Aparte de la mezcla de estrobilurinas y triazoles para las enfermedades foliares es importante agregar el grupo de carboxamidas en la aplicación temprana entre el estadio V4 y V6 para controlar la aparición del hongo Diaporthe, causante de la enfermedad denominada anomalía de la soja, expresó en Nación Productiva el Ing. Agr. Wilfrido Morel, director general de FitoLab Paraguay. Agregó que el tratamiento de semillas y la rotación de cultivos son puntos claves para el manejo de esta nueva problemática que se presentó en el campo paraguayo.
El profesional resaltó en el agroclásico de los domingos, cuando fue consultado sobre el posible plan de manejo de la anomalía de la soja, que en Paraguay todas las semillas que se establecen en el campo son tratadas con fungicidas, lo cual consideró un punto importante para mitigar la infección de este patógeno.
“En Paraguay, prácticamente, el 100 % de los productores realizan tratamiento de semillas con químicos y fungicidas que llaman curasemillas. Hay empresas semilleras que ya colocan o vienen con un paquete completo con tratamiento de semillas, que pueden servir para evitar la propagación de esta enfermedad”, manifestó y agregó que también es importante conocer el estado sanitario de las semillas, además de su calidad fisiológica (poder germinativo y vigor), principalmente si hay registro de antecedentes en la zona.
En cuanto a la aplicación de fungicidas foliares, dijo que tiene que ser en etapa vegetativa temprana, especialmente en el periodo vegetativo V4 y V6. “Se tiene que enfocar ya también el manejo de esta enfermedad y como todos organismos fúngicos tienen que ser manejada de manera preventiva. Por eso es importante establecer el manejo durante la etapa vegetativa y utilizar los fungicidas que están indicados para el manejo de esta enfermedad”, expresó.
Morel subrayó que es importante realizar estas aplicaciones, pensando siempre de manera preventiva y evitar la incidencia del patógeno. “La aplicación temprana de fungicidas es un punto demasiado importante para también establecer una estrategia de manejo, pero hay que decir que tenemos que enfocar, en este caso, con un grupo químico un poco más distinto. Estamos hablando del grupo químico de carboxamidas, principalmente, que tiene acción contra este organismo que puede infectar en una etapa temprana”, enfatizó.
Agregó que en este caso el manejo no se puede enfocar solamente en las enfermedades foliares, sino también en esta nueva problemática que se identificó en Paraguay y que allí el productor debe ser bastante cuidadoso y fino. “Utilizando justamente estos grupos químicos que están hoy día en el mercado los fungicidas de última generación, que en este caso llamamos el grupo de carboxamidas”, recalcó.
Apuntó que algunas empresas tienen dentro de su recomendación la mezcla de estrobilurinas y triazoles para el control de enfermedades foliares en una fase temprana. No obstante, para prevenir la infección de la anomalía de la soja, ya se debe enfocar en el grupo de carboxamidas. “Mezcla de estrobilurinas, triazoles y carboxamida», recomendó.
El fitopatólogo también señaló la rotación de cultivos como una estrategia importante para reducir la fuente de inóculos del patógeno en el campo. Con la rotación se busca que el rastrojo se mineralice y se incorpore al suelo, disminuyendo así la presencia del patógeno en la superficie. De esta manera, se reduce el riesgo de infección en cultivos posteriores.
En cuanto a la dinámica del hongo, explicó que infecta a la planta en la fase temprana en el estado vegetativo, pero los síntomas característicos se manifiestan recién en la etapa reproductiva, especialmente durante el llenado de granos y maduración fisiológica, cuando se observa pudrición de vainas y granos. También puede haber ruptura en el tallo.
El organismo se hospeda en el rastrojo, por lo que es crucial monitorear áreas comerciales, especialmente aquellas con presencia de rastrojo, ya que esto puede indicar el riesgo de infección en el cultivo. El análisis de rastrojos permite determinar la presencia del patógeno y anticipar posibles problemas. “El desarrollo en el cultivo es igual que todos los patógenos, prácticamente en 8 y 10 días ya hay colonización cuando las condiciones climáticas son favorables”, subrayó.
[Foto: aplicación de fitosanitarios en soja / Imagen ilustrativa / Archivo Productiva C&M]