Los campos bajos siguen siendo una de las principales regiones productivas de expansión de la frontera agrícola en la actualidad, pero su consolidación demanda mucho trabajo, esfuerzo e inversión. Productiva C&M visitó la iniciativa de Lomita S.A., emprendimiento que viene sumando conocimiento y tecnología para lograr un campo que anteriormente no tenía capacidad productiva y que hoy es capaz de sostener sistemas altamente eficientes.

 

Desde la región de Mbuyapey, departamento de Paraguarí, el Ing. Agr. Santiago Loser, asesor técnico de Lomita S.A., indicó que para una correcta estructuración del campo es importante establecer un buen desagüe, conocer cómo hacer el proyecto y seguir las líneas de ese drenaje.

 

En la unidad de producción se observa un esquema de “espina de pescado” con canales colectores que cruzan con canales transversales. “Esos canales transversales nosotros tenemos en gran parte del campo, cada 90 m, y en otros sectores, cada 120 m, que es menos superficie, y después llegando cerca del río tenemos un poco menos espaciado, cada 60 m”, destacó el ingeniero.

 

Señaló que el drenaje se despliega sobre 150 km, aproximadamente, lo cual permite la estabilidad. Este trabajo llevó tres años y ajustes constantes, acotó.

 

Loser añadió que el sistema de siembra surco camellón fue implementado este año en este campo, luego de un estudio realizado. “Sinceramente, no fue el año donde mejor se pudo expresar el camellón porque tuvimos un año con pocas lluvias, pero creemos que es una práctica que en campos bajos sí es efectiva, con lo cual trabajamos en camellón y trabajamos con valetas, que son los microcanales dentro de nuestras parcelas, donde eso los fuimos distanciando hoy esquemáticamente a razón de 300 m cruzando en los lotes”, explicó.

 

Acerca del manejo del suelo, dijo que demandó una inversión y atención específica. En los primeros años fueron realizados varios análisis de distintos sectores del campo para conocer la recomendación de aplicaciones de cal agrícola y fertilidad dentro de los cultivos.

 

En la última campaña de soja la empresa registró buenos resultados pese a las condiciones climáticas presentadas, con rindes de 3100 kg por hectárea en promedio. Loser también habló de la importancia de establecer un manejo por ambiente de todas las parcelas, que incluye la fertilización, siembra, y el plan de rotación de cultivos. Además, de encontrar un manejo de malezas más efectivo.

 

Dentro del plan de siembra de invierno se suman 200 hectáreas de canola y 150 hectáreas de trigo, aproximadamente. “Estamos convencidos de la sustentabilidad del sistema. Queremos llegar a ser un sistema de siembra directa, rotación de cultivos, manejo sustentable de nuestro suelo”, puntualizó.

 

Sobre la idea de emprender en campos bajos, Javier Gaiser, director de Lomita S.A., subrayó que hubo un proceso de revisión de campos para alquilar desde el 2019, ya que es una inversión que proviene de Argentina. Finalmente, en el 2021 se tomó la decisión de comprar este campo.

 

Resaltó, además, que este modelo de producción es completamente diferente y conllevó prácticamente un aprendizaje desde cero. “Allá (Argentina) nosotros trabajamos con 8000 hectáreas; la empresa tiene una trayectoria muy grande, que lleva más de 60 años con la agricultura, y se aprendió de cero en Paraguay”, detalló.

 

Las principales adversidades en el inicio fueron la falta de infraestructura tanto dentro del campo como en zonas linderas y también a nivel de proveedores. Actualmente, se encuentran menos limitaciones para producir en esta zona, puntualizó.

 

Asimismo, inicialmente se reportaron complicaciones en la disponibilidad de maquinarias y recursos técnicos y humanos capacitados, recordó. “Nos dimos cuenta que lo mejor era trabajar con los locales, era otro el arraigo. Quizás la gente que venía de Argentina estaba muy preocupada o apurada por volver y eso nos volcó a formar un equipo 100 % paraguayo con técnicos y con operarios locales; es de las principales fortalezas que la empresa tiene hoy”, puntualizó.

 

A pesar de los desafíos, citó el régimen de lluvias y el suelo como condiciones favorables para el trabajo. Refirió que la empresa busca una integración con la forestería y la ganadería como parte del desarrollo del campo. Así también, se tiene como objetivo la producción de maíz para ofrecerlo como consumo en la zona. “Vinimos para quedarnos, tenemos la in tención de permanecer. No fue un proyecto que nació de la noche a la mañana, sino que es de largo plazo y por eso estamos abiertos a relacionarnos y a incursionar en nuevas actividades”, finalizó.

 

[Material publicado en el segmento Nota de Tapa de la edición N° 127 de Revista Productiva, páginas 22 y 23]

 

[Foto icon-camera : Santiago Loser y Javier Gaiser / Productiva C&M]