El Ing. Agr. Marcelo Bonfanti, director técnico de MM Agroconsultora, expresó en Nación Productiva que la campaña algodonera en el Chaco presentó varios desafíos, desde la falta de agua al inicio de la siembra hasta exceso de lluvias a partir de fines de febrero y comienzo de marzo, que tendrán su incidencia en la calidad y en el rinde del cultivo, principalmente por la alta pudrición de cápsulas. Mencionó que la cosecha todavía no arrancó debido a la helada que atrasó el trabajo de defoliación y que la expectativa de cosecha está alrededor de los 2500 kg/ha. Agregó que el punto de equilibrio se ubica entre los 1300 y 1400 kg/ha con equipo propio de colecta.

 

El profesional destacó en el agroclásico de los domingos, ocasión en la que hablamos sobre “Cosecha de algodón en el Chaco: situación, calidad y proyección”, que el principal campo donde están operando actualmente está ubicado en la zona de Ávalos Sánchez, departamento de Presidente Hayes, y que este es el tercer año de cultivo en la región.

 

“Nosotros ese campo lo administramos y lo asesoramos, aparte de eso hacemos también asesoramientos puntuales en otros campos en la zona de Filadelfia y siembras en otras zonas; en total, son 5000 hectáreas, pero el campo principal donde estamos todo el tiempo es este de Ávalos Sánchez”, expresó.

 

Bonfanti mencionó que la campaña se presentó con falta de agua al principio, lo cual dificultó el trabajo de siembra, considerando que la ventana ideal de implantación es hasta fines de enero. “Nosotros tuvimos falta de agua en principio y exceso de agua a partir de fines de febrero y comienzo marzo, tuvimos problemas para entrar, la verdad ahora recién estamos teniendo piso para entrar con los pulverizadores, se tuvo que realizar algunas aplicaciones aéreas”, acotó.

 

Resaltó que este año no realizaron aplicaciones de fungicidas en los cultivos y más que el problema de hongos en hojas, tuvieron complicaciones por pudrición de cápsulas. “A nuestro entender, los fungicidas que están hoy en el mercado no tienen buena respuesta a la pudrición de cápsulas, no así a las enfermedades de hoja, ya que tuvimos algo de ramularia, pero fue poco, nuestro principal problema fue la pudrición de cápsulas”, recalcó.

 

En cuanto a la aplicación de reguladores de crecimiento, explicó que las tres primeras se realizaron en tiempo y forma, pero en algunos lotes entraron tarde por las lluvias. Agregó que todavía no comenzaron la cosecha y que las heladas que se registraron a fines de mayo postergaron el trabajo de colecta. “La helada no tendrá incidencia importante sobre la producción, pero el exceso de agua si tendrá, principalmente, sobre los primeros lotes”, expresó.

 

Ante este escenario, acotó que la expectativa es bastante variable, ya que los últimos lotes que fueron sembrados el 23 de enero están con buenas proyecciones. “Yo creo que vamos a estar arriba de los 2500 kg, el resto de los lotes va a depender de cuánto se pudrió, pero va a estar más bajo el rinde”, remarcó.

 

Bonfanti resaltó que los campos donde se encuentran trabajando presentan algunos suelos bajos y peladares, pero con buena fertilidad. “Esperamos superar el rinde de indiferencia nuestro que está entre 1300 y 1400 kg”, acotó y agregó que este punto de equilibrio es con un equipo propio de cosecha.

 

Mencionó que la calidad de fibra este año no va a ser buena, principalmente, por el exceso de agua y la falta de sol en esta última etapa del cultivo. “El primer año nosotros tuvimos muy buena calidad de fibra que fue la campaña 2022/23 y el año pasado bajó un poco la calidad por la seca, de promedio habremos hecho 700 kg en todo el campo, este año el rinde va a ser mayor, pero veremos cómo termina la calidad”, manifestó.

 

En cuanto al rendimiento de fibra, dijo que en la primera campaña obtuvieron entre un 34 % y 35 % de rendimiento, pero el año pasado bajó a 30 % por las condiciones climáticas. “Este año veremos, si logramos defoliar bien las plantas, el rinde va a estar arriba de 33 % fácilmente. El objetivo es defoliar bien y preparar bien el cultivo y ahí tuvimos el problema de la helada de fines de mayo”, recordó.

 

Recordó que el primer golpe de siembra se realizó al cierre del año entre Navidad y Año Nuevo, con buena germinación; la siguiente etapa, a principios de enero, y una última parte, entre el 20 y 23 de enero.

 

“La primera fecha de siembra se tuvo que resembrar algunos lotes, porque hubo mucho viento y esas parcelas estaban en siembra convencional y la arenilla que levantaba el viento quemó unas cuantas hectáreas y justamente coincidían con lotes muy arenosos, por lo que se tuvo que resembrar alrededor de 100 hectáreas”, manifestó.

 

Por último, mencionó que pese a los desafíos la idea es seguir apostando por el cultivo del algodón el en Chaco. “La gente que nos financió los insumos nos siguió aguantando este año y la idea es seguir creciendo en hectáreas y en calidad de cultivos, seguir apostando por el Chaco paraguayo, que todos los días nos da una meta y un objetivo distintos, nos complica en parte las cosas, pero es muy lindo para seguir pensando e ir abriendo la mente para ir encontrando la vuelta a los cultivos de la zona”, concluyó.

 

[Foto: Ing. Agr. Marcelo Bonfanti / Gentileza]