Las malezas de difícil control siguen creando cada vez más contratiempos a los productores, sobre todo en el departamento de San Pedro, en donde los suelos arenosos dificultan aún más la aplicación de estrategias.
Considerando este escenario, el Ing. Agr. Ignacio Ortiz, asesor agrícola de Estancia La Susana de Agroganadera 43 S.A., ubicada en Guayaibí, distrito del segundo departamento del país, expuso resultados de una prueba desarrollada en una superficie que tenía una fuerte infestación de Richardia brasiliensis, conocida comúnmente como poaia branca o ype rupa.
En cuanto al desempeño de los herbicidas utilizados en desecación, señaló que en San Pedro existen mayores dificultades, en comparación con las otras regiones del país. Por ello resaltó que es importante considerar el momento de aplicación, ya que esto permite el buen funcionamiento del producto.
“El año pasado tuvimos condiciones muy difíciles y como no llovió casi nada, muchos productos patinaron. Las condiciones de aplicación definen el éxito; si erraste en la primera, ya erraste en toda la zafra. Se necesita 60 días luego de la primera desecación para que se descomponga el pasto y ahora esperamos las lluvias para comenzar nuestra desecación”, explicó.
Mencionó que la agricultura se hace cada vez más complicada, pero, destacó que, afortunadamente, existen empresas que ponen a disposición de los productores muy buenas herramientas.
Ortiz dijo que uno de los principales desafíos en la zona es el control de la Richardia brasiliensis, ya que de las 4000 hectáreas cultivadas, 1000 tienen este problema.
La Richardia brasiliensis es una maleza tolerante a los productos, principalmente al glifosato, y a otros ingredientes activos. Por tal motivo, se instaló un ensayo en el campo enfocado en el control de este mal.
Para buscar nuevas alternativas de control, comentó que establecieron un ensayo con DVA Agro Paraguay con cuatro tratamientos de primera aplicación y siete para la aplicación secuencial.
La visita al establecimiento se produjo 30 días después de la primera aplicación y 22 días luego de la secuencial; es decir, el doble golpe se realizó a los ocho días. “Ahora estamos a los 22 días después de la segunda aplicación y tenemos concluido el panorama para controlar las malezas y poder instalar nuestra soja sin inconvenientes”, destacó.
El tratamiento aplicado fue la aplicación con el Desektor (glufosinato de amonio + glifosato) + Weizen NT (2,4-D) y ocho días después se realizó la aplicación secuencial con el paraquat y el Predecessor (flumioxazin + diclosulam + imazetaphyr) con dos dosis diferentes de 300 y 400 ml por hectárea. Con este último se obtuvo una mejor performance, acotó.
Ortiz señaló que se logró 98 a 99 % de control de la Richardia brasiliensis. “Para hacer una recomendación el producto debe estar arriba del 98 % y este ensayo nos dio un norte sobre cómo enfrentar la maleza”, precisó.
2,4-D
Ante los beneficios del 2,4-D con nueva formulación, puntualizó la existencia de una comunidad a 7 km del campo donde producen, haciendo referencia a la preocupación por la deriva.
“Si no cuidamos esos detalles, vamos a tener inconvenientes. Prácticamente, en este campo tenemos que cuidar muy bien las condiciones de aplicación, ya sea la tecnología, el caudal, los coadyuvantes, el momento de aplicación, entre otros puntos”, explicó.
Acotó que la tecnología de 2,4-D es una herramienta válida, pero con una formulación nueva sin olor y de baja volatilidad como el Weizen NT, ya que la expectativa es poder emplear un manejo eficiente sobre el control de malezas sin preocuparse por la deriva.
El ingeniero agrónomo dijo que el 25 % del área sembrada cuenta con severos problemas de Richardia, por lo que de las 1000 hectáreas, 700 fueron manejadas con estas soluciones químicas.
El profesional expresó que mediante este tipo de trabajos se puede lograr un posicionamiento correcto de los herbicidas, con lo cual se busca desarrollar herramientas certeras que ayuden a mitigar los efectos de las malezas de difícil control.
