Además de la tecnología, la innovación y el conocimiento, hay mucha pasión en el trabajo desarrollado en Agroganadera Karanda´y Poty, que se evidenció durante la jornada de campo de “Ganadería Resiliente”, que se desarrolló con el propósito de exponer los conceptos de intensificación de la actividad desplegada en la región de Puente Kyjha, departamento de Canindeyú.

 

Este espacio, desarrollado el 4 de julio, fue propicio para que el Ing. Agr. Silvio Brissio, responsable de Desarrollo Técnico de Agroganadera Karanda´y Poty, explicara el sistema de trabajo empleado en esta unidad de producción. Precisó que en el ámbito de la recría buscan animales de 180 a 200 kg con una buena carga genética para que respondan al manejo.

 

El establecimiento cuenta con tres ciclos productivos. Cada cuatro meses adquieren 1500 animales, pero con la incorporación de tecnología de riego en pastura, elevarán la carga y, por ende, la compra.

 

En esta unidad de producción implementan el sistema de telemetría. En la práctica los animales ingresan al esquema a través de una ficha técnica incorporada a un software que expone el historial de cada uno de ellos. Mediante este sistema un animal no puede permanecer en el establecimiento por más de 365 días; es decir, un año, periodo durante el cual debe ganar 300 kg. “Si los animales ingresan con 200 kg, salen con 500 kg y si ingresan con 220, salen con 520. Para llegar a esos números debemos acelerar constantemente”, refirió.

 

El sistema de telemetría permite generar información cuando los animales pasan por la manga, ya sea para el trato o la sanitación. Esto permite acceder automáticamente a información sobre el ejemplar y su comportamiento, hecho que favorece la toma de decisión sobre los proveedores y el desempeño de la genética adquirida.

 

Además, la empresa incorporó el chip de alta frecuencia porque cuenta en todo el campo con bebederos inteligentes, por lo tanto, los animales son identificados y se mide el nivel de consumo de agua, luego se lo pesa y se obtiene información detallada que es cargada a la nube y está disponible en los celulares.

 

Pastura.  Comentó que antes disponían de un circuito de nueve meses en pastura, con un manejo de consorcio con dos o tres especies, entre las que sobresalen Brachiaria decumbens con marandú, además de otras C4, que, actualmente, están bajo sistema de riego, para lograr una mejor respuesta al ambiente productivo en esta región.

 

Precisó que antes contaban con dos etapas bien definidas: la primera, que se extendía durante nueve meses en pastura y, la segunda, tres meses en confinamiento. Pero a partir de junio de 2025 ya se divide en tres etapas. Inicialmente, el animal entra con 220 kg y se le destina a la pastura en secano hasta llegar a 300 kg y a partir de ahí pasa a pastura bajo riego. En la pastura en secano la ganancia media diaria es de 750 gramos por día, mientras que sobre riego es de 900 gramos por día, incluso hay pruebas en las que llega a un kilogramo por día.

 

Brissio comentó que en todo el proceso se les suplementa a los animales con un proteinado, pero con una diferenciación de la solución nutricional, que depende si el lote es destinado a pasturas en secano o pasturas bajo riego.

 

Durante el confinamiento, la ganancia diaria de peso es de 1,45 a 1,5 kg por día, completando de esta manera un ciclo altamente intensificado en la unidad de producción.

 

En este proceso incorporar la tecnología de riego tuvo una incidencia directa en la carga animal, que se elevó de 8,5 a 10 cabezas por hectárea. Acotó que en este invierno el promedio es de 8,5 cabezas y la proyección para verano asciende a 10 cabezas, mientras que en las áreas en secano la carga asciende a 3,2 cabezas por hectárea.

 

Aclaró que es importante entender que las cabezas por hectárea en el secano corresponden a la categoría de desmamantes; es decir, de pocos kilos, con promedios que rondan entre 200 y 300 kg. “Entonces, de 300 kg para arriba usamos una pastura con mucho volumen, como es con el riego. Para llegar a esos niveles de carga indefectiblemente se debe estabilizar el suelo y para ello hay que nutrirlo. Aquí en la propiedad los suelos ganaderos tienen el mismo trato que nuestro suelo agrícola de agricultura de precisión”, aclaró.

 

Actualmente, la empresa ganadera alberga en 1500 hectáreas de pastura un total de entre 4600 y 5000 cabezas en el año, que requieren una dinámica de eficiencia para pasar del pasto al confinamiento en el tiempo y con el peso requerido.

 

El gran desafío es llegar a cubrir 700 hectáreas de pasturas bajo sistema de riego, con lo que elevaría la receptividad del campo de 6500 cabezas a 10 000 cabezas anuales.

 

Eficiencia. Al disponer de los datos de telemetría, se van organizando los corrales con animales que hayan tenido ganancias diarias de peso similares, con el propósito de crear lotes homogéneos. Agregó que son 120 a 130 animales en cada corral de feedlot con 45 cm de batea para cada uno. La capacidad del confinamiento es de 3000 cabezas.

