Chaco Porã es una cabaña de referencia no solo del Chaco, sino de Paraguay, que fue capaz de obtener dos grandes campeonatos mundiales en dos razas diferentes en corto tiempo: Mitã’i, reproductor braford, y Benito, un toro santa Gertrudis.

 

Esto demuestra la solvencia del trabajo de mejoramiento genético de esta cabaña que abrió las puertas a Productiva C&M para conocer el trabajo desarrollado que le permitió obtener niveles óptimos ante los ojos del mundo ganadero.

 

Al hablar del trabajo de mejoramiento genético de la Cabaña Chaco Porã, cuna de grandes campeones mundiales, el Dr. Norman Sawatzky, directivo de la cabaña, se refirió a los criterios de selección que se tienen en cuenta a la hora de obtener animales superiores, entre ellos la adaptación, buen frame y una carcasa de buen peso para producir un novillo de 550 kg.

 

En cuanto a los reproductores, expresó que se busca también tener mismas esas condiciones, pero con una terminación rápida porque es lo que el mercado exige. “Aunque tenemos la herramienta del confinamiento, que ayuda mucho, pero siempre apuntamos a lo que son los reproductores a pasto”, resaltó.

 

Para las hembras los criterios de selección buscados son el frame moderado, vacas fértiles que produzcan un ternero al año, una buena producción y que sean de producción consistente. “Como trabajamos con tres razas sintéticas, sabemos que la consistencia es un desafío y hay que tener en cuenta que la vaca tiene que ser buena y queremos darle mucho valor al toro”, comentó.

 

El profesional recordó que la primera compra de una vaca para trabajar con embriones fue en el año 2016. Al respecto, recordó: “Compramos una donante santa Gertrudis y compramos algunos embriones de Cabaña de los Mochos, después con braford adquirimos una vaca importada de La Dominga de Argentina e importamos 200 embriones de la misma cabaña y con eso empezamos la selección sobre el biotipo”.

 

Comentó que la empresa establece importantes alianzas con cabañas internacionales e intercambios con sus aliados para avanzar rápidamente en los procesos de mejoramiento genético.

 

Entre los resultados alcanzados se destaca a Mitã’i, el toro Campeón del Mundo Braford 2022. Sawatzky indicó que este ejemplar a los ocho meses de edad fue exportado a Argentina donde pasó toda la recría en la Cabaña La Dominga y de ahí como toro adulto se presentó en la competencia mundial, donde se consagró campeón.

 

Benito, de la raza santa Gertrudis, también es el segundo reproductor Campeón del Mundo que nació en la cabaña de la familia Sawatzky. Es hijo de un toro que la cabaña había vendido en el año 2021 a un precio récord y que salió Gran Campeón en la Expo Internacional de Ganadería en 2024.

 

Tenemos varias cabañas que ya tienen crías. Aunque el toro es joven pudimos sacar semen e incluso se va a presentar algo en la exposición de este año”, remarcó.

 

Por otra parte, contó que el principal desafío de las cabañas es prepararse para los años de sequía y mantener los planteles para no tener que vender en cantidad. En un año bueno con inseminación y repaso la cabaña registró un índice de 95 % de preñez, mientras que en otras épocas complicadas, los números variaban entre 35 a 70 %, sostuvo.

 

En lo que se refiere al avance de las herramientas biotecnológicas aplicadas en esta unidad de producción, señaló que se ha logrado ampliar el volumen de animales registrados. Indicó, además, que la empresa realiza convenios para la transferencia de embriones.

 

Respecto al plantel de animales de bozal, comentó que se cuenta con 20 donantes de la raza braford, 10 de santa Gertrudis y cinco de brangus, además de 250 entre vacas y vaquillas de la raza braford y otras vacas híbridas.

 

Tenemos el plantel de donantes que producen los embriones, que son las vacas más importantes, pero después están los planteles de las dos razas que ya son productos de transferencia de embriones. Todas esas vacas son familias formadas que están en otro campo donde se insemina y se hace el repaso; de ahí salen los productos que son, básicamente, las hembras para reemplazo y los machos para venta”, explicó.

 

La idea de la cabaña es vender entre 60 a 100 toros al año, subrayó.

 

A su vez, resaltó la importancia que adquiere la tecnología en la gestión de datos, por ejemplo, en la medición de carcasa de las donantes, calidad de carne y las Diferencias Esperadas de Progenie que ayudan en la selección.

 

Asimismo, destacó que las herramientas biotecnológicas tienen un impacto en el proceso de mejoramiento genético, ya que el desafío es mantener un biotipo y la línea de selección.

 

La cabaña es un trabajo noble, pero no es fácil. Hay que tener las metas claras y hay que seguir únicamente para avanzar, apoyar y mejorar la genética a nivel país porque los mercados van poniéndose más exigentes también y nosotros como cabaña tenemos que seguirlos”, concluyó.

 

[Material publicado en el segmento Ganadería Productiva de la edición Nº 125 de marzo de Revista Productiva, páginas 20 y 21]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]