El Dr. Egon Neufeld, referente de la producción agropecuaria chaqueña, habló con Productiva sobre los desafíos que tiene la región Occidental en cuanto a la integración agrícola-pecuaria. Además, mencionó los proyectos industriales de la Cooperativa Fernheim y los efectos que dejó la “tormenta perfecta”, constituida por la pandemia, la sequía y la caída de precios.

 

La cooperativa Fernheim cumple 90 años de vida institucional. ¿Cuáles son los desafíos que están asumiendo hoy?
La Cooperativa Fernheim tuvo algunas revoluciones y sobre todo en esta última década, la más fuerte que se está viendo es la expansión con la integración agrícola-ganadera. Desde los años 80 el Chaco tuvo una explosión ganadera con la introducción de pastizales que se establecieron bien como el gatton panic y otros. En la década del 90 comienza la incorporación de las industrias y, principalmente de las cooperativas, hacia la industria cárnica en los años 2000.

 

Hoy en día hay una gran expansión y un gran interés en la agricultura y la integración agrícola-pecuaria, que significa otro pie de sustento y se debe ver la diversidad de la producción para mantener en el futuro estas fincas altamente valorizables. El valor inmobiliario de la tierra sube, pero el potencial productivo hay que incentivarlo y poner la distribución de los ingresos sobre varios pies.

 

“El valor inmobiliario de la tierra sube, pero el potencial productivo hay que incentivarlo y poner la distribución de los ingresos sobre varios pies”

¿En este año desafiante, sobre todo para el Chaco, qué efectos están sufriendo?
Lo que vimos este año, que es coyunturalmente desafiante, es, por decirlo de alguna manera, una “tormenta perfecta” que se armó con la COVID-19, la sequía histórica en 50 años, la sobreoferta de ganado en pie a los frigoríficos, así como la caída de los precios y la falta de mercados internacionales para la salida abundante de carne paraguaya.

 

Sin dudas, estas situaciones representan un freno importante para la expansión, pero el productor como tal no se va a dejar influenciar. En 90 años de vida institucional hubo años que sí impactaron y nos desafiaron a repensar las estrategias de trabajo, las estrategias financieras y la implementación de tecnología, por lo tanto, son 90 años de altibajos, muchos desafíos y con una sola posibilidad de estar hoy donde estamos por el hecho de que si no fuese por la fe en Dios, por la unidad de un cuerpo de trabajo o porque el sistema cooperativo está muy consciente para todos, no estaríamos festejando los 90 años.

 

A nivel industrial, ¿qué objetivos se están trazando?
Había muchas razones para abandonar el proyecto colonizador; sin embargo, prevaleció la convicción de que estamos aquí por una razón y cumplir esa misión va a ser un desafío para las demás generaciones en las siguientes décadas. A finales de los años 70 nació la industrialización con el gran proyecto lácteo, mediante el cual surgen las industrias pioneras y líderes que hasta hoy en día están en el mercado nacional como Trébol y Co-op en una asociación entre Neuland y Fernheim.

 

Nos dimos cuenta de que no solamente somos productores del campo, sino que tenemos que armar cadenas enteras, desde la materia prima hasta su colocación en las góndolas de los supermercados, y eso se refleja con la leche, con la industria de procesamiento de maní, maní gourmet para confitería, el sésamo e inclusive con la chía. Si no fuese por las cooperativas que tomaron la decisión de hacer frigoríficos propios, nosotros hubiéramos estado en una coyuntura totalmente expuesta. Hoy las cooperativas y sus industrias tienen un peso dentro del paquete total de manejo del precio y coyunturas. Dentro de la cooperativa se está discutiendo sobre una industrialización de los productos agrícolas debido a las limitaciones de capacidad y la expansión agrícola en sésamo, soja y maíz.

 

Pensamos en un centro de acopio de granos, procesamiento y clasificación de granos o una semillería para que en el futuro podamos industrializar los productos, ya sea una aceitera o una fábrica de etanol, de modo a que el subproducto quede aquí para lo que viene, que es la integración agrícola-pecuaria.

 

También desde el sector comercial y agropecuario se pretende elaborar una segunda industria frigorífica en el Chaco Central debido al crecimiento que experimenta la zona.