El asesor agrícola de la estancia dijo que en toda la región de San Pedro se observa cómo esta maleza va ganando terreno debido a su capacidad de multiplicación, a la cantidad de semillas que posee y a su sistema radicular agresivo. “Con estos trabajos, con mucha seguridad puedo recomendar el uso del Desektor y Predecessor acompañados de una mezcla con el 2,4-D o similares disponibles en el mercado”, precisó.
Acompañamiento
Por su parte, el Ing. Agr. Alcides Vera, responsable del Área de Investigación y Desarrollo de DVA Agro Paraguay SRL, se refirió al trabajo desarrollado dentro de Estancia La Susana de Agroganadera 43 S.A. Al respecto, mencionó que el ensayo experimental se enfocó en el control de una maleza que en los últimos tiempos ha perdido la sensibilidad a los herbicidas.
Como empresa responsable, la firma DVA acompañó a los productores a buscar el posicionamiento correcto y la rotación de ingredientes activos, con el fin de brindarles tranquilidad a la hora de la siembra y sobre todo, que las malezas estén bien controladas.
Dentro de los tratamientos se ha instalado el Desektor (glufosinato de amonio + glifosato) en combinación con el Weizen NT, un herbicida a base de 2,4-D. En el primer golpe se aplicó esta mezcla y para la secuencial fueron probados varios ingredientes activos.
“En DVA tenemos esa posibilidad de ir combinando y encontrando un posicionamiento técnico debido a que tenemos productos dentro de nuestra cartera acordes a las necesidades y a las regiones, ya que estas son bastante diferentes en Paraguay”, expresó.
Vera resaltó que los resultados obtenidos fueron positivos debido a que se pudo definir el posicionamiento técnico ideal para este campo, por lo cual la estancia probablemente tendrá un control total de esta maleza. Por otro lado, se instaló el tratamiento convencional del glifosato más el 2,4-D en secuencial con el paraquat, por lo que quedaron conformes en las lecturas realizadas por la compañía.
“No existen productos malos, sino que, generalmente, se realizan posicionamiento erróneos dentro del programa; es decir, si encontramos el posicionamiento adecuado del producto, no vamos a tener mayores problemas para el manejo y control de malezas”, destacó.
La empresa, asimismo, estuvo desarrollando varios ingredientes activos, con el fin de que las moléculas roten dependiendo del mecanismo de acción de cada herbicida. Dentro de este segmento, la cartera de DVA Agro Paraguay dispone de seis mecanismos diferentes para el control de malezas, acotó.
En el caso de la Richardia brasiliensis -una maleza de difícil control- el ingeniero mencionó que no hubo mayores inconvenientes gracias a las recomendaciones técnicas recibidas y adoptadas en el establecimiento. Se destacó también el uso de dos coadyuvantes muy importantes: el Agetec Titanium, reductor de pH y antideriva, y el Ziel.
“Los resultados obtenidos en la última campaña anteriormente no se tenían debido a que no se disponían de los coadyuvantes que mejoraban la performance del control de malezas. A los productores que hacen una alta inversión para controlar malezas les digo que inviertan algunos dólares más en los coadyuvantes y así aseguren el control de malezas”, resaltó.
Destacó que a raíz de este ensayo surgieron otras moléculas que fueron posicionadas a partir de la recomendación del cliente para el control de malezas. Añadió que también salieron otros resultados para seguir testeando en otras regiones y ver si sigue teniendo el mismo comportamiento, a fin de registrar el producto y que sea comercializado.
“El campo es bastante soberano y hay que sacar un buen producto, ya que el campo tarde o temprano va a delatar si tu producto funciona o no. En DVA es esa la filosofía de trabajo, por lo cual estamos muy conformes con los resultados y lo más importante es que el cliente va a adoptar el sistema”, resaltó.
