El Dr. Mohan Kolhi, líder del Programa Nacional de Investigación de Trigo, habló con Productiva sobre los desafíos de la nueva campaña que arranca. Mencionó que para reactivar el rubro y animar a los productores es necesario conversar con la industria para establecer un mecanismo de pago por calidad que beneficie a toda la cadena.

 

¿Cuál es el diagnóstico del cultivo del trigo al inicio de una nueva campaña?

Creo que lo que nosotros estamos esperando es que la campaña sea muy parecida a lo que fue el año pasado. No vemos que haya un cambio muy significativo en cuanto al área, pero en el caso del productor triguero, muchas veces él toma la decisión casi al último momento, así que por el momento lo que sabemos es que tenemos una gran cantidad de semillas y hay una cifra redonda cercana a 400 000 bolsas de semillas que serían para casi 150 000 hectáreas y si eso cubre un 30 %, esperamos que el otro 70 % sea básicamente la semilla del productor; por lo tanto, esperamos que la superficie esté cerca de 400 000 a 420 000 hectáreas como el año pasado.

 

¿Qué factores incidieron en la retracción del área de siembra de trigo en las últimas dos campañas?

Desde el 2014, realmente, cuando llegamos casi al tope de la superficie, los precios han estado bajando continuamente y llega el momento en el que el agricultor tiene que estar tomando la decisión de seguir o no. Creo que el primer tema es la parte del precio y, por supuesto, también la parte de que el productor quiere avanzar la siembra de soja, por lo cual tiene que buscar variedades que encajen en su siembra porque, de lo contrario, no llega a sembrar en el mes de octubre, aunque eso no sea tanto un problema porque hay productores que tienen una superficie donde escalonan las siembras tanto con trigo como con soja.

 

Si bien el precio internacional repuntó, ¿qué podemos hacer para motivar a los productores?

El trigo paraguayo es de excelente calidad. Nosotros cada año estamos cosechando trigo muy cerca de 14 % o más de proteína y eso representa cerca del 2 % más de proteína, en comparación con el trigo argentino, y proteína es nitrógeno. El agricultor pone fertilizante nitrogenado, él tiene menos rendimiento, pero saca alta proteína y, lamentablemente, cuando lleva su producto al comercio, ya sea nacional o internacional, él no recibe beneficios por esa proteína, entonces está desalentado de que su rendimiento sea bajo a pesar de que en los últimos años el rendimiento ha sido bajo por la helada. Nosotros si no llegamos a tener helada, nuestro rendimiento promedio va a llegar muy cerca de 2800 a 3000 kg, pero nadie va a garantizar que no habrá helada a mediados de agosto y ese es el problema. Creo que hay factores complicados que están desalentado al productor, entonces él dice “bueno, si voy a perder, no voy a sembrar trigo” y esa es la decisión que toma.

 

“Creo que hay factores complicados que están desalentado al productor, entonces él dice “bueno, si voy a perder, no voy a sembrar trigo y esa es la decisión que toma”

 

¿Trasladaron alguna propuesta a la industria molinera para tratar de establecer un diálogo a favor de salvar al trigo o inclusive posicionarlo en otro sitio como un trigo diferenciado a nivel internacional?

En ese sentido, hemos hablado con la gente de la Cámara Paraguaya de Molineros (Capamol), pero lamentablemente hasta ahora no hemos tenido una respuesta favorable. Por varios años la Cámara Paraguaya de Comercializadores y Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) ha sido un ente que viene apoyando al productor de trigo junto al Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) y el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA). Hemos entablado el diálogo con Capamol y hemos ido a su reunión donde presentamos el proyecto y mostrado la ventaja que tiene el trigo nacional, pero es como que nuestro mensaje todavía no ha sido tomado con todo lo positivo que uno puede esperar y es un tema que personalmente creo que no es que solo Capamol o los molineros deben estar apoyando el precio para que sea un trigo de mejor calidad, sino que también deben estar apoyando el crecimiento de la producción nacional porque eso le va a permitir al trigo afincarse en el país y en lugar de estar vendiendo trigo vamos estar vendiendo harina.

 

Hoy ya estamos exportando harina, incluso. ¿Cómo está viendo esa evolución?

Hay gente que ya está exportando harina no solamente a Brasil, sino también a Bolivia. Entonces, creo que hay una posibilidad, pero todavía quedamos cortos en nuestra discusión con ellos. Nuestra puerta está abierta con la gente de Capeco y del Inbio y estamos dispuestos a visitar a la gente de Capamol de vuelta y si podemos entablar un convenio con ellos donde no solamente nos diga qué otro tipo de trigo ellos necesitan porque eso es otra cosa, actualmente, Paraguay produce solamente el tipo de trigo de panificación, pero hay una gran demanda afuera también para hacer trigo suave, que es para hacer galleta o pizza. Creo que para los molineros y panaderos hay una gran rama de trigos que podemos producir en el país, pero no vale la pena concentrar un producto especial para el mercado cuando el mercado no nos da una entrada.