“Dentro de la cooperativa se está discutiendo sobre una industrialización de los productos agrícolas debido a las limitaciones de capacidad y la expansión agrícola en sésamo, soja y maíz”

Todo el desarrollo que se está gestando en el Chaco, ¿qué proyección tiene para las cooperativas chaqueñas?
La Cooperativa Fernheim tiene previsto quedarse en el ojo de una logística internacional muy interesante. Al observar el eje este a oeste, la Bioceánica cruza cerca de las colonias, se puede estimar que eso conllevará una cantidad de oportunidades y desafíos. El Chaco va a cambiar y si a eso le acompaña una vía férrea, más aún. La otra oportunidad que existe para Paraguay es un eje norte sur en la zona de Agua Dulce y Roboré, saliendo a General Díaz para conectar con las vías férreas argentinas, entonces estamos en el cruce de dos potenciales ejes y hace que los trayectos queden equidistantes de los mercados y zonas de producción importantes, lo que trae consigo aspectos favorables para esta región.

 

Después de mucho también se logró consumar la llegada del agua a través del acueducto. Eso será de una ayuda fundamental para la zona urbana porque el agua al fin y al cabo es el punto del crecimiento poblacional en el Chaco y, en ese sentido, va a ser bastante favorable si llega a funcionar en su dimensión planificada.

 

Con la disponibilidad de agua se podrá implementar un sistema pivote en el oeste que va a cambiar totalmente el concepto de la agricultura moderna bajo esas condiciones. Pero pese a ese potencial, seguimos teniendo problemas de infraestructura vial y energía eléctrica estable. Paraguay tiene esa energía y vemos oportunidades que como cooperativa queremos aprovechar y liderar el rumbo antes de que desde afuera vengan a ocupar nuestro espacio.

“Con la disponibilidad de agua se podrá implementar un sistema pivote en el oeste que va a cambiar totalmente el concepto de la agricultura moderna bajo esas condiciones”

¿La pandemia les generó un contratiempo en las inversiones previstas?
A partir de las restricciones establecidas por la COVID-19, se generó una incertidumbre muy grande y frenaron varias inversiones, de manera a que en lo mínimo posible se despida a las personas. Como cooperativa hemos ganado esa batalla porque realmente se despidieron a muy pocas personas y se hicieron todas las maniobras legales como para compensar con vacaciones y días libres, para que así cada uno mantenga parte de sus ingresos porque sabemos que detrás de cada persona trabajadora hay una familia. En la actualidad, el panorama es mucho más claro, pero se ve el impacto real, sobre todo en las mipymes y aquellas empresas cerradas a causa de la pandemia, independientemente de la coyuntura climática vivida.

 

Tras esta sequía severa, ¿qué resultados tiene sobre las pérdidas causadas?
La sequía fue otro de los desafíos para la región por la falta de lluvias y el fracaso del 90 % de la agricultura. Se hizo una cosecha récord del sésamo tempranero, pero los otros cultivos se fueron al maso, eso significa que las carteras financieras agrícola y ganadera, en su gran mayoría, tienen que ser refinanciadas.

“Las carteras financieras agrícola y ganadera, en su gran mayoría, tienen que ser refinanciadas”

¿Cómo cree que se presentará la reposición de la hacienda luego de esta sequía?
Este año no es tanto el drama financiero como lo será el año que viene, porque la hacienda estará con precios impresionantes debido a la falta de oferta. También fueron mal faenadas categorías que no deberían haber salido, pero la sequía obligó a muchos ganaderos a vaciar casi el 100 % de sus establecimientos y en este momento hay cierta liquidez que va a desaparecer rápidamente y para el 2021 la gente no va a tener cómo adquirir de vuelta el material para llenar sus establecimientos.

 

¿La industria frigorífica como actúa ante este escenario?
La industria tuvo la oportunidad de aprovechar una alta oferta con precios bajos, pero también se presentó el problema de que la mejor carne, como el lomito, bife ancho, entre otros cortes, se debió estoquear por la falta de salida. Como Paraguay es un consumidor de puchero, carnazas y costillas, esos productos estuvieron altamente cotizados en góndola y nadie se dio cuenta que podía comprar una tapa cuadril o bife ancho a G 40 000 el kilo.

