La intervención con tecnología, innovación y conocimiento puede brindar un salto de productividad en las áreas ganaderas de campos tradicionales. Esta es la experiencia del productor Orian Wedekull, propietario de Estancia Isla Corá, ubicada en Arroyos y Esteros, Cordillera.
El productor destacó que se trata de un campo virgen, con muchas características de un manejo tradicional, con gran cantidad de hormigueros que revelaban la condición de los suelos de esta unidad de producción. Pero con el propósito de cambiar el curso de este campo, se establecieron los planes de drenaje y la preparación del suelo para desarrollar la pastura. “Isla Corá era una estancia que se destacaba por tener áreas degradadas y con falta de balos para drenar el campo; teníamos mucha agua”, indicó.
Comentó que se diseñó un trabajo para establecer un manejo eficiente del agua, de modo a que no se quede inundado el campo. Anteriormente, se trabaja más de manera folclórica, con baja carga animal, pero ahora, con la incorporación de tecnología, se tienen expectativas bastante elevadas.
Además de darle condiciones al suelo para lograr una pastura de mayor calidad, también están proyectando del desarrollo de áreas para la producción de ensilaje de sorgo y maíz, con el objetivo de complementar la nutrición animal.
Si bien, en la actualidad, en esta unidad de producción se desarrolla la actividad de cría, el objetivo es llegar al ciclo completo.
Trabajos. Por su parte, el Ing. Zoo. Nelson Chamorro, responsable de Grasstech, comentó que arrancaron los trabajos con un análisis de suelo para evaluar su textura, con el objetivo de realizar las correcciones químicas y proyectar luego las intervenciones del campo, como la elección de las variedades de pasturas y la mecanización del terreno, además del uso de fertilizantes.
Para una buena formación de pasturas es fundamental tener en cuenta la cantidad de plantas por metro cuadrado. “Lo ideal es tener una buena cobertura y producir masa verde, que luego será masa seca”, acotó.
Manifestó que el gran desafío es trabajar sobre el suelo para permitir que las raíces de las pasturas puedan desarrollarse de manera sana, lo que a su vez permitirá una mejor infiltración de agua y nutrientes.
Otro aspecto indispensable a tener en cuenta es la altura del consumo del pasto. Se debe verificar, realizar testeos y simular el consumo animal para que no se cometan errores como un sobrepastoreo, explicó.
Suelo. Mientras más inversiones se realicen en las áreas ganaderas, con una buena corrección, fertilización y descompactación, mejor será la respuesta a la carga animal por hectárea, señaló el Dr. Federico Barrero, especialista en suelos.
Indicó que, si se planifica una inversión de USD 1000 a USD 1500 por hectárea, se puede obtener el retorno con una alta productividad, debido al establecimiento de un sistema de la producción más sostenible.
“La resiliencia y sostenibilidad deben dejar de ser un romanticismo, porque deben ser rentables. Con esta intervención se puede lograr una mejora del sistema productivo”, indicó el profesional de larga trayectoria.
Preparar el suelo, corregirlo con calcáreo, fertilizarlo para que este sistema de producción de pasturas sea perenne y les de las condiciones nutricionales a los animales que ingresarán a pastorear, son los pasos sugeridos por el investigador.
Comentó que en esta unidad de producción se hicieron las evaluaciones para verificar la compactación del suelo y grande fue la sorpresa al encontrarse apenas 20 cm de profundidad. Agregó que se toparon con resistencias a la penetración a 4300 hectopascales (hPa) cuando que el límite es de 2000 hPa. “Allí no hay flujo de agua, no hay flujo de nutriente. Con una seca el pasto no podrá pasar más de 40 días y los animales a la vez no recibirán la calidad de nutrientes que requieren con este nivel de compactación”, manifestó.
Es necesario comenzar a manejar ciertos criterios técnicos para elevar la capacidad receptiva de las pasturas. Acotó que periódicamente se debe realizar un buen diagnóstico físico para medir la capacidad de retención de su suelo, de modo a tener información sobre el punto de marchitez del suelo y determinar el nivel de compactación. “Si eso se hace antes de realizar la siembra del pasto, sería esencial, porque ahora en un campo como este es necesario un subsolador para romper una capa de arado para posibilitar el desarrollo de las raíces, absorber nutrientes y agua para que sea más sostenible el sistema”, acotó.
Finalmente, la experta en pasturas, la Prof. de la Universidad Federal de Sao João del Rei, Janaina Martuscello, comentó que es necesario realizar una buena planificación, un análisis de suelo, las correcciones, las fertilizaciones para lograr un suelo con equilibrio, ya que este recurso no es infinito. Además de eso se debe trabajar en el control de malezas, enfermedades y plagas para tener una buena formación de pasto. “El primer pastoreo es esencial para tener una buena formación de pasto”, señaló.
El gran desafío en la producción ganadera es que ese pasto sea considerado como un cultivo agrícola, de tal manera a darle todas las condiciones, pero a la par, para exigirle en los planes de producción.
Otro concepto importante que compartió fue la mezcla de pasturas, que es una buena estrategia para el suelo, pero se debe considerar cuáles son las que tienen mayor aceptación por parte del animal, para que no se genere una selectividad del pasto.
[Material publicado en el segmento Ganadería Productiva de la edición 130 de Revista Productiva, páginas 18 y 19]
[Foto: Estancia Isla Corá / Revista Productiva]