 

Desde los programas de mejoramiento genético, ¿cómo acompañan esa necesidad del agricultor de producir un trigo de bajo costo?

El productor conoce muy bien que desde que iniciamos el programa nuestro punto principal fue tratar de darle la resistencia genética en tantas enfermedades como sea posible. Actualmente, en las variedades nacionales la mancha foliar no es un problema en la parte inicial, pero puede que sí en algunas variedades y en otras no. No tenemos problemas con la roya y hemos logrado variedades que son resistentes a Pyricularia y variedades que son moderadamente tolerantes o resistentes para Fusarium y creo que el programa está abocado a reducir el costo de fungicidas y es una forma de hacerlo barato, tomando en cuenta la sugerencia de hacer la rotación.

 

Más allá de la resistencia a las enfermedades, el año pasado estaba comentando en una charla a los productores que ellos deben comenzar a hacer rendimiento no en kilos por hectárea, sino que el rendimiento en kilos por día, entonces ahí van a ver que las variedades nacionales tienen una gran ventaja. Estaba haciendo un cálculo y nuestras variedades están entre 42 hasta 53 kg de trigo por día y eso realmente para cualquier país es un gran logro, principalmente teniendo las condiciones climáticas que tenemos. Por supuesto, no podemos pelear contra la helada y allí el productor va a tener que ajustarse, porque en lugar de sembrar una variedad va a tener que sembrar dos variedades y posiblemente la variedad intermedia o ciclo largo va a tener que sembrar temprano y la de ciclo más corto va a tener que sembrar un poco más tarde hasta finales de mayo.

 

¿Qué tipo de acciones se podrían tomar adicionalmente para tratar de incentivar aún más la siembra de trigo?

El más grande incentivo para el productor es el precio. Por ejemplo, si a nivel nacional podemos ponernos de acuerdo con la gente de molinería que ponga un precio en un cuadro frente a su molino “Estoy comprando trigo a tal precio” y si esa información tiene el agricultor creo que a él le va a beneficiar, pero el problema es que muchas veces el productor va y no sabe qué precio va a recibir. Nosotros creemos que para incentivar al productor la mejor manera es a través del pago por la calidad de su producto.

 

En Argentina la proteína está aceptada en 11,5 % y pensemos que en Paraguay es del 12 %, entonces si el productor trae 13 %, se le paga por un porciento extra y si trae 14 % se le paga eso. Es una prueba muy sencilla y en un minuto él puede tener qué porcentaje de proteínas tiene y la proteína es directamente convertida en el gluten, que está relacionado con la calidad.

 

Hablando con la gente de una molinería -la molinería está mandando su trigo a Brasilme estuvieron comentando que el año pasado siempre ganaban entre 15 y 20 % más por lo que se está exportando a Brasil. Si un molinero que está exportando trigo gana 15 % más, por qué no pueden hacer eso los demás como puede ser la cooperativa, el productor individual, el semillero o quien exporta.

 

El incentivo tiene que venir en el precio y ese podría ser el precio declarado para el productor y además pagado en la calidad.

 

“Nosotros creemos que para incentivar al productor la mejor manera es a través del pago por la calidad de su producto”

¿Tiene alguna idea del precio con que va a arrancar la campaña?

Realmente, en la cosecha pasada pudieron ganar un buen precio y llegaron a casi USD 230 y el precio de este momento de USD 220 es un buen precio, pero puede ser que no llegue a eso o llegue a USD 200. Si el productor ha hecho una pincelada antes de sembrar el trigo sobre el control de sus costos, si utilizó el sistema de rotación incluyendo los abonos verdes, donde inclusive puede utilizar menos fertilizantes inorgánicos y cortar una aplicación de fungicidas y tiene buena calidad, creo que abaratando sus costos de producción y expandiendo su panorama en no solamente una variedad él va a tener ganancias. Conozco productores que durante los últimos 10 años han ganado plata con el trigo y no dejan de sembrar trigo porque van a ganar plata con el trigo.

 

Mensaje Final.

El trigo en Paraguay fue un reto y ese reto ya fue logrado, los productores han hecho un excelente trabajo de adoptar el cultivo y mostrar que Paraguay es capaz de producir el trigo. Soy de la época donde anteriormente decía que en el Paraguay no se podía producir trigo, pero ahora produce y exporta trigo.

 

Hay que tratar de apostar por el trigo, utilizar la tecnología adecuadamente y tratar de buscar maneras de cómo valorar el producto que Paraguay produce. Con esos tres elementos vamos a abaratar la tecnología, apostar por el producto y valorar el trigo.

 

Paraguay puede llegar a tener grandes éxitos y no solamente en producir 1 millón o 1,5 millones de hectáreas, sino que Paraguay tiene la capacidad sobre 3 millones o 3,5 millones de hectáreas de soja y tiene capacidad de utilizar apenas el 30 % del área de soja para llegar a 3 millones de toneladas de trigo, con lo cual va a poder realmente hasta negociar en el precio.

 

[Material publicado en el segmento Entrevista de la edición Nº 78 de abril de Revista Productiva, páginas 14 y 15]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]