Mencionó que a partir de la siguiente lluvia seguirán evaluando las nuevas generaciones de malezas. No es suficiente controlar solamente la parte vegetativa de la planta, sino que también el banco de semillas; de lo contrario, las malezas seguirán compitiendo con el cultivo y, por lo tanto, continuarán restándoles rendimiento a los cultivos.
Agregó que en el 2019 se restaron 900 kg por hectárea de los rendimientos logrados en la estancia a causa de la presión de malezas. “Por ese motivo decimos que ponemos toda la carne al asador en la desecación en presiembra para un buen manejo y control de las malezas”, destacó.
Rendimientos
Entre los logros obtenidos en la zafra de soja pasada se destaca un rendimiento promedio de 3300 kg por hectárea, una cifra aceptable considerando las características del suelo de la zona de San Pedro. “En esta estancia trabajamos bastante bien en lo que es la cobertura y estamos incorporando la ruziziensis, crotalaria, nabo forrajero y tuvimos una buena campaña; lastimosamente, los precios no ayudaron, pero cada vez los márgenes en la agricultura son más escasos y tenés que hacer muy bien tu trabajo desde la desecación hasta el posicionamiento de variedades, época de siembra, entre otros puntos, para apuntar a una alta productividad”, añadió Ortiz.
En San Pedro la agricultura es difícil y complicada en comparación con otras regiones por el tipo de suelo y el manejo que debe realizarse. “Ahora por ejemplo, tenemos la cosecha de maíz, que también un cultivo afectado por la falta de agua en el inicio, por lo que los rindes van a ser aceptables”, expresó.
En el segundo departamento la producción de soja y maíz no es sencilla por las condiciones ambientales que se complican aún más con la del mercado. “Nosotros tenemos que apuntar a un costo que pueda ser sustentable, es decir, hay que hacer bien el trabajo y tener un cultivo con los trabajos bien hechos, desde la desecación hasta la cosecha”, enfatizó el asesor.
Sobre los cultivos de cobertura, el ingeniero explicó que hace cinco o seis años que en la estancia se viene apuntando a la producción de soja por medio de una inversión en cobertura, corrección del suelo e instalación de pivote con miras a aumentar los rendimientos. El principal ingreso del establecimiento es la soja, mientras que el maíz es un rubro alternativo para complementar las raciones de animales.
“En suelos arenosos, como la región de San Pedro, la única vía que podemos seguir es la incorporación de cobertura y en esa cobertura está el milleto, la ruziziensis, crotalaria, el nabo forrajero, es decir, todo un cóctel de abonos verdes por incorporar y no siempre pensar que se pueden hacer dos cultivos al año; hay que ir preparando los mejores lotes para el maíz y una parte destinarla a cobertura”, explicó.
Destacó que la curva de rendimiento de los últimos años de aplicación de cobertura fue muy interesante. Acotó que el 2018 fue un año complicado y en la estancia se promedió 2600 kg debido al aporte de los trabajos realizados; en cambio, en la última campaña, si bien no fue la mejor, ya se llegó a 3300 kg. “Con las coberturas que seguimos haciendo tenemos que apuntar a más y si el clima nos acompaña, podemos esperar mayores rindes”, manifestó.
Sobre la planificación de la próxima campaña de soja, mencionó que la idea es arrancar el 15 de setiembre y cuentan con 4000 hectáreas de siembra que deben extenderse hasta el 25 y 27 de octubre. “No es una cuestión de apurar demasiado porque tenemos un área de maíz que no es grande”, añadió.
El ingeniero comentó que poseen un área de maíz de 1000 hectáreas y para el próximo año prevén planificar menos superficie debido a los precios y las condiciones del cereal. “Hoy estamos empatando con lo que tenemos y nuestro plan es arrancar el 15 de setiembre y culminar la siembra hasta el 25 o 27 de octubre”, expresó.
Con relación a la parte pecuaria, en la estancia se realiza un sistema de confinamiento, prácticamente, que es un proyecto de la empresa que consiste en convertir el grano en carne. Por último, el profesional destacó la necesidad de apostar por la integración agrícola-ganadera dentro de los campos para diversificar ingresos y mitigar riesgos.
