La Ing. Agr. Stella Candia, directora de MAS Investigación y Desarrollo Agronómico, explicó en Nación Productiva que la presencia del pulgón amarillo que ataca la planta del sorgo se debe al crecimiento importante que tuvo este cultivo en cuanto a superficie y a las condiciones climáticas que propiciaron la propagación de nuevas colonias. Agregó que si bien es una plaga nueva que requiere de estudios, existen herramientas, como los productos sistémicos a base de neonicotinoides, para controlar la población, además de un acompañamiento permanente mediante el trabajo de monitoreo de las parcelas.
Durante el agroclásico de los domingos, ocasión en la que hablamos del “Pulgón amarillo en sorgo: una amenaza latente”, la entomóloga destacó que la situación que propició la aparición de la plaga es el aumento de la superficie de siembra del sorgo en el presente ciclo agrícola en nuestro país. Recordó que en la campaña 2020/21 Argentina reportó la presencia de este insecto y en esa misma temporada en Paraguay también hubo reportes de la plaga, pero no con la condición actual.
Señaló que este año se dio la oportunidad de sembrar sin tener en cuenta la cantidad de plagas que tiene el cultivo de sorgo, que comparte las mismas plagas con el maíz y el trigo y tiene una propia, que es el pulgón amarillo del género Melanaphis sorghi. “Esto es propio del sorgo, pero tiene otras plagas que comparte con el maíz como la chinche barriga verde, la Spodoptera frugiperda, que comparte con el maíz y con el trigo; el pulgón de la hoja de trigo Schizapis graminum, y el pulgón de la hoja de maíz Rhopalosiphum maidis”, remarcó.
Explicó que la aparición del pulgón amarillo también se debe a la sequía, que propició el ambiente favorable para la formación de pulgones alados que crearon nuevas colonias que alcanzaron las plantaciones en Itapúa y, probablemente, otros departamentos por esa condición climática de alta temperatura y baja humedad, y luego lluvias y bajas temperaturas. “Al principio, creíamos que tenía un rango de condiciones climáticas, pero el rango es muy amplio una vez que se tienen los pulgones alados para formar las colonias en diversas localidades”, resaltó.
Enfatizó que el productor cuenta con herramientas para proteger el cultivo de sorgo, empezando por el curasemillas a base de neonicotinoides, ya que deben ser sistémicos, además de un monitoreo constante sobre el cultivo una vez germinado.
La entomóloga precisó que para controlar el pulgón amarillo se necesita un producto que se mueva en la planta, ya que es un pulgón medio atípico que no se encuentra en el haz, sino en el envés de la hoja. “Si nosotros estamos usando productos de baja sistemicidad traslaminar, con poco movimiento como están haciendo muchos productores que no ven un control adecuado, ya que necesita un movimiento total dentro de la hoja para que estos pulgones sean controlados”, añadió.
Expresó que hay una necesidad de ajustar el manejo, sobre todo de las plagas chupadoras, porque el cultivo debe estar libre en la etapa de prefloración, ya que en la primera y segunda etapa vegetativa se tiene que formar el follaje sin interferencia de plagas. “Ese follaje es el que va a sostener después la parte reproductiva, va a sostener la panoja y todo lo que al productor le va a dar dinero», subrayó.
Candia expresó que a las parcelas que tienen 50, 100 o 150 pulgones por planta se les puede aplicar productos sistémicos, como los neonicotinoides. “Pueden usar el tiametoxam, el imidacloprid, el acetamiprid, pueden usar el piriproxifen y después tenemos productos mucho más específicos y más modernos que yo no sé si están teniendo etiquetas para controlar pulgones en sorgo como, por ejemplo, los ketoenoles, un grupo fantástico que actúa sobre la cadena de lípidos del insecto, como el spirotetramat, el spiromesifen, el spiropidion”, acotó.
Comentó que el spirotetramat es un producto que está en el mercado en mezcla con el piretroide; el spiromesifen está solo, mientras que el spiropidion, en mezcla con el acetamiprid. “Estos productos se diferencian de los productos de contacto y los productos traslaminares, y lo ideal es evitar el uso de piretroides repetidas veces. Los piretroides hacen que se produzca el efecto rebote y aumente la población de pulgones y elimina la población de enemigos naturales, hay que tener en cuenta esas recomendaciones”, resaltó.
Señaló que los productores usan mucho los carbamatos, como el pirimicarb, que es un producto bueno para los pulgones que están en el haz como el pulgón de trigo, el pulgón de maíz, pero para el pulgón amarillo que está en el envés, que necesita de mucho movimiento, no es el más adecuado.
Resaltó que el cultivo de sorgo es muy rústico y puede recuperarse de la falta de humedad, pero no de la falta de control de plagas, por lo que el daño es irreversible en muchos casos. “Por eso se deben tomar medidas, juntarnos y prevenir, hacer recomendaciones correctas para prevenir de aquí en más este ataque violento que está teniendo los sorgales”, recalcó.
La profesional comentó, por último, que todavía no se está reportando tolerancia o resistencia a productos y recordó que el pulgón amarillo vino de África, pasó por Estados Unidos, luego a México, hasta llegar a Argentina y de ahí a nuestro país.
[Foto: planta de sorgo atacada por el pulgón amarillo / Gentileza Stella Candia]