnología para elevar la productividad. Además de riego, estamos haciendo dos aplicaciones para el control de enfermedades”, manifestó.

 

En el invierno, con el riego se puede cubrir la necesidad de los cultivos, pero en el verano, si bien se la puede complementar, no se la puede suplir. Comentó que la idea es sumar cultivos de cobertura para mejorar la capacidad de infiltración de los suelos, de modo a lograr una mejor penetración de agua y nutrientes, ya que se pueden generar casos de compactación.

 

En cuanto a los criterios de selección de variedades a ser sembradas en esta unidad de producción, el profesional comentó que los materiales deben gozar de buena sanidad y buen peso de 1000 granos. Acotó que en la campaña anterior realizaron contaje de espigas en grano lechoso, en donde se identificaron 420 espigas por metro cuadrado y con esa cantidad proyectada a la cantidad de plantas por hectárea, el rendimiento estimado fue de 5500 a 6000 kg, pero, finalmente, se logró consumar un rendimiento de 4000 kg, un promedio histórico en la empresa chaqueña.

 

Mirando de reojo la campaña siguiente, tras la cosecha de trigo, en esta unidad de producción se prevé la siembra de sésamo, maní y soja.

 

Fertilización. Luego, el Ing. Agr. César Sena, asesor técnico comercial de Timac Agro Paraguay para la región del Chaco, comentó que la fertilización del sistema de producción comienza a tener mayor presencia en suelo chaqueño. “En la región Oriental se viene hablando de esto y actualmente comenzamos a desarrollar este concepto en el Chaco. Estamos con nutrición inteligente, porque no solo pensamos en el cultivo, sino en el siguiente que se va a implantar en la misma superficie. Nos importa el aporte que la línea de productos puede generar en esta región”, destacó.

 

También mencionó que el trabajo con fertilizantes granulados tiene ciertas limitaciones, porque el productor no está acostumbrado a manejar esta tecnología. Por dar un ejemplo, acotó que las maquinarias llegan al Chaco sin la caja de fertilizantes y eso fue un gran desafío para generar esa experiencia para el productor chaqueño.

 

Explicó que con el Sulfammo tuvieron una gran experiencia, pues les incorporaron cajas fertilizadoras a las sembradoras para establecer un trabajo en forma de chorrillo en el surco. “Nos ayudó a que el fertilizante no se escurra y con el paso del rodillo iban pasando los gránulos del fertilizante. Eso nos permitió que el productor esté protegido y tenga humedad para ir liberándose de manera gradual para que la planta aproveche de manera sostenida”, indicó.

 

Sobre este punto, el propietario del establecimiento comentó que el suelo chaqueño es rico en nutrientes, pero deficiente en otros. Tenemos 200 a 300 ppm de fósforo, pero falta nitrógeno, por ende, se lo debe añadir para tener una buena respuesta.

 

Don Ronny dijo que sin riego (en secano) y sin fertilización los rindes son bastante bajos. Sin estas tecnologías, la productividad media del trigo estaría entre 800 y 1200 kg, mientras que, con el manejo empleado, se llega a 4000 kg por hectárea.

 

Por otro lado, Sena comentó que con base en la apertura de esta unidad de producción se pudieron establecer ensayos para acompañar el desarrollo del trigo. Para ello la empresa dispuso de análisis de suelo y se tomaron los datos necesarios que el productor necesitaba para llegar a una máxima productividad. “Nuestras soluciones nos permitieron conocer más sobre el posicionamiento de fertilizantes hidrosolubles para trabajar con fertirriego para tener una fertilización más equilibrada y más rentable”, expresó.

 

Comentó que están trabajando con una nutrición equilibrada con base en una composición de 23 % N, 5 % P, 5 % K y 29 % S, más microelementos como zinc y boro. Agregó que mediante esta solución se busca reducir los efectos del estrés en el Chaco. “Contamos con el mayor desafío con las limitantes del clima; el producto nos ayuda a superar esa condición”, indicó.

 

Mediante este sistema de trabajo tratamos de exponer que, efectivamente, si bien el Chaco en muchos casos no necesita fertilización, es necesario establecer un plan de trabajo para equilibrar los nutrientes disponibles, disponibilizar aquellos que están presentes y complementar con el suministro de los faltantes.

 

[Material publicado en el segmento Agricultura Productiva de la edición 130 de Revista Productiva, páginas 16 y 17]

 

[Foto: vista aérea de Estancia Agro Sena / Revista Productiva]