Preñar a las hembras es anualmente un desafío para los productores pecuarios, pero lo es aún más cuando las condiciones ambientales no son las ideales. Es así que en el Chaco el concepto de “todo suma” es un aliado importante para determinar el futuro de los establecimientos que apuestan por el ciclo completo y necesitan una reposición de calidad.

 

El Dr. Mauricio Duarte, responsable del área ganadera en la unidad de producción de Estancia Guaporé, de Agroganadera La Huella S.A., está trabajando con mucho ahínco para lograr los objetivos de la próxima entrada en servicio de las hembras en condiciones corporales óptimas.

 

El profesional dijo que en este campo se manejan las hembras de recría de la firma La Huella S.A. Llegan para la invernada y cuando obtienen el peso requerido se envían nuevamente a su lugar de origen.

 

Explicó que las hembras de recría (carimbo 0) son suplementadas con soluciones nutricionales proteicas. Debido al clima, se les suministra sal proteinada, que les ayuda a la buena digestión, sobre todo en esta época en la que el pasto es pobre en proteínas.

 

Comentó que, actualmente, se les suministra una proporción de 1 % kg/PV. “Por ejemplo, si el animal tiene 250 kg, debería ganar 250 g por día. La falta de pastura estamos supliendo con heno de producción propia”, explicó.

 

El principal objetivo del planteo es la ganancia de peso, de modo a que los animales carimbo 0 lleguen al servicio de primavera que a priori arrancaría en octubre. “Estamos llegando al objetivo que es ganar peso. Estos animales se pesan cada dos meses con una previa sanitación. Son animales muy buenos”, agregó.

 

La ganancia de peso promedio rondaría los 350 gramos por día. El peso de ingreso de los animales es de 250 kg. En el momento de la visita, la mayoría estaba pesando entre 280 kg y 300 kg.

 

Para entrar a servicio el peso de base es entre 320 y 330 kg para las razas híbridas, mientras que para las cebuinas, 350 kg con un previo GDR (grado de desarrollo reproductivo).

 

Condiciones. Mencionó que en este año no hubo buenas lluvias en el campo de Guaporé, pero igual consiguieron óptimos resultados con un manejo rotativo de las pasturas y una carga adecuada. Expresó que mediante esta práctica se está paliando la sequía que está golpeando la producción. Además, destacó que es una alternativa para mantener el stock de animales y llegar el objetivo planteado por la dirección de la empresa.

 

“La rotación de pasturas la realizamos en forma eficiente. En primavera es por semana. Ahora, en invierno la rotación es más constante; es decir, cada lote tiene un circuito destinado que consiste en un callejón por cada cierto número de animales. Contamos con cinco a seis potreros en promedio en donde van rotando estos ejemplares”, explicó.

 

La unidad ganadera actualmente es de 0.5, que fue un ajuste realizado para mantener el manejo con la suplementación, con el fin de aprovechar lo que queda de pastura. En una condición normal de lluvias, la carga animal llega a 1,5 unidad ganadera por hectárea, añadió.

 

Reservas. El campo Guaporé está trabajando con la pastura gatton panic para henificación. Los rendimientos en promedios son de 20 y 25 fardos por hectárea en una superficie de 90 hectáreas destinadas para este fin, pero en esta temporada prolongada sin precipitaciones el rinde se redujo notoriamente, aunque lograron realizar un corte antes de la agudización de la falta de agua.

 

“Se prevé suplementar a las hembras hasta octubre, después van para el servicio porque tienen peso y las que no llegan tendrán que esperar un poco más”, agregó.

 

Por lo general, el manejo de los lotes es por categoría de animales. Finalmente, dijo que la principal meta del campo Guaporé es terminar toda la recría. Agregó que, por lo general, los niveles de porcentaje de preñez están por encima de 85 %, pero en estas condiciones se vuelve desafiante mantener estos índices.

 

Por su parte, el Dr. Enrique Aguilera, asesor técnico comercial de Granusa, habló sobre las estrategias implementadas en el campo. “Estamos en la Estancia Guaporé, un establecimiento de recría de hembras que pertenece al grupo de Agroganadera La Huella S.A. Estos animales son criados en la estancia, se destetan y vienen acá con un programa de una sal proteica de adaptación, con el fin de que se acostumbren lo más rápido posible a consumir el fardo o la pastura seca de los potreros, con un consumo Ganadería Productiva Dr. Mauricio Duarte de hasta 2 g por kg de PV”, explicó.

 

Resaltó que una vez terminado el periodo de adaptación, que este año fue de 30 días, se pasa a la suplementación proteica de 1 g con un producto que se fue ajustando en diferentes etapas, considerando que en esta región existen ciertos problemas con la salinidad del agua, que dificulta lograr el consumo deseado.