Pero creo que en la segunda mitad del año y durante el 2021 la industria va a chillar porque no se van a tener los productos como hace unos años, es decir, son conjeturas que aparecen y esta situación fue fuertemente impulsada por la sequía del Chaco y creo que incluso más aún que la situación COVID-19 porque el excedente de ganado salió en una época que no tenía que salir e hizo que la sobreoferta esté tan alta, con hasta dos meses de anotaciones de entrega en nuestra industria sin poder entregarlas.

 

Como productor ganadero, ¿adoptó alguna estrategia para superar el año?
Al salir del invierno con una sequía larga la perspectiva de lluvia está para cualquier momento. Ahora, si ya se venía de una sequía de verano y se va entrando a un periodo normal de seca, de cinco meses, la estrategia es totalmente diferente. Cuando salís de un invierno y estás en cualquier momento ante una lluvia o ante un histórico promedio de lluvias, entonces es posible adquirir una cantidad de suplementos forrajeros y de caña dulce para aguantar un mes, es decir, es un costo alcanzable. En esa época en el campo se tienen vacas pariendo y hembras de reemplazo, por lo que el resto ya se vendió prácticamente.

 

En estos momentos, la situación es totalmente diferente porque el novillo no se termina y en muchas regiones la sequía inició ya el año pasado. Al tener un novillo semiterminado, es seguro entrar en el segundo invierno y se tienen desmamantes por destetar en los meses de abril, mayo, junio con malas condiciones. A veces conviene vender a precios bajos en vez de comprar el producto para alimentar a los animales durante todo el invierno porque ese lapso es impredecible en términos de tiempo y el costo es altísimo. Un silo que normalmente cuesta G 100 000 a 120 000 el kilo, se negocia en G 300 000, o un fardo de heno que normalmente cuesta G 150 000, se está negociando en G 350 000 y estos son costos que hacen inviable un invierno como este. A raíz de esto, la mayoría de las personas prefirieron enviar a los animales a faena o venderlos semiterminados o enviarlos a confinamiento en la región Oriental.

“Sin el 100 % de la trazabilidad del ganado y sin una tipificación de la carne no podemos diferenciar de manera objetiva la calidad”

¿Qué cambios necesita la ganadería nacional para seguir mejorando?
Es el momento en el que tenemos que pensar si con la forma de producir vamos a poder sobrevivir ante la competencia de otros mercados, y yo creo que no. Sin el 100 % de la trazabilidad del ganado y sin una tipificación de la carne no podemos diferenciar de manera objetiva la calidad, ya que todos tenemos un parecer y cada uno tiene la razón, mientras no se tengan los números o datos que avalen ese parecer.

 

Tenemos que pasar por una tipificación de las reses, a fin de que se pueda vender mejor un producto superior y que el esfuerzo obtenga un premio diferenciado y que las ganancias vengan de la cadena de arriba para abajo. Debemos trabajar en un Instituto de la Carne, que debe ser particular con presencia del Gobierno y manejado con un presupuesto privado y técnicos que sean fundamentales para cumplir con su cometido. De los 150 000 productores en Paraguay, no todos están conectados con el mercado de la carne; es decir, no saben cómo y a qué juegan las ligas importantes del mercado de la carne. Son necesarios también la capacitación y el entrenamiento para conocer y vender mejor los productos. Para ello es necesaria la participación de extensionistas, con el objetivo de conectar el mercado con el productor y es una de las funciones más importantes del Instituto Paraguayo de la Carne (IPC).

 

Los certificadores y estadísticas de las faenas demuestran la necesidad de contar con un sistema de tipificación objetivo con mecanización, con el propósito de quitar la duda que tiene el productor hacia la industria y le dé la confianza al comprador final. Lo etiquetado es lo que es, no importa si es del Frigorífico Concepción, Frigo Chaco o de donde venga porque A es A en ese corte, puesto que pasó por las mismas medidas de clasificación y con eso vamos a tener credibilidad.

 

[Material publicado en la edición #71 de Revista Productiva impresa, página 8]