Las cuantiosas pérdidas en la zafra, la depreciación de los commodities, el alto costo de producción, la poca salida de productos y el proceso de refinanciación de deudas parecen no ser suficientes problemas para el agro paraguayo. A todos estos factores se suma la posibilidad de que el mercado argentino, principal destino de la soja paraguaya, comience a generar límites para su importación, lo cual noquearía a todo el sistema productivo de nuestro país.

 

Dentro del marco del “Régimen de Importación Temporaria para Perfeccionamiento Industrial” vigente en la República de Argentina, se formuló una nueva disposición del gobierno del vecino país que consta del pago de una tasa de estadística del 2,5 % para el ingreso de soja en el territorio argentino, según indica la publicación de Valor Soja.

 

Como consecuencia, esta nueva medida ocasionaría un perjuicio directo a las empresas agroexportadoras y los sojicultores de Paraguay, considerando que Argentina es actualmente el principal mercado de la oleaginosa nacional, con un 66 % de participación.

 

En enero de 2016 el presidente argentino Mauricio Macri habilitó nuevamente el régimen de admisión temporaria (prohibido por su antecesora Cristina Fernández), diseñado para importar granos que, luego de procesarlos en territorio argentino, son exportados como productos agroindustriales. Esta medida fue tomada para el ingreso de soja de otros mercados, de modo a mitigar las pérdidas de materia prima registradas en la zafra argentina.

 

El punto es que a partir de mañana martes, según lo dispuesto por el decreto 332/19, ya no será tan rentable ingresar soja dentro del marco de ese régimen porque se dispuso que la importación pasará a estar gravada con una tasa de estadística del 2,5 %, tanto para las destinaciones definitivas de importación para consumo como para las suspensivas de importación temporaria y tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2019.

 

Según los fundamentos de esta medida, “las operaciones de comercio exterior requieren de actividades específicas del Estado nacional, las cuales comprenden registraciones, cómputos, sistematizaciones, fiscalizaciones, habilitaciones y certificaciones, entre otras tareas”.

 

El decreto remarca “que se exige la intervención del INTA (…) en toda importación que afecte áreas de su competencia, lo que se manifiesta en los controles fitosanitarios que se hacen a las mercaderías importadas”, que también “intervienen en las importaciones otros organismos tales como el Senasa, Anmat e INTI” y que esos “colaboran en la construcción de estadísticas cada vez más sofisticadas e interrelacionadas”.

 

El texto del decreto sostiene “que razones de equidad y política fiscal fundamentan que el sostenimiento de actividades concretas y determinadas realizadas por el Estado sea afrontado sustancialmente por quienes efectúan las operaciones que las motivan y no por la comunidad en su conjunto a través de rentas generales de la Nación”.

 

Además, señala que “el Gobierno nacional se ha propuesto equilibrar las cuentas públicas y eliminar el déficit primario a partir del año 2019”, por lo que “de acuerdo a esto, es necesario incrementar transitoriamente la alícuota de la tasa de estadística”.

 

En el 2018 ingresaron a Argentina 6,63 millones de toneladas de poroto de soja provenientes de Paraguay, principalmente, además de Uruguay, Brasil y EE.UU., mientras que en el primer cuatrimestre de este año, entraron 2,09 millones de toneladas.

 

[Fuente: Valor Soja]