 

Explicó que con el lote de hembras se busca adelantar el servicio, de entre 14 a 16 meses, con un porcentaje interesante que servirá para poblar los campos de la firma. La suplementación recibida por las hembras es de entre 250 a 300 g de promedio, aunque podría ser ajustado conforme el cambio de potreros o vacunación contra la fiebre aftosa.

 

“Es un producto diseñado para el Chaco con un ajuste, sobre todo, de microminerales como el selenio, cobre y zinc. El estado de las vaquillas es impecable y se las nota sanas, sin presencia de parásitos y con el pelaje brilloso; eso es una señal de que están consumiendo de manera correcta y aprovechando la fibra”, resaltó.

 

Con esta estrategia, al acortar los ciclos de producción, es viable liberar los campos porque estos lotes inicialmente estuvieron encerrados por un periodo de 15 a 30 días. Agregó que eso ayudó a toda la parte organizativa del movimiento que implica traer los animales, pesarlos y clasificarlos, además de controlar los piquetes y aguadas. El esquema ayuda a ganar entre seis y siete meses dentro del ciclo productivo. “A la par de ello, considerando el consumo limitado y el efecto que tiene ese producto en el desempeño posterior del animal, permite pagar la cuenta”, agregó.

 

Pasto Guasu. El profesional comentó que el Pasto Guasu nació a mediados de enero cuando se realizó la primera visita a la zona, donde se vio un panorama preocupante por la seca. Añadió que allí nació la idea de hacer un producto que reemplace al fardo y sea un balanceado de consumo limitado para suplantar al pasto.

 

El costo del fardo, actualmente, está entre G 350 000 y G 400 000 sin considerar el 20 o 25 % de pérdida que se tiene en el suministro, por ende, para ese segmento de productores que no dispone de más fibra, el Pasto Guasu es una opción de entrega en las bateas, que viene en forma peletizada de 4 mm y el consumo es de 0,5 a 1 % PV, dependiendo de si el productor quiere mantener o conseguir un poco más de ganancia de peso.

 

Explicó que el producto tiene 15 % de proteína y alta energía. Para la gente que sigue dando fardo, por ejemplo, se puede complementar con el producto, de modo a que el fardo dure más, atendiendo su escasez, acotó.

 

El Pasto Guasu está siendo utilizado en Mariscal Estigarribia e Infante Rivarola, donde la condición es crítica. Añadió que hasta el momento va teniendo muy buena aceptación.

 

Resaltó que debido a la seca, la calidad del heno suministrado es otro punto a considerar. “El heno a esa altura ya es una mezcla de todo lo que queda, entonces ya no hay una garantía de lo que se le entrega al animal, es más bien para que el animal sobreviva y a lo mejor ya no tiene nada de proteína. De por sí, el heno en su mejor momento tiene 6 a 7 % de proteína. Los animales de recría necesitan proteína para seguir creciendo y al no tenerla sacan de su reserva, por lo que empiezan a bajar considerablemente de peso y después de eso es el doble de inversión y el doble de erogación económica para recuperarlos”, precisó.

 

Experiencia. El Ing. Agr. Abel Bobadilla, gerente de Agroganadera La Huella S.A., comentó que la empresa se enfoca en el ciclo completo de la producción de carne.

 

Manejan tres campos, de los cuales La Huella es el principal; posee 25 000 hectáreas de pasturas y se dedica 100 % a la cría. Acotó que además cuentan con dos campos arrendados a largo plazo que son Guaporé y Urupay; el primero se dedica a la recría de hembras y el otro, a la invernada de machos.

 

La empresa tiene una forma de planificar en la que el forraje tiene que estar un año antes dentro del campo, de modo a contar con la reserva forrajera para la época crítica como la sequía.

 

“Gracias a la planificación anticipada contamos con una reserva de rollos de fardos de gatton panic, que da para todo el año e inclusive habría sobrantes para el año que viene. Esto nos permite planificar la estrategia de producción con un año de anticipación y no entrar en sobresaltos en los que uno normalmente se ve afectado en la propia planificación anual”, indicó.

 

En la línea genética hay que tener en cuenta que La Huella inició como un campo 100 % de invernada, que debido a los altos precios en la reposición, en el 2016 se vio obligado a pasar a la cría. Al respecto, Bobadilla agregó que la base en ese entonces estaba constituida por vaquillas de compra que venían de todos los lugares del país y de distintas razas. Actualmente, dijo que la empresa se enfoca en la raza brangus, ya que la línea de trabajo es la adaptación y la parte reproductiva, sin olvidar las caracterizaciones raciales.

 

Desarrollo. Debido al gran impacto logrado con la suplementación invernal y considerando la capacidad de producción de forraje en el verano, la empresa proyecta realizar suplementaciones en periodos de agua o en verano para aprovechar mejor el pasto.

