El picudo, el más peligroso, temido y menos deseado en las parcelas de algodón en el Chaco, finalmente hizo su aparición en la presente campaña del rubro textil y con ello se elevan las preocupaciones de los productores y les obliga a establecer medidas de mitigación para evitar posibles pérdidas, comentó a Nación Productiva, el Ing. Agr. Jorge Duarte Zena, consultor independiente que tiene a su cargo la asesoría de varias empresas agroganaderas en el Chaco Central.
En el agroclásico de los domingos, Nación Productiva, emitido en Canal PRO, el profesional destacó que se recibieron reportes de varias unidades productivas sobre la aparición del temido picudo y con ello se busca establecer manejos en pleno desarrollo del cultivo y posterior a la cosecha para reducir la incidencia de esta voraz plaga habitual del algodón.
“Sí, recibimos reportes, pero tarde o temprano iba a presentarse esta plaga. Nosotros desde la formación de las bochas comenzamos con aplicaciones preventivas de insecticidas y así tratamos de evitar el ingreso de las plagas”, comentó.
Duarte Zena comentó que además de realizar los controles preventivos con defensivos agrícolas para reducir la población, están implementando una cuarentena de maquinarias cosechadoras para evitar la proliferación de esta plaga de un punto a otro, a través de los fierros.
Explicó que esta cuarentena es un proceso que se extiende de cinco a seis días entre la conclusión de los trabajos de un establecimiento y el paso al siguiente campo. Acotó que en ese periodo se trabaja con el encarpado de las máquinas, con un manejo de insecticidas, para reducir al máximo el posible traslado de las plagas a otras unidades de producción.
“De esta manera, tratamos de reducir la incidencia, porque una pareja de picudos es capaz de generar uno a dos millones de descendientes”, expresó.
Destacó que esta medida fue aplicada con los prestadores de servicios de manera responsable para evitar una mayor proliferación de la plaga.
Precisó, además, que posterior a la cosecha de algodón se realizará el manejo correspondiente con el rastrojo para evitar que se queden hospederos que faciliten la multiplicación de esta plaga.
“Allí se harán aplicaciones para reducir la población, así como monitorear constantemente para evitar que algunas plantas guachas vuelvan a florecer y generen con esto una mayor atracción de la plaga”, acotó.
Se estima que en el Chaco se sembraron en esta campaña 2022/23 más de 50 000 hectáreas de algodón, un aumento de prácticamente 200 % respecto a la temporada anterior.
[Foto : Jorge Duarte Zena]