Ingresó como un rubro de alternativa en la campaña anterior. En la presente está ampliando su área y busca consolidarse como una opción para los productores, considerando sus beneficios dentro del circuito productivo. En una visita de Productiva C&M a la unidad de producción de Agropecuaria Estrella del Norte, ubicada en Naranjal, Alto Paraná, el responsable técnico y administrativo de la empresa, el Ing. Agr. Gerson Aleixio Targanski, resaltó que todos los productores están curiosos de lo que la carinata viene mostrando en las diferentes regiones productivas donde ganó espacio para desarrollarse.
En el caso de este emprendimiento familiar, es el segundo año de experiencia con este cultivo, en donde siguen aprendiendo cómo sembrarlo y cosecharlo mejor, realizar los cuidados culturales de manera eficiente y respetar las certificaciones y especificaciones de uso de defensivos agrícolas.
Las parcelas comerciales fueron aprovechadas para el desarrollo de tres testeos, con 10, 12 y, en la mayoría del área, con 14 plantas por metro. Acotó que, en la campaña anterior, sembraron con 18 plantas, pero acamaron por el gran desarrollo presentaron. En esta campaña, pese a bajar la población, igualmente acamaron, por ende, la idea es comenzar a buscar información sobre reductores de crecimiento, siempre y cuando se pueda, para obtener un crecimiento moderado de las plantas, aunque también evalúan desacelerar el plan de fertilización.
En la unidad de producción de la empresa ubicada en Naranjal sembraron 63 hectáreas, mientras que, en otro establecimiento también familiar, situado en Nueva Toledo, Caaguazú, plantaron 30 hectáreas. Allí, con la condición del suelo más arenoso, no acamaron las plantas. “Prácticamente, se llevó a cabo el mismo manejo en ambas unidades y tuvimos respuestas diferentes. Creería que en el sur, en la región de Artigas, por ejemplo, podría entrar de buena manera”, añadió.
El productor comentó que es una cultura que viene ingresando para un posicionamiento en el periodo de invierno, en lugar de zafriña. Añadió que se destaca por su capacidad de tolerar las heladas. “Ella sufrió la helada, en el periodo de botón floral; es decir, no sabemos si una helada cómo puede afectarla en plena floración o formación de silicuas. Sufrió un pequeño marchitamiento, pero volvió a recuperarse”, indicó. Por la calidad de aceite que posee es destinada para combustible de aviación.
Manejo. Comentó que en todas las parcelas fueron aplicados 1000 kg de estiércol de gallina y en otras áreas, estiércol de cerdo. En esta parcela donde se cosechó la soja se sembró milleto y se aplicó el estiércol. Posteriormente, se realizó un subsolado a 70 cm de desarrollo de la planta, seguido de la desecación previa a la siembra, que la convirtió en una superficie llena de cobertura, preparada para albergar a las semillas de carinata, que tuvo una densidad de 1,9 a 2 kg de semillas por hectárea.
Expresó que no se tuvieron ataques representativos de plagas. Al principio hubo presión de orugas, pero con la aplicación de un insecticida fisiológico se solucionó el problema, además se complementó el manejo con algunas herramientas biológicas.
El año pasado, como fueron muchas plantas por metro, se logró una productividad de 1600 kg por hectárea y en este año, como el stand fue menor, pero el desarrollo mayor, todo el campo acamó, pero la carga no se perdió, por ende, se esperan 2000 kg/ha de productividad media.
Por los precios manejados en el mercado, entre USD 390 y USD 410 por tonelada, la carinata puede ganar más superficie para la próxima campaña. Acotó que con todo el trabajo realizado el punto de equilibrio se situaría en torno a 900 y 1100 kg por hectárea.
Gerson destacó el potencial de la carinata como una alternativa de rotación de cultivo, debido a la capacidad de enraizamiento que posee y la cobertura que genera. “Esta parcela tiene 63 toneladas de masa verde, o sea 6 toneladas de materia seca, y todo lo que suma para la soja en materia de microbiología es muy beneficioso. Es una excelente alternativa”, comentó.
Pensando en la próxima campaña, el objetivo en Agropecuaria Estrella del Norte es planificar la población de plantas por hectárea y el uso de reguladores de crecimiento. “Sería un ajuste fino realizar para la campaña siguiente”, indicó.
Destacó que la carinata tiene un ciclo ideal pensando en la siembra de soja en un sistema de rotación, pero para lograr una pequeña ventana de espacio, evaluarían la posibilidad de adelantar la siembra, incluso a inicios de abril para manejar mejor el tiempo previo de la siembra de soja.
“Siempre queremos proporcionar al suelo todo lo mejor, para rotar mejor las culturas. Si no le das al suelo lo que necesita, el agricultor siempre quiere sacarle lo máximo al suelo, pero debemos darle lo que necesita porque a futuro nos puede pasar la factura”, explicó.
Indicó que, de esta manera, la carinata encaja en un sistema de rotación y le proporcionará a la soja la cama ideal para la siembra. Agregó que, debido a la buena performance de la genética de soja y la biotecnología, más el manejo empleado en las unidades de producción, se pueden lograr excelentes resultados.
Avena
Para buscar nuevas alternativas de rotación, en esta unidad de producción, donde fue sembrado el maíz con Brachiaria, se decidió producir este año una cobertura diferente del suelo.
Debido a los buenos resultados alcanzados en la etapa de desarrollo y maduración, finalmente esta parcela de avena será llevada a cosecha, que sería comercializada para planteos de nutrición animal.
“Este año fue bastante lindo. Fue un clima perfecto para todas las culturas de zafriña. El maíz, el trigo, está bastante bien, dependiendo del ambiente”, resaltó.
Al contar con una germinación aproximada de 75 %, dispuso entre 90 a 100 granos por metro lineal a 17 cm de distanciamiento de línea. Además, aplicaron 140 kg de abono 14-18-18, con lo que se logró una germinación perfecta.
Expresó que luego de la siembra vinieron las lluvias y se realizaron dos aplicaciones de fungicidas en general. Indicó que no tuvieron presión de plagas, pero de manera preventiva realizaron aplicaciones de fisiológicos para evitar orugas. “Esperamos obtener una buena cosecha y la idea es superar los 2500 kg/ha en la cosecha y que esto ayude finalmente para una buena cama de soja”, explicó.
Fertilización del sistema. El plan de fertilización es más bien aplicado al sistema de producción, de modo a que la soja pueda capitalizar esos nutrientes. Agregó que en donde se colocaron los fertilizantes con el objetivo de lograr una alta productividad de la soja, se tuvieron buenos resultados, pero, en contrapartida, en esta misma parcela se hubiese tenido un desarrollo menor y, probablemente, no tendrían la sanidad deseada. “Si no se hace bien, el cultivo te pasa la factura. Es un mal que se comete”, indicó.
Expresó que él aplicó 140 kg por hectárea de fertilizantes y el rendimiento apunta a que será excepcional.
Antes de la siembra de la avena se depositaron 3000 kg de estiércol de gallina más 90 kg de sulfato de amonio. Esto ya debió aplicarse antes, como el cloruro de potasio, pero por una cuestión de tiempo no se pudo hacer. “Iba a ayudar el cloruro para aprovecharse en la soja, pero ahora cosecho la avena y luego se aplica el fertilizante”, indicó.
Soja
Todo está listo para que entre en escena la niña bonita: la soja. De un tiempo a esta parte la oleaginosa viene teniendo distintos comportamientos en las diferentes regiones productivas, dependiendo de la época de siembra, por ende, es necesario tener en cuenta un buen escalonamiento de siembra para evitar los golpes de calor o sequía. A su vez, destacó que esta necesidad les está obligando a los productores a anticipar la implantación.
Expresó que los materiales de soja con nueva genética y plataformas biotecnológicas vienen generando muy buenos resultados y eso permite que se eleven los niveles de productividad. Además de estos factores, enfatizó que como productores es importante realizar un buen manejo del suelo; por lo tanto, es indispensable darles las condiciones ideales a los lotes.
Sugirió tener el cuidado de medir la temperatura del suelo antes de anticipar la siembra, porque la planta para poder emerger consume mucha energía y por ello desde el vamos aumenta sus requerimientos y se dilata el periodo de emergencia.
“Empiezo la siembra a partir del 10 de setiembre, siempre teniendo en cuenta el ciclo de las lluvias. Estimamos tener todo sembrado el 25 de setiembre, ya que por el tamaño de las máquinas se puede acelerar el proceso de siembra”, destacó.
[Nota de Tapa de la edición 130 de Revista Productiva, páginas 21, 22 y 23]
[Foto: cultivo de carinata / Revista Productiva]