El banco de semillas no es solo un problema local, sino una cuestión a nivel regional que afecta a todos los países del Cono Sur de América e inclusive a toda la agricultura del mundo. Constituye toda superficie donde las malezas van depositando sus semillas en forma directa o a través del viento, agua, del hombre y de la maquinaria.

 

Ing. Agr. Gerónimo Ortiz / Consultor independiente

 

Existen dos tipos de banco de semillas. Uno de ellos es el transitorio, es decir, la superficie del suelo donde se depositan las semillas en los primeros 5 cm de profundidad, que tendrán la capacidad de germinar durante los primeros años.

 

El segundo es considerado aquel grupo de los persistentes que están por debajo de los 5 cm de profundidad. Estas semillas no podrán germinar en los próximos años porque no están dadas las condiciones para romper su dormencia. Con los sucesos ya sean físicos, como quemazones o movimiento de biomasa, generalmente, esas dormencias se rompen e irán germinando con el tiempo.

 

El manejo de banco de semillas es difícil por varias razones. Una de ellas es debido al espectro de malezas, es decir, la diversidad de especies que se tiene en una determinada superficie.

 

En cuanto al mecanismo de reproducción de la semilla (y más todavía para un manejo de banco de semillas), es muy importante conocer por qué una maleza como la Digitaria insularis se multiplica por semilla y también por cortos rizomas, es decir, en forma sexual y asexual; por lo tanto, cualquier estrategia que se establezca tiene que contemplar el control de los dos modos de acción.

 

Asimismo, la Commelina erecta, Euphorbia heterophylla, Conyza, Richardia brasiliensis y Bidens philosa se multiplican por semillas, entonces se tiene que apuntar a ese factor para poder controlarlo en el campo.

 

Rotación
El propósito de la rotación y combinación de diferentes modos de acción de herbicidas es ampliar el espectro de control, es decir, controlar la mayor cantidad posible de especies de malezas. También se busca un efecto de sinergia para potenciar los herbicidas y que tengan un mejor control o que controlen malezas de mayor tamaño, inclusive.

 

El productor está trabajando en este segmento, pero es necesario prepararse para lo que venga más adelante, porque cada vez son más comunes las dificultades de control de estas malezas.

 

En la desecación el productor está combinando básicamente tres principios de modos diferentes de acción. Primero, los inhibidores de los aminoácidos aromáticos y en el caso específico del glifosato, luego va una mezcla con los herbicidas reguladores de crecimiento, o sea las auxinas, que pueden ser el 2,4-D, fluroxypyr, dicamba y un latifolicida, que son los inhibidores de ALS en el caso del diclosulam, entonces hacen esta triple mezcla para la primera aplicación o primer golpe.

 

A los siete o 10 días se realiza la segunda aplicación para evitar cualquier problema de escape o la emergencia de algunas malezas después de la primera aplicación.

 

Para el efecto se utilizan herbicidas radicales libres, como el paraquat o los inhibidores de la glutamina (glufosinato de amonio). Es importante que los productores puedan conocer más y utilicen cinco modos de acción diferentes, para tener un mejor manejo de la tolerancia o la resistencia.

 

Residualidad
Sobre la diferenciación entre residualidad y persistencia, es bueno dejar en claro un concepto básico. La persistencia es cuando el producto o ingrediente activo puede estar en el suelo, pero no tiene acción residual, mientras que los herbicidas residuales son aquellos que están presentes en el suelo y tienen una acción herbicida sobre las semillas de las malezas.

 

Sabemos que el suelo es un banco de semillas y es muy importante actuar sobre él, por eso la importancia y la utilidad de los herbicidas residuales.

 

Normalmente, se realiza una primera desecación, luego una segunda, pero eso no garantiza que la parcela esté libre de malezas durante todo el ciclo del cultivo, debido al banco de semillas y a la irregularidad en el proceso germinativo.

 

Dentro del concepto de la irregularidad o desigualdad en el proceso germinativo, los herbicidas residuales son las únicas herramientas válidas porque van a actuar en el suelo desde el momento de su aplicación y hasta los próximos 30, 40 o 60 días. Ese residual está condicionado por varios factores, ya sea por la dosis utilizada, las condiciones ambientales que vengan después y la característica propia de los herbicidas.

 

El uso de los herbicidas residuales es muy importante por una sencilla razón: nosotros tenemos dos especies que anteriormente podíamos controlar en posemergencia sin ningún problema, pero ahora no.

 

Tanto la Richardia brasiliensis como la Borreria alata (hierbas calientes), que son de la familia Rubiaceae, son malezas de muy difícil control y normalmente no están presentes en el momento de la desecación, pero luego germinan durante el ciclo del cultivo, entonces, para este efecto los herbicidas residuales son importantes porque van a actuar sobre la semilla de la Richardia brasiliensis y van a germinar después de la desecación.

 

Los herbicidas residuales permiten controlar las malezas que van a venir después de la emergencia del cultivo.

 

Manejo cultural
Los herbicidas residuales actúan en el suelo sobre el banco de semillas a través del tiempo y esa característica es muy útil, pero también tienen algunas limitaciones o requerimientos básicos para su buen funcionamiento. Uno de ellos es la buena humedad del suelo en el momento de la aplicación y también ayuda la precipitación que se tenga luego de la aplicación en los próximos quince días para que el producto penetre los 10 cm en donde está depositado el banco de semillas.

 

Sobre la limitación respecto a la cobertura verde sobre una superficie donde se va a aplicar el herbicida con acción residual, debe tener como máximo 20 % de cobertura verde para evitar el efecto paraguas, es decir, que el producto sea absorbido en totalidad por la masa verde y no llegue al suelo.

 

[Material publicado en la sección Técnica Agrícola (página 26) de la edición Nº 70 de Revista Productiva – Agosto]
[Foto: Revista Productiva]