Brasil podría llegar a finales de este 2020 con un stock interno de soja menor a lo esperado. En el caso de darse esta situación y atendiendo la creciente demanda de China de este producto, se podría dar un escenario positivo, sobre todo para los principales exportadores regionales de la oleaginosa, como Argentina y Paraguay.
La proyección de esta semana de la Associação Brasileira das Indústrias de Óleos Vegetais (Abiove) indica que en este 2020 el stock final interno de soja de Brasil sería apenas 669 000 toneladas, una cifra 60 % menor a la estimada un mes atrás y la más baja de la historia de la agroindustria brasileña.
Esta situación refleja la mayor exportación de granos de soja paraguaya a Brasil, que busca reponer su stock.
Enrique Erize, director de la organización Nóvitas S.A., señaló: “En la actual coyuntura no puede descartarse que Brasil se quede sin stock de soja suficiente para poder empalmar con la nueva cosecha (que ingresará recién a comienzos de 2021)”.
El analista de mercado de granos también destacó: “Desde 2018 los chinos se están comiendo sus reservas estratégicas de granos–que nadie sabe bien cuántas son– para bancar la guerra comercial iniciada por Donald Trump sin mostrar sus necesidades de abastecimiento. Pero esa decisión tiene un límite que se evidenció este año cuando, en el contexto de la pandemia del COVID-19, China comenzó a recomponer sus reservas de granos”.
Según reportes, entre enero y mayo de este año Brasil exportó una descomunal cifra de 48,1 millones de toneladas de poroto de soja, una cifra equivalente al 60 % del saldo exportable total de la oleaginosa estimado por Abiove.
Erize, sobre el punto, agregó: “China tuvo la suerte de que esa necesidad coincidiera con una importante devaluación del real que mejoró de manera notable el precio de la soja para el productor brasileño y eso provocó ventas masivas de la oleaginosa a niveles nunca vistos”.
En el caso de tener que recurrir a un proveedor externo de soja, Brasil estaría obligado a comprar poroto en el ámbito del Mercosur, debido a la barrera del Arancel Externo Común del 8 % y el mayor diferencial de flete de embarques provenientes del Golfo de México.
De no darse esta situación, el gigante sudamericano tiene como alternativa realizar un recorte en sus exportaciones de harina de soja (previstas para este año en 16,5 millones de toneladas) para asegurar el abastecimiento interno de ese insumo crítico para la producción de carne porcina, aviar, bovina y de leche.
Finalmente, la necesidad de recomponer reservas de granos por parte de China va en línea con el crecimiento de las importaciones de proteínas cárnicas, dado que el desastre productivo promovido el año pasado por la expansión de la fiebre porcina africana sigue vigente.
A raíz de esta coyuntura en Brasil, el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea destacó que «se cuenta con elementos para albergar expectativas optimistas».
A finales de abril de este año la soja en Brasil cotizaba levemente por encima de los USD 310 la tonelada (precio de exportación); desde aquel momento el precio de la oleaginosa ha mostrado un recorrido alcista interesante, llegando a USD 353 hacia fines de junio, es decir, más de 10 % en dos meses.
De acuerdo con el destaque del IERAL, «el principal factor que explica la recuperación de los precios es la firmeza de la demanda china«.
En lo que va del ciclo comercial actual, China ha comprado un 16 % más de soja (volúmenes) que en el ciclo previo: «La buena noticia es doble, las compras de los últimos meses se mantienen por encima de las del año pasado y además consolidan un cambio de tendencia, que había empezado a manifestarse hacia fines del 2019«, resalta el instituto.
Juan Manuel Garzón, economista jefe del IERAL, destacó que los precios actuales en Brasil son similares a los que prevalecían en 2019 para la misma fecha, pero con la diferencia no menor de que este año la economía global atraviesa la crisis más importante de las últimas décadas por el avance de la pandemia de COVID-19.
En ese sentido, no existen garantías de que los precios actuales puedan prevalecer en los próximos meses, es decir, que no pueda haber una reversión en las cotizaciones, pero se cuenta con elementos para albergar expectativas optimistas: «Brasil, el gran proveedor hoy global, luego de un gran arranque de año, está entrando en la fase declinante de sus exportaciones y China seguirá, con mayor probabilidad, traccionando y levantando sus compras«, resaltó.
[Fuentes: Agrofy News y Valor Soja]