A fines del 2024 hubo exceso de agua, pero en lo que va de este 2025 se registró un estrés hídrico y calórico que redujo el potencial productivo de la soja en campos bajos; sin embargo, a pesar de esta condición adversa, el Ing. Agr. Blas Ramírez, asesor técnico comercial de la firma Nanomix, mencionó en Nación Productiva que en la unidad productiva ubicada en Yuty, departamento de Caazapá, lograron un rendimiento promedio de 3430 kg por hectárea, con un costo de producción de USD 980, alquiler de tierra incluido, y un punto de equilibrio de 2890 kg por hectárea. Resaltó la experiencia positiva de la aplicación de fertilización líquida en surco con calcio y magnesio, acompañada de la tecnología Nanomix, una formulación de nanopartículas, que posibilita una mayor disponibilidad del carbonato de calcio y un mejor aprovechamiento por parte del cultivo.

 

El profesional señaló que este año comenzaron a sembrar en un área de 160 hectáreas en la compañía de Santa Rosa de Lima, distrito de Yuty, departamento de Caazapá. El trabajo de implantación inició en la primera semana de setiembre en un contexto de buena humedad y resaltó que “en esa zona la ventana de siembra es lo esencial y no podemos fallar en eso”.

 

Ramírez comentó que antes de la siembra se realizó un muestreo completo del campo, más los análisis anteriores para ver los elementos que necesitaban agregar, además se detectaron altos niveles de aluminio y de hierro. “Son suelos con pH 4.6, 4.3, así que decidimos darle en mayor cantidad calcio y magnesio”, explicó.

 

Es así que se pudo lograr una productividad de entre 3000 y 3500 kg por hectárea con el uso de macro y micronutrientes. Expresó que los ajustes de fertilización fueron a base de los análisis que se realizaron y se fueron cambiando de acuerdo con la estimativa de producción, donde la fertilización líquida en surco fue una herramienta importante para lograr los resultados propuestos.

 

“En la línea de Nanomix comenzamos a hacer las aplicaciones en surco con máquinas adaptadas para fertilización líquida, ya depositando eso directo en el surco sobre la semilla para un agregado de calcio, además de un agregado granulado también en el surco con fertilizante”, precisó.

 

Enfatizó la importancia de la elección de variedades, que sean rústicas y que se adapten al anegamiento, ya que al ser suelos bajos, pueden recibir 300 mm y quedar totalmente inundados, aunque con los drenajes se puede sacar rápido el agua.

 

Señaló que este año vieron variedades que se han adaptado mejor a estas condiciones, además de la nutrición con tecnología con formulación de nanopartículas, que ayudó al desarrollo del cultivo. “La fertilización más fuerte en calcio y magnesio, acompañando con tecnología de Nanomix, una formulación de nanopartícula, que hace que sea más disponible el carbonato de calcio, en el surco directamente”, resaltó.

 

Añadió que también fue importante mantener el monitoreo de plagas y enfermedades, ya que la campaña comenzó con mucha humedad y hubo ataques de enfermedades en la etapa vegetativa y luego a finales de diciembre comenzó la presión de insectos. “El monitoreo es esencial porque son áreas planas fácil de propagación de plagas y enfermedades”, acotó.

 

Señaló que mientras el trabajo de posicionamiento de nuevas herramientas como la fertilización líquida vio resultados positivos. “Vimos que una aplicación en el estadio V4 con un agregado de calcio y magnesio le brinda cierta resistencia a la planta en cuanto a enfermedades que están presentes en el suelo, que por salpicadura levantan a la hoja”, resaltó.

 

“Tuvimos un rendimiento promedio de 3430 kg, y, calculando alquiler, servicios e insumos, el costo de producción está en USD 980 por hectárea, y el punto de equilibrio en 2890 kg”, precisó.

 

En cuanto a zafriña, dijo que 20 hectáreas fueron destinadas para el cultivo de soja mirando producción de semillas y las 140 hectáreas restantes para cultivo de sorgo.

 

[Foto icon-camera : (de izq. a der.) Ing. Agr. Blas Ramírez y Luciano Albert, representantes de la firma Nanomix / Nota de tapa de la edición Nº 123 de enero de Revista Productiva / Productiva C&M]