En un pequeño cultivo en el Territorio del Norte australiano, plantas de banana de la variedad Cavendish llevan más de siete años resistiendo un suelo infectado por la mortal enfermedad del banano Panama disease TR4. La diferencia: estas plantas llevan un gen de resistencia que las protege frente a un hongo hasta ahora implacable. Así, la variedad QCAV-4, desarrollada por científicos de la Queensland University of Technology (QUT), se convierte en la primera banana modificada genéticamente del mundo aprobada para cultivo comercial, que podría salvar la fruta más consumida del planeta de una amenaza global.

 

En una pequeña parcela del Territorio del Norte (Australia), las plantas de banana han prosperado durante casi una década en un suelo que debería matarlas. Según quienes han probado la fruta, su sabor es exactamente igual al de un plátano convencional.

 

Pero las plantas cerca de Humpty Doo esconden un secreto en su ADN: una modificación genética que protege a los plátanos de una enfermedad que está a punto de arrasar con los cultivos en todo el mundo.

 

James Dale, investigador de biotecnología agrícola de la Universidad Tecnológica de Queensland (QUT), ayudó a desarrollar el plátano resistente a enfermedades, el primer plátano modificado genéticamente del mundo aprobado en Australia.

 

Afirmó que no había obstáculos regulatorios que impidieran que los plátanos, llamados «QCAV-4», entraran al mercado.

 

Después de eso, el resto del mundo podría no estar muy lejos si se logra superar un obstáculo importante: convencer a los consumidores de consumir la fruta genéticamente modificada.

 

Entonces, ¿cómo pueden las modificaciones en el genoma de un banano hacerlo resistente a una enfermedad mortal? ¿Y qué lo diferenciaría de los alimentos genéticamente modificados (transgénicos) que ya se encuentran en los supermercados?

 

El motivo del desarrollo del banano QCAV-4 es un hongo llamado Raza Tropical 4, también conocido como TR4, una cepa del mal de Panamá que infecta al banano.

 

Los productores conocen bien los signos de la infección. Los síntomas externos comienzan con el marchitamiento y amarilleo de las hojas de la planta de banano.

 

Mientras tanto, dentro de la planta, un hongo llamado Fusarium oxysporum trepa desde las raíces hasta el tallo formando un ominoso anillo rojo.

 

Para intentar detener la propagación, la planta intenta crear barreras que impidan el avance del hongo, pero esto también obstruye el flujo de agua y nutrientes, lo que la lleva a morir de inanición.

 

La cepa TR4 de la enfermedad de Panamá se detectó por primera vez en Taiwán en la década de 1960.

 

[Fuente: Australian Broadcasting Corporation]