El vecino país sigue con intenciones de recuperar el espacio perdido en años anteriores debido a la implementación de políticas poco favorables para el campo y la reciente resolución del Gobierno de Javier Milei de levantar temporalmente las retenciones es un guiño para los productores. Dentro de este escenario, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires presentó las primeras estimaciones de producción para el ciclo 2025/26, en donde estimó un aumento del 8,9% en la producción total, con récords en maíz y girasol; sin embargo, sus autoridades advirtieron que el agro argentino sigue estancado y reclamaron políticas estables, infraestructura y menor carga impositiva para liberar el verdadero potencial del sector.
Según el portal argentino Granar, el detalle de las proyecciones fue presentado por Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales porteña, quien estimó que la producción total de la campaña alcanzará 142,6 millones de toneladas, un incremento del 8,9% respecto al ciclo anterior.
Según el informe, el maíz llegaría a 58 millones de toneladas, un aumento del 18,4%, en tanto la soja caería a 48,5 millones de toneladas, un 3,6%. Mientras que el girasol treparía a 5,8 millones de toneladas, un 16% de crecimiento y el sorgo descendería a 3 millones de toneladas (3,2%).
A la cosecha gruesa se le suman los cultivos de invierno: en trigo estimaron una cosecha de 22 millones de toneladas y en cebada, 5,3 millones de toneladas.
Asimismo, destacó una mayor intención por parte de los productores de aplicar un alto nivel tecnológico en los cultivos con una inversión superior a los US$ 15.000 millones. Particularmente, se mencionó un potencial aumento de 8% en el caso de maíz con destino grano comercial, destacándose la elección de material de siembra y el uso de fertilizantes.
Pese a los números positivos, Costa matizó el optimismo: “Un récord que no sé si es para festejar tanto. En realidad, tenemos que estar festejando récords mucho más importantes. La producción argentina está estancada desde hace años, no crece de manera sistemática. Estos 143 millones de toneladas no son muy distintos de los 140 millones de 2018/2019”.
El economista explicó que factores como los derechos de exportación, la brecha cambiaria, la presión impositiva en sus distintos niveles, la falta de infraestructura, los altos costos logísticos y la inestabilidad macroeconómica han frenado el crecimiento. “En comparación con países competidores, como Brasil, estamos absolutamente estancados. Argentina debería estar produciendo 150 o 155 millones de toneladas como un nuevo normal, y no conformarse con los 130 de los últimos años”, sostuvo.
Ricardo Marra, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, reiteró la histórica postura de la institución: “Los impuestos distorsivos sobre la producción deben ser eliminados”. Y agregó: “Si bien comprendemos la situación macroeconómica y acompañamos la necesidad de equilibrio fiscal, es fundamental avanzar hacia políticas permanentes que otorguen previsibilidad y un horizonte de largo plazo”.
Marra también valoró una serie de medidas implementadas por el Gobierno nacional, como la unificación cambiaria, la eliminación de las restricciones cuantitativas a las exportaciones, la desburocratización del comercio y la apertura de mercados. Sin embargo, advirtió que para consolidar un crecimiento sostenido “la clave es establecer reglas de juego claras que permitan al sector agropecuario desplegar todo su potencial”.
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