Dr. Arthur Arrobas, profesor de la Universidad de São Paulo, Brasil, y uno de los disertantes del SIMAL 2025, mencionó en Nación Productiva que el Amaranthus (ka’aruru) es una de las malezas agresivas que enfrentan actualmente tanto el agricultor de Paraguay como de la región, ya que una planta por metro cuadrado puede tener una interferencia de 7 a 12 % en maíz y de 19 a 28 % en soja, por lo que una densidad mayor de esta planta dañina puede comprometer hasta un 80 % la productividad de la oleaginosa. En este contexto, enfatizó la importancia de un manejo integrado con la rotación de culturas, la incorporación de más moléculas y mecanismos de acción para cambiar las mezclas, y conocer el tipo de ka´aruru que uno tiene en su finca para poder combatirlo efectivamente.
El profesional, que disertará en el Simposio Internacional de Malezas (SIMAL 2025), previsto para el 11 de junio en Foz do Iguaçu, resaltó que tanto en Brasil como en los demás países de la región existen varias herramientas para el control de malezas, pero se terminan usando muy pocos productos de forma repetitiva, con la idea de economizar, lo que se traduce en un aumento significativo de la cantidad utilizada de herbicidas por hectárea, motivo por el cual, según el catedrático, se requiere un cambio cultural de manejo de malezas para el uso de diferentes moléculas y opciones.
El Amaranthus es una de las malezas agresivas que enfrenta actualmente el agricultor, que puede crecer rápidamente hasta 4 cm por día y tener una superproducción de semillas. “Una planta, si llega a 2 m de altura, va a ser una limitación para la luz de los cultivos, y otro aspecto es su nivel de producción de semillas, ya que puede producir 600 mil semillas; no es fácil trabajar con una planta que puede tener esa diseminación”, acotó.
Arrobas explicó que realizaron trabajos a campo con otros investigadores, donde pudieron precisar que una planta de Amaranthus por metro cuadrado es capaz de hacer una interferencia de 7 a 12 % en el cultivo de maíz y de 19 a 28 % en soja. “Con densidad mayor de malezas puede representar una pérdida de hasta el 80 % de productividad de soja”, resaltó.
Además, acotó que genera otros problemas como la incidencia en la cosecha, ya que puede haber contaminación de los granos, aparte de la presión de plagas y enfermedades que puede afectar a la planta. En ese sentido, enfatizó que el control químico efectuado actualmente se puede mejorar con la inclusión de aplicaciones preemergentes y secuenciales.
“Plantas muy grandes no vamos a poder controlar con una sola aplicación, tenemos que tener una aplicación en un espacio de cinco a 10 días, también pensar en la rotación de cultivos y de tecnologías. Al ser una semilla pequeña la cobertura de suelo es un factor muy importante para el control de ka´aruru”, remarcó.
Comentó que las formulaciones van mejorando, como las encapsuladas, que tienen una liberación más lenta del producto y extienden el periodo de control, y los productos comerciales con más de una molécula. “Observamos la molécula antes de su aplicación no solo la dosis, sino las propiedades físico-químicas de los herbicidas para ver cómo se van a comportar de acuerdo al clima, miramos la solubilidad, cuánto queda en el suelo y si con la lluvia llega adonde se precisa”, manifestó y agregó que las semillas del ka´aruru se encuentran en una camada superficial de hasta 4 cm.
Resaltó la importancia de un acompañamiento técnico para elegir el producto adecuado para cada situación y que se pueden ir variando las mezclas.
“Hoy tenemos algunas mezclas que hacen un buen efecto de control en ka´aruru, por ejemplo, piroxasulfone, flumioxazina, tenemos la sulfentrazone, que tiene buena acción que puede venir con el diurón y también tenemos mezclas con metolacloro y mitribuzin; ese metolacloro más flumioxazina, aún tenemos mezclas que podemos utilizar como flumioxazina, imazetapir, metolacloro o, por ejemplo, en maíz atrazina, mezotriona y metolacloro”, remarcó.
El catedrático recalcó que hay buenos productos registrados y otros que van a venir no solo para el control preemergente, sino para el manejo posemergente de la planta. “Nuevos inhibidores de la protox para hacer mezclas para controlar hojas anchas y finas, nuevas moléculas con formulaciones auxínicas con menor impacto ambiental, herbicidas para desecación y presiembra, por ejemplo, con mecanismos nuevos que van a ser utilizados también para ka´aruru”, mencionó.
En cuanto a nuevos materiales biotecnológicos, el profesional comentó que cuentan con un trabajo en el sur de Brasil, que son pruebas con la tecnología Enlist (Corteva) y también en la tecnología Xtend (Bayer). “Entonces, se puede hacer aplicación de dicamba o de 2,4D y no tiene que esperar para la siembra de la soja, es posible que tengamos un intervalo más corto para la aplicación y la siembra que puede traer un buen control. Otro hecho es la aplicación en posemergencia en la soja Enlist y el propio amonio glufosinato”, señaló.
Resaltó, igualmente, la importancia del manejo integrado con la rotación de culturas, la incorporación de más moléculas y mecanismos de acción para cambiar las mezclas, y conocer el tipo de ka´aruru que uno tiene en su finca para poder combatirlo efectivamente.
Explicó que el Amaranthus es una planta que se reproduce exclusivamente vía semillas, que son muy pequeñas, pero que ocupan rápido su espacio. Señaló que algunas especies de Amaranthus, como palmeri, son plantas dioicas, que tienen los órganos reproductivos masculinos y femeninos en plantas individuales separadas. Pero acotó que en la región (Brasil, Paraguay y Argentina) el Amaranthus hybridus, que tiene los dos sexos en la misma planta es la especie predominante. Agregó que las semillas cuando caen en el suelo no germinan todas, sino que una parte de ellas queda latente y puede germinar días, meses o años después. Precisó que otro problema del de ka’aruru es su fácil diseminación de un lugar a otro, inclusive con las ruedas de las maquinarias, así como por pájaros y bovinos.
Expresó que en Brasil el Amaranthus hybridus presenta problemas de control con glifosato e inhibidores de ALS, desde Río Grande do Sul hasta Mato Grosso. Además del Amaranthus palmeri, ambas especies resistentes a inhibidores ALS y a glifosato, “también tenemos Amaranthus retroflexus en Río Grande de Sul, una planta resistente también al glifosato y con menos ocurrencia de Amaranthus veridis, resistente a los inhibidores de fotosistema 2, por ejemplo, en la producción de maíz”, precisó.
Añadió que todavía no existe reporte de resistencia a los auxínicos en Brasil como ya hay en Argentina. “Hay una preocupación cuando se habla de especies, algunos investigadores del sur hablan de una hibridación entre las especies y una formación de una nueva especie que no corresponde a ninguna conocida, que puede dar problemas”, concluyó.
[Foto: cultivo de soja afectado por ka’aruru / Archivo / Productiva TV]