El uso adecuado del suelo, la incorporación de semillas de calidad y de todo el paquete tecnológico puede ayudar a las pequeñas fincas no solo a sostenerse, sino a crecer y a apuntar a mejorar la condición de vida de sus miembros.

 

Faminio Núñez y su familia.

Así lo sostuvo Flaminio Núñez, un microproductor de 6 hectáreas de la compañía María Auxiliadora del distrito de Raúl A. Oviedo (Caaguazú), quien junto a su esposa Idalina Giménez, logró salir del círculo de pobreza, asumiendo el desafío de producir más con menos para beneficio de su familia, la comunidad y el país.

 

Esta experiencia positiva dentro de la agricultura familiar fue presentada durante una jornada de campo sobre Agricultura Sustentable y Uso y Manejo de la Biotecnología, programa desarrollado por el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), en conjunto con el Ministerio de Agricultura Ganadería (MAG).

 

“Con este trabajo aprendimos que el suelo es lo más importante. Solo existen en el país suelos mal manejados que no pueden seguir brindando buenos resultados; en cambio, en la medida que se vaya alimentando ese suelo con rotación, diversificación, siembra directa, abonos verdes, se nota cómo sigue ofreciendo capacidad para producir alimentos de mayor calidad”, aseguró.

Flaminio, un microproductor agropecuario, dispone de apenas 6 hectáreas, en donde maneja dos hectáreas de soja, una de maíz para ensilaje planta entera para la nutrición de sus vacas y tres hectáreas para 74 animales de características lecheras, de los cuales 30 están en producción, con lo cual genera prácticamente 710 litros diarios de leche que son entregados a la industria de la zona.

 

Mediante la utilización de las Buenas Prácticas Agrícolas desarrolla una producción eficiente de granos y ensilaje. En la cosecha de maíz realizada en la jornada de campo logró alcanzar 48 toneladas de producción de materia seca para nutrir a sus animales. Realiza un almacenamiento con silo bolsa para resguardar el alimento fundamental para el ganado lechero.

 

Sojapar R19, variedad sembrada por Flaminio Núñez en su finca.

En el caso de la soja, la variedad Sojapar R19 sembrada en el lugar, tiene un desarrollo óptimo, pese a enfrentarse a diferentes variables en la presente campaña 2018/19. Es así que espera superar la barrera de los 3000 kg por hectárea. En la zafra anterior obtuvo un rinde de 3600 kg por hectárea en promedio.

 

El concepto de trabajo incorporado en esta pequeña finca le ayuda a su familia a obtener una buena rentabilidad, además de tiempo para descansar y disfrutar, ya que antes, cuando sembraba algodón en forma convencional, solo acumulaba horas de trabajo y miseria.

 

“Antes nosotros trabajábamos de sol a sol y no teníamos ganancia; ahora, con el uso de la biotecnología podemos trabajar pocas horas, descansar, compartir con la familia, ganar dinero, diversificar nuestra finca y eso nos pone contentos, porque mediante nuestro trabajo estamos progresando”, enfatizó Flaminio.

El productor comentó que lastimosamente muchos campesinos no reciben una buena orientación para producir en forma sustentable, con tecnología y conocimiento. Agregó que el agricultor de pequeña finca debe ser el principal interesado en aplicar tecnología para mejorar la productividad, porque el margen de ganancia de la producción agropecuaria es cada vez menos, por ende, se debe apuntar a producir más en la misma superficie.

 

Por su parte, el Ing. Agr. Víctor González, responsable técnico del Programa de Agricultura Sustentable y Uso y Manejo de la Biotecnología, comentó que en la jornada hubo cinco estaciones presentadas con diferentes trabajos: Labores Agrícolas realizadas en la finca; Soja: variedad Sojapar R19, densidad y manejo adecuado; Maíz VT3PRO y maíz RR: densidad y manejo adecuado; Calicata: manejo de suelos y sistemas de preparación, y Forrajes: características metodológicas de conservación.

 

[Fotos  icon-camera : Gentileza Inbio]