 

A su vez, considerando que cierto porcentaje de los machos termina en corrales con una dieta alta en granos, aprovecharon el ingreso de la agricultura en la zona, lo que les permite tener el grano a precios relativamente similares a los de la región Oriental, y eso ayuda a descargar los campos en invierno, o sea en épocas en las que el pasto ya baja de calidad y cantidad.

 

Comentó que la empresa está trabajando en un proyecto de agricultura en unas 200 hectáreas, que sería netamente para alimentación de animales, lo que permitiría terminar en corrales parte de la invernada. “Cada vez que hablamos con los frigoríficos están pidiendo calidad de carne en cuanto a la terminación de los animales. En ese sentido, nos vemos obligados a incurrir en la agricultura por el tipo de producción y por la aceleración de los procesos de terminación, al poder incorporar maíz, principalmente, en el confina – miento o semiconfinamiento”, añadió.

 

Dijo que están trabajando para que la primera siembra se inicie en la siguiente zafra. Agregó que otro punto que la empresa sumó a su actividad desde el año pasado es la recría tanto de machos como de hembras, con el suministro de sales minerales y fardos.

 

“Si bien el fardo es un aliado en cuanto al voluminoso, no cubre todas las exigencias, por eso tratamos de darle un mayor aprovechamiento al animal por medio de las sales proteicas en su dieta diaria. Normalmente, lo hacemos durante todo el periodo invernal, inclusive desde el destete”, destacó.

 

La idea de la empresa es intensificar los procesos y acortar los tiempos de recría porque con los costos actuales y los precios vigentes, es imposible sostener una actividad rentable. “Nos presiona como empresa y como productores a acelerar los procesos para bajar costos”, añadió.

 

Digitalización. Andreas Lienert, director de Agroganadera La Huella S.A. y encargado de las operaciones de la empresa en Paraguay, comentó que la tarea comenzó en el 2008 con la incorporación de pequeños campos. Después, en el 2009 se desarrolló un proyecto de 2000 hectáreas de pasturas en el Chaco, donde es difícil sostener la estructura y trabajar productivamente. A partir de allí, nació el proyecto La Huella, que promueve inversiones en Europa que acompañen la expansión de este proyecto.

 

“Siempre estuvo previsto el crecimiento y el plan es seguir creciendo, así como empezamos con las 2000 hectáreas, luego formamos la cooperación con el vecino y alquilamos el campo, y así tuvimos 6000 hectáreas de pasturas y después se compró La Huella, que posee 3000 hectáreas de pasturas”, resaltó.

 

Originalmente, se tenía previsto armar todos los campos que estaban ahí, tanto el propio como el arrendado, con un sistema de invernada que también funcionó en los primeros dos años. Pero en el 2016 se cambió la estrategia al incorporar un ciclo completo, considerando los problemas logísticos de la zona.

 

Desde ese momento se trabajó fuertemente en el aumento de vientres. La Huella es el campo de cría que cuenta solamente con la producción de terneros y con el correr del tiempo se alquilaron más campos en la zona. Con el desarrollo del ciclo completo, la empresa cuenta con 28 000 cabezas de ganado incluyendo la cría, además de los campos arrendados, en donde permanece la invernada y la recría.

 

Lienert dijo que los márgenes son más pequeños, por ende es necesario considerar todos los detalles y controlar no solamente la producción, sino también ver la incorporación de las nuevas tecnologías y conceptos que les ayude a seguir consiguiendo los resultados esperados, incluyendo las estrategias para el abastecimiento de agua, con el propósito de establecer un concepto integral como la incorporación de proyectos de suplementación en los tres rubros.

 

“La tendencia que tal vez no llegó en su totalidad a Paraguay es la digitalización, que en la agricultura ya es un hecho y poco a poco también se da en la ganadería. A eso hay que abrirse y ver cómo puede ser incorporado”, enfatizó.

 

Agregó, al respecto, que existe una fuerte tendencia de tomar decisiones con base en datos, o sea, en un campo pequeño el que toma las decisiones es el capataz que adquirió conocimiento en mucho tiempo, pero una empresa en crecimiento debe sostenerse sobre otros parámetros.

 

Indicó que con las 35 000 cabezas es imposible hoy en día tomar decisiones con ese sistema; por lo tanto, las determinaciones se realizarán con base en datos históricos. “Es fácil implementar chips electrónicos en 35 000 cabezas, pero no es sencillo implementar una infraestructura para transmitir esos datos y analizarlos desde el punto de vista de la logística y de recursos humanos”, acotó.

 

Finalmente, dijo que las exigencias y los requerimientos del consumidor en Europa son una cuestión de diálogo para explicar qué concepto de producción tiene Paraguay.

 

Aclaró que en el viejo continente no existe ningún sistema productivo comparado con lo que se realiza en el Chaco, por lo que enseñar y promover la sostenibilidad de la producción paraguaya y exponer que el bienestