Arranca una nueva campaña de soja, con una proyección de 11 millones de toneladas sobre una superficie de 3.6 millones de hectáreas, pero estos datos ya no son la noticia principal de esta crónica, sino el lugar donde se realizó este viernes el inicio simbólico de la siembra del principal rubro de renta en nuestro país: en Raúl Arsenio Oviedo, distrito de Caaguazú, en donde hasta algunos años la soja era vista con mucho prejuicio, pero hoy, mediante el coraje de 33 pequeños productores que llevaron adelante el noble trabajo de cultivar la tierra, se formó la Cooperativa Apagrao, por medio de la cual producen soja y los rubros agrícolas de rotación y con ello promueven una integración con la pecuaria, hecho que genera un impacto socioeconómico sin precedentes en esta región.

 

Flaminio Núñez, presidente de la Cooperativa, en más de una oportunidad habló con Productiva sobre el esfuerzo que realizaban para motivarles a los pequeños productores a sembrar la soja en esta región, pero hubo mucha gente que les influenciaba para que no sembraran este rubro.

 

Eso, indudablemente, había generado varios frentes de conflicto en esta región, pero con el tiempo y la demostración de que la soja, junto con el maíz, el trigo y otros rubros son una importante herramienta de producción y que mediante su consolidación se puede reducir la pobreza, fue cambiando la referencia en la región. Esto forma parte de una historia antigua, porque la que actualmente están escribiendo es con letras de oro, ya que habilitaron una cooperativa que en el último año facturó más de G 13.800 millones, un capital importante que fue inyectado a la comunidad.

 

En el evento de apertura de la campaña de soja 2025/26, organizado este 11 de setiembre por la Unión de Gremios de la Producción (UGP) y la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod), hubo una gran cantidad de productores de la zona, lo que le da mayor respaldo aún a este proceso de expansión de la soja en esta región.

 

A su vez, el presidente de la UGP, Héctor Cristaldo, recordó que, en su momento, el sector privado llevó al lugar algunos rubros para complementar la tarea, pero no les obligó a los productores sembrarlos. “Hoy la siembra de soja se hizo sobre un rastrojo de trigo, con una cobertura de suelo. Esto era algo impensado hace algunos años”, indicó.

 

En esta cooperativa creada el año pasado movilizaron G 13.800 millones, pero antes de organizarse no movían ni G 100 millones. “El gran desafío fue integrarle al campesino con el mediano y el gran productor en esta región”, acotó.

 

La capacitación abrió las puertas para el acceso a la tecnología. El pequeño productor vio, probó y desarrolló la técnica para mejorar la producción. “Hoy complementan la agricultura con la lechería. Esa lechería que no generaba 2 a 3 litros por día por vaca, hoy está superando los 15 litros. Siguen evolucionando y eso se transfiere en la calidad de vida de los productores y sus respectivas familias”, indicó.

 

Se demuestra que, mediante el trabajo de defensa a la propiedad privada, el trabajo asociativo, la integración de los pequeños a la cadena de valor, se genera un impacto positivo.

 

Luego, Alfred Fast, presidente de Fecoprod, mencionó que es un gran orgullo observar esta evolución de los pequeños productores que anteriormente tenían enormes dificultades, pero hoy están insertos dentro del sistema de producción.

 

Recordó que la soja permite lograr estos resultados debido a que es un rubro que siempre tiene un mercado, provee el mejor fertilizante porque nutre con nitrógeno el suelo, además de generar el arraigo de la gente en el campo, porque en donde los jóvenes trabajan con soja se quedan en sus regiones.

 

La soja tiene a más de 40.000 productores con menos de 20 hectáreas en el país.

 

Luego, José Berea, presidente de la Capeco, indicó que debido al buen clima se está avanzando rápidamente con la implantación de la soja, llegando incluso en algunas regiones al 30 % se siembra. Añadió que sigue preocupando la tendencia de los precios, la navegación, la logística, las presiones ambientales, pero lo más importante es el trabajo de campo que representa el artífice de la mayor cadena de valor agrícola del país.

 

“Se debe cuidar el campo, porque desde esta parte se inicia el valor agregado de este país, con un trabajo honesto de los productores, con un esfuerzo de la cadena de valor para generar un impacto positivo”, subrayó.

 

[Foto: inicio simbólico de la siembra de soja de la nueva campaña agrícola / Productiva C&M]