Guillermo Sisul, productor ganadero de Misiones, comparte en esta edición de Revista Productiva parte de su historia de vida, a través de la cual enfrentó situaciones difíciles como la muerte de seres queridos, la deslealtad de las personas que eran de confianza y los vaivenes del mercado, pero también experimentó momentos felices como su casamiento, el nacimiento de sus hijos y logros profesionales forjados con sacrificio y esfuerzo.

 

FICHA PERSONAL

Guillermo Sisul es un joven productor ganadero. Es innovador, motivador y soñador. Forma parte de la tercera generación de productores de su familia y tomó como legado el trabajo desarrollado por sus abuelos y sus padres. Con forma una empresa familiar ganadera junto a sus primos y enfrenta los desafíos para la elevar la productividad.

 

¿Quién es Guillermo Sisul?

Soy Guillermo Sisul Planás, productor de Misiones. Mi abuelo, Emilio Sisul, oriundo de Pilar, fue hijo de un inmigrante croata y una paraguaya residenta. Se casó con mi abuela Dora Mendiondo y recibió una porción de campo como herencia. Su primera hija nació en Pilar, pero luego se fueron a vivir al campo donde tuvieron a sus otros cuatro hijos. En 1950, mis abuelos fueron acrecentando sus tierras y compraron dos campos más. Así nació la sociedad Rural Ganadera S.A., formada por ellos y sus hijos. Después, quedaron cinco hermanos al frente y mi papá asumió la presidencia. Él, posteriormente, compró los campos que hoy tenemos en Misiones. Ya no está ninguno de ellos con vida y hoy somos los primos los que seguimos, divididos en cuatro familias. Somos la tercera generación. Eran tiempos distintos, pero siempre íbamos al campo y yo los acompañaba en aquellas jornadas largas con potreros grandes, animales poco dóciles y realmente tengo muchos recuerdos. Mi papá me tuvo a los 56 años de edad, así que había una gran diferencia de edad. Hasta mis 16 años veníamos juntos al campo. Después él ya no vino más, y empezamos a venir nosotros. Él nos inculcó el amor al campo y al trabajo. Esos son re cuerdos que tengo de él.

 

¿Podrías hablarnos de las limitaciones que existían en aquel entonces?

En aquellos tiempos no había infraestructura. Para llegar al campo se iba a caballo, no teníamos vehículos como ahora y la comercialización de animales también era difícil. Todo era más lento y más difícil. También era complicada la comunicación. Me acuerdo que mi papá usaba la radio ZP12 para avisar cuándo se iba a hacer un trabajo. Se mandaba una esquela y él se quedaba en el campo, mientras otro venía a caballo atrás. Hoy todo es más dinámico; hoy hay más herramientas para afrontar el clima y más tecnología.

 

¿Cómo eras en el colegio?

Nunca fui muy estudioso, aunque siempre me fue bien. Estudiaba un día antes y sacaba buenas notas. En la universidad me fue rápido también. Me gustaban mucho la historia y cosas así. Nunca me quedé en febrero ni nada, siempre pasé bien. Desde chico vine al campo y me gustó. Sabía que me iba a dedicar a esto. Trabajé con mi hermano, con quien compartía muchos sueños. Lamentablemente, él falleció cuando yo tenía 16 años. Con él empezamos a trabajar temas de genética e inseminación, y en 1996, cuando murió, quedé a cargo. Mi papá era mayor y ya empezaron a quedar me tareas. Nunca quise ser médico ni nada por el estilo. Siempre me gustó y quería dedicarme al campo. En diciembre del 2010 me casé con Ada, que es de San Juan, Misiones. Tenemos dos hijos: Esteban y Marcelo. Este año cumplimos 15 años de casados.

 

¿Cuál fue el momento más difícil que experimentaste?

He vivido momentos difíciles, como la muerte de mi hermano, que era también amigo y papá, porque me llevaba nueve años con él. Cuando mi papá perdió la vida tras un asalto, quedé como presidente de la empresa. También enfrentamos decisiones importantes, como comprar le su parte a una hermana de mi papá, o momentos críticos como la baja de precios o la estafa de una en ese tiempo yo iba a asumir la presidencia de la Brangus.

“He vivido momentos difíciles, como la muerte de mi hermano, que era también amigo y papá, porque me llevaba nueve años con él”.

¿Y los momentos más felices?

Pero también hubo momentos lindos: mi casa miento, el nacimiento de mis hijos, premios gana dos, cuando vendimos un gran campeón que se fue a Argentina. Son hitos que van marcando tu vida.

 

¿Qué te inculcaron tus padres?

Papá nos inculcó el valor del trabajo y la honestidad, cuidar nuestro apellido y hasta ahora las veces que nos hemos comprometido siempre cumplimos la palabra, incluso sin contrato. Con el ejemplo tratamos también de llevar en alto toda la trayectoria. Papá nos enseñó de dónde venimos y a valorar nuestras raíces.

“Papá nos inculcó el valor del trabajo y la honestidad, cuidar nuestro apellido y hasta ahora las veces que nos hemos comprometido siempre cumplimos la palabra, incluso sin contrato”.

¿Cómo sos como persona?

Trato de ser buen amigo, buen jefe de familia y de empresa. Me esfuerzo por estar presente con la gente que trabaja con nosotros, darles condiciones para que amen lo que hacen. Me considero una buena persona, aunque eso se construye día a día. Estamos para ayudar a la gente y servir en lo que podemos desde nuestro lugar para engrandecer la patria. Soy bastante adicto al trabajo. Coordino tareas en varios campos, desde temprano ya reviso todo por teléfono para saber lo que se programó y qué hay que hacer.

 

Si tuvieras la oportunidad de cambiar algún aspecto de tu vida, ¿qué sería?

Sinceramente, no cambiaría nada. Todo lo que uno hace te forma como persona. Tal vez cambiaría algún momento en el que haya ofendido a alguien o discutido sin razón, pero en general, no me arrepiento.

 

¿Tenés algún sueño por cumplir?

Un sueño que tengo es sacar un gran campeón de bozal. Es algo que persigo constantemente.

 

¿Qué opinás de las personas que están en contra de la actividad agropecuaria?

Creo que la gente que está en contra de la producción lo hace por interés económico o por falta de conocimiento. Hemos trabajado generaciones para alimentarnos mejor. La población mundial crece y hay que producir para alimentarla.

 

¿Qué pensás de las presiones ambientales en la producción ganadera?

Si seguimos las leyes y respetamos, podemos producir de manera sostenible, no hay por qué estar en contra. Obviamente, hay quienes no hacen bien las cosas, pero eso pasa en todos los sectores. Cada uno sabe el camino que quiere tomar y al sentarnos a discutir esa gente no va a tener algo lógico para refutar lo que se hace en el campo.

 

Mensaje final

Siempre agradezco a quienes trabajan con nosotros. Les hago sentir parte de la empresa, que se pongan la camiseta. También agradezco a mi familia: a mi señora y mis hijos por su apoyo y comprensión. A mi familia grande, por darme la confianza de estar al frente, y los animo a continuar en el camino que estamos siguiendo e involucrarse cada vez más.

 

[Material publicado en el segmento Entrevista de la edición N° 127 de Revista Productiva, páginas 16 y 17]

 

[Foto: Guillermo Sisul / Revista Productiva]