Coadyuvantes
Ortiz comentó que el uso de los coadyuvantes dentro de las aplicaciones posee la misma importancia que los herbicidas. En este caso, el profesional indicó que en la estancia utiliza un bajo volumen de aplicación equivalente a 40 litros por hectárea.
“Para las condiciones de aplicación y picos que utilizamos, los coadyuvantes son muy importantes y para nosotros son una herramienta necesaria para obtener mejores resultados”, indicó.
En la actualidad, la empresa DVA Agro Paraguay SRL ofrece un producto que trae una mezcla de aceite con silicona. “Hay que olvidarse de usar herbicidas sin coadyuvante; entonces, cada herbicida, insecticida y fungicida tiene que llevar un coadyuvante en cada aplicación que uno hace, por los menos unos 2 a 3 litros para mejorar el efecto de los productos aplicados”, agregó.
A su vez, el Ing. Agr. Arnaldo González, responsable de Marketing del Área de Especialidades de DVA Agro Paraguay, destacó la importancia de los coadyuvantes a la hora del acompañamiento de los herbicidas y enfatizó que en la región se está desarrollando un trabajo técnico acorde a los pedidos de los clientes. En ese sentido, indicó que en el ensayo se utilizó una línea de productos de punta con ingredientes activos en mezcla. “No es menor la importancia del uso del coadyuvante; de hecho, entramos en una etapa en la que el factor ambiental juega un papel muy importante y se acercan las desecaciones y las labores se deben llevar a cabo en el campo”, agregó.
Los coadyuvantes son herramientas fundamentales para que los ingredientes activos realmente cumplan su función que, en este caso, es el control de las malezas. “Hemos colocado un reductor de pH, el Agetec Titanium, que aparte de reducir el pH en 3.5 o 4, también es antiespumante y antideriva y eso para la aplicación de herbicidas es muy importante porque normalmente hay campos colindantes de vecinos”, indicó.
En este caso, el Agetec Titanium condiciona el agua para que el glifosato esté en un ambiente ideal para que la función de los herbicidas sea eficiente. A esto se suma el Ziel, un coadyuvante a base de aceite metilado más órganos siliconados para paliar el ambiente seco, ya que su característica es la penetración y el peso de la gota.
Con los órganos siliconados, en tanto, se logra una mayor dispersión encima de la hoja o distribución de gotas. “Al colocar estos dos productos juntos vamos a tener gotas medianas a pequeñas y homogéneas, que van a llegar inclusive hasta las hojas más bajeras donde aquellas malezas están haciendo un efecto sombrilla para las otras malezas que vienen más abajo”, explicó.
Para la desecación, DVA Agro Paraguay posiciona el Agetec Titanium + Ziel. Para aplicación de estos productos se deben seguir las reglas de mezcla de tanque.
Se recomienda llenar los ¾ de la capacidad del tanque con agua, adicionar el reductor de pH (Agetec Titanium), luego los agroquímicos y por último, sumarle Ziel, el aceite metilado de soja más órganos siliconados.
Eficiencia
La recomendación de la compañía es realizar las aplicaciones con las condiciones ideales, ya que de esta manera, se puede conseguir un 98 % de control de malezas. “En un ambiente seco, las condiciones evidentemente van a limitar la eficiencia, de igual forma, cuando se usa un coadyuvante de buena calidad deberíamos tener un resultado cerca del óptimo”, agregó.
En Paraguay se gasta en desecación entre USD 40 y USD 70 por hectárea para el control de malezas. “Invertir en un producto como coadyuvante de primera línea es algo muy económico porque su función hace que ese producto químico realmente desarrolle el control de malezas difíciles”.
González instó a los productores a tener en cuenta la elección de los coadyuvantes.
[Material publicado en la edición #70 del mes de agosto de Revista Productiva , página 16]