El Ing. Agr. José Schlickmann, técnico de campo, enfatizó en Nación Productiva la importancia de realizar el monitoreo constante de los cultivos, porque este será el año de las plagas, debido a un intervalo relativamente grande entre una lluvia y otra, en el cual aumenta la temperatura y el clima se vuelve seco, lo que lo convierte en un escenario propicio para la proliferación de insectos. Remarcó por ello la necesidad de tener en cuenta el historial de la parcela para un manejo efectivo.

 

El profesional señaló que en lo que va de octubre y el inicio de noviembre se está viendo muchos ataques de plagas en línea general. Sin embargo, acotó que a una de ellas (los trips) se la suele dejar de lado porque es diminuta, pero como hay tres especies del insecto resaltó la importancia de reconocer e identificar a cada una porque tienen manejos diferentes y producen daños en etapas iniciales que muchas veces retrasan el crecimiento de la planta.

 

Uno de esos daños es el encasquillamiento de las hojas, ya que quedan arrugadas y aparece una fitotoxicidad, pero acotó que, en realidad, son ataques de trips, a los que no se les presta mucha atención, pero se proliferan dentro del cultivo y están asociados al clima más seco.

 

Por otro lado, el ingeniero agregó que ya existe una migración de chinches desde sus hospederos alternativos, principalmente alrededor del monte, parcelas de girasol y pastizales, donde pasaron hibernación. Explicó que estos insectos hibernan desde la última zafra hasta la presente, periodo que se conoce como diapausa y dura entre 115 y 120 días.

 

Así también, habló de la aparición de “una plaga relativamente exótica”, la falsa medidora, pero que desde el 2019 prácticamente ya se venía reportando y es relativamente resistente o tolerante.

 

“Por lo menos acá en Paraguay no hay relato de resistencia, todavía no se analizó. En Brasil ya se constató la resistencia y la palatabilidad de la soja BT para esa plaga; anteriormente se controlaba con el cultivo BT, actualmente es una plaga que se está escapando y tenemos que tomar providencia”, enfatizó.

 

El profesional destacó que dentro de todas esas plagas la más importante es la chinche marrón. Acotó que el cultivo está susceptible a su ataque a partir de la etapa reproductiva, estadio R2 con floración plena.

 

“Como la mayoría de los cultivares son indeterminados, lo que quiere decir que va a florecer y emitir vaina al mismo tiempo, va a haber siempre comida disponible para la chinche”, precisó.

 

Para realizar las aplicaciones se puede tener en cuenta una población de 1 o 1.5 chinches por metro lineal, inclusive hay literatura que habla de 0.5 chinche por metro lineal, dependiendo de la característica del cultivar, explicó el experto.

 

Señaló que actualmente hay chinches relativamente debilitadas, por ese tiempo que no tuvieron la principal proteína que son justamente las leguminosas, por lo que este es el momento ideal para controlarlas.

 

“Inclusive si el cultivo no está en etapa vegetativa es bueno controlar la población, antes de la proliferación y la reproducción de los insectos. Antes de instalarse una nueva población, una nueva generación”, añadió.

 

Enfatizó que es imprescindible realizar el monitoreo cuando tenemos las primeras migraciones. En ese aspecto, remarcó que es importante controlar las chinches adultas, pero luego de 7 a 10 días se debe realizar la siguiente aplicación para eliminar las ninfas.

 

Recalcó, por último, que se debe tener el historial de insecticidas para asegurar la rotación de principios activos, que es muy importante para el control de esta plaga.

 

[Foto icon-camera : Ing. Agr. José Schlickmann, técnico de campo / Gentileza]