 

Para la administración adecuada de los recursos cada etapa representa una unidad de producción independiente que maneja sus costos y su capacidad de retorno. En lo que respecta a pasturas, el costo del kilo vivo producido asciende a USD 0.92 USD 0.93, mientras que en el confinamiento cambia bastante, ya que los valores incluso se duplican y llegan a entre USD 1.83 y USD 1.90 en algunas ocasiones. “Y en años anteriores hemos llegado a casi USD 2, cuando el maíz estaba a USD 220 la tonelada”, recordó Brissio.

 

Para generar una oportunidad de reducción de costos, varían la dieta con la inclusión de voluminosos como sorgo forrajero o milleto, que son cultivos mucho más baratos y de alto contenido de fibra. Acotó que el costo total asciende a prácticamente USD 1,30 por kilo producido entre la pastura y el confinamiento al final de un ciclo de un novillo o toro de un año.

 

En ese sentido, explicó que mediante el plan desarrollado en Agroganadera Karanda´y Poty no han registrado pérdidas en la actividad ganadera, incluso cuentan con registros de hasta USD 500 por hectárea de margen de rentabilidad.

 

Manifestó que el año pasado, pese a la sequía, lograron cerrar USD 220 por hectárea de margen de rentabilidad, mientras que en un planteamiento de soja se tuvo que lograr una productividad de 3200 kg por hectárea, cuando que la media histórica de la oleaginosa en la unidad de producción no superó los 2200 kg por hectárea. “Hoy con una producción de 2200 kg, con el precio actual de la soja, estaríamos con un margen bruto de USD 150 a USD 160. Con lo malo que fue nuestro recurso forrajero igual ganamos más con la ganadería que con la soja”, indicó.

 

Con base en la experiencia acumulada en esta unidad de producción, el profesional indicó que la ganadería paraguaya puede crecer de una manera importante, pero necesita seguir incorporando información en los procesos productivos para elevar la eficiencia y la rentabilidad.

 

Pilares. Teresita Adorno, directora de la empresa agroganadera, explicó que tienen en cuenta la buena genética de los animales al momento de la compra, así como la infraestructura donde deben garantizar la pastura, el agua y la sanidad de todo el proceso, porque en la recría finalmente se forma la carcasa animal.

 

Además de la suplementación, cuentan con un balance forrajero que permite establecer las mejores estrategias tanto en recría como en el confinamiento.

 

El gran desafío en la unidad de producción es generar todos los alimentos incluidos en la dieta animal. Para ello se establecen planificaciones que permitan garantizar la nutrición y que finalmente esa seguridad se transfiera a la capacidad de compra de animales.

 

La coyuntura actual con el precio del ganado en alza y con el costo de producción a la baja permite un respiro importante para la empresa, pero por, sobre todo, planificar los futuros desafíos que se vienen dentro de este proceso de intensificación de la producción de carne.

 

Agricultura. La agricultura tiene una relación fundamental porque sobre ella descansa toda la responsabilidad de generar la materia prima para el alimento y la nutrición del ganado. Actualmente, la empresa produce maíz, sorgo, milleto y todo lo que el ganado pueda consumir.

 

En caso de necesidad de algún alimento, se establece un plan para sembrarlo de tal manera a conseguir los recursos que se requieren, conforme la cantidad de animales en cada etapa del proyecto.

 

“Ahora, por ejemplo, tuvimos heladas tempraneras y eso te cambia otra vez el panorama. Si uno depende de terceros, puede tener problemas de precios o de calidad, pero cuando uno lo produce, reduce esa necesidad. Hacíamos anteriormente agricultura de renta, hoy es totalmente para consumo ganadero”, explicó.

 

Desafíos. Teresita comentó que el ser mujer le generó importantes desafíos que fueron superados. “Si me hacías esa pregunta hace seis años, no sé si me animaría a llevar adelante esto, sentiría mucha discriminación, pero hoy estando acá y viendo la cantidad de gente, yo no me siento discriminada, me siento orgullosa de todo lo que logré como mujer, y eso forma parte de lo que yo quiero inspirar a otras mujeres que se animen y que no hay ninguna vergüenza de trabajar en un mundo rural, es algo mágico y a mí me encanta, no me veo diferente cambiar los tacones por las botas, definitivamente”, destacó.

 

Sobre la jornada, comentó que tuvo el objetivo de exponer todo el trabajo aprendido y empleado en esta unidad de producción, por ende, el deseo de titularla “Ganadería Resiliente” porque todas las decisiones tuvieron limitaciones y adversidades, pero siempre se buscó encararlas con ganas, actitud y mucho trabajo, junto a un equipo humano que también adoptó el desafío como suyo.

 

[Material publicado en el segmento Ganadería Productiva de la edición 129 de Revista Productiva, páginas 20 y 21]

 

[Foto: pastura bajo sistema de riego en Agroganadera Karanda’y Poty / Revista Productiva]