Desde esta edición, en el segmento Entrevistas de Revista Productiva estaremos compartiendo las historias de vida publicadas en el programa de televisión que rompió los paradigmas en Paraguay: Productiva Life. En esta oportunidad, uno de nuestros entrevistados, Eno Michels, comparte su fantástica historia de vida.

 

¿Cómo fueron tus inicios en Paraguay?

 A los 14 años paré mis estudios y vine a Para – guay con mi padre, pero preocupado por terminar el colegio volví a Brasil luego, por dos años más. Regresé a Paraguay en 1979 hasta 1980; en 1981 fui al cuartel en Brasil para cumplir el servicio militar y volví a Paraguay en febrero de 1982.

 

¿Cómo fue ese regreso a Paraguay?

Le acompañé a mi papá y no fue fácil porque me crié hasta los 14 años en Brasil y tenía amigos. Al llegar a Paraguay todo era monte y los domingos me quedaba a mirar el horizonte, diciendo “¿Qué estoy haciendo?”, pero tenía la confianza de que mi papá había hecho lo correcto.

 

¿Cómo fueron esos primeros pasos?

Fue muy difícil, porque para hacer las compras de mercaderías para la casa o para comprar algún medicamento tenías que ir 12 km a pie o a caballo. Las dificultades eran grandes.

 

En 1990 me casé, en 1992 le tuve a mi primera hija, que hoy es arquitecta. En 1994 vendí la propiedad de San Alberto y compré esta propiedad con 75 hectáreas.

 

Los árboles son nativos, que dejé crecer, y otra parte volví a plantar. Hoy vivo en Nueva Esperanza y desde 1994 estoy trabajando acá en la región.

 

En 1996 hubo un movimiento para levantar una cooperativa con una asociación de productores. En 1997 se creó el Grupo Apane S.A. y hoy es una empresa que está fuerte en Nueva Esperanza, de la cual soy socio.

 

Siempre trabajo en la producción teniendo de – safíos porque tenemos nuestra empresa a cielo abierto. De la noche a la mañana podemos tener un buen maíz, pero después está todo tumbado en el suelo por el viento. Estamos acostumbrados al riesgo.

 

¿Cómo enfrentaste todo ese cambio?

Yo era un joven muy callado, pero con muchas ganas de trabajar. No tenía dificultades de quedarme toda la noche entera trabajando porque en aquel entonces se plantaba el cultivo de menta para sacar el aceite de menta.

 

Siempre tuve ganas de trabajar y tener mi capital propio. Hoy les digo a mis hijos que hoy ellos pueden caminar por cada cm2 porque yo tengo historia de cómo adquirí cada uno de mis bienes.

 

“Siempre trabajo en la producción teniendo desafíos porque tenemos nuestra empresa a cielo abierto. De la noche a la mañana podemos tener un buen maíz, pero después está todo tumbado en el suelo por el viento. Estamos acostumbrados al riesgo”

¿Cómo te relacionás con tus colaboradores en el campo?

No le veo al colaborador que tengo en la chacra como un empleado, sino como un amigo que me hace llevar adelante el proyecto de trabajo que tengo. Es un trueque constante de información.

 

“Siempre tuve ganas de trabajar y tener mi capital propio. Hoy les digo a mis hijos que hoy ellos pueden caminar por cada cm2 porque yo tengo historia de cómo adquirí cada uno de mis bienes”

¿Cómo sobrellevaste los años malos?

Uno no cree que va a ser tan drástica o catastrófica la situación. Particularmente, en el 2022 pensaba sembrar, cosechar y ver qué hacer después, pero llegó un momento que tuve la consciencia de que me iba a faltar para las inversiones. Finalmente, se confirmó una de las peores sequías de la historia en Paraguay.

 

Dentro de la región, el año pasado fui uno de los pocos que coseché 1530 kg. Tuve una buena implantación del cultivo porque tengo una buena historia de construcción de suelo y algunos chaparrones hicieron que coseche un poco más que los otros, pero no fue suficiente para pagar la inversión.

 

Gracias a que tenía una línea de crédito abierta logré sacar un préstamo en el banco y fue un logro y arduo trabajo que nosotros hicimos en ese tiempo, cuando era presidente de la APS, porque se lograron flexibilizar los créditos a largo plazo para los productores.

 

 

“No le veo al colaborador que tengo en la chacra como un empleado, sino como un amigo que me hace llevar adelante el proyecto de trabajo que tengo”

¿En este año se pudo recuperar?

Este año fue excepcional y pude equilibrar mis cuentas. Cuando podemos cumplir con la parte económica nos deja bien puesta la familia y todo.

 

Mensaje

Quiero que mi familia le dé seguimiento a este trabajo en el futuro y que me recuerden por ser honesto. Y que los colaboradores puedan ver que siempre quiero ver lo mejor para los que están conmigo.

 

Al pueblo paraguayo, que ve al sector como un enemigo, no es así; estamos haciendo bien la tarea y hoy tenemos un sistema de siembra directa muy bien instalado. Paraguay es un ejemplo para el mundo de todo el cuidado del ecosistema.

 

Lo que ganamos en Paraguay como productores, lo invertimos de vuelta en Paraguay con empresas legalmente constituidas. Se puede tener la seguridad de que el 99 % reinvierte en Paraguay, nosotros vinimos a contribuir para el progreso del país y seguimos haciéndolo así porque mi esposa y mis hijos son paraguayos.

 

No soy paraguayo, pero elegí Paraguay para vivir.

 

Ficha Personal. Eno Michels, productor de Nueva Esperanza, departamento de Canindeyú, trabaja en la zona desde 1994. Llegó a la ciudad de San Alberto (Alto Paraná) en 1976 de Brasil cuando tenía 14 años de edad, junto a su padre, quien consideró la oportunidad de venir a Paraguay mediante un proyecto de Gobierno que invitaba a productores brasileños a trabajar.

 

Eno Michels fue presidente de la Asociación de Productores de Soja, Oleaginosas y Cereales (APS) y concejal municipal de la localidad de Nueva Esperanza. Es socio accionista del Grupo Apane S.A.

 

[Material publicado en el segmento Entrevista de la edición Nº 106 de agosto de Revista Productiva, páginas 12 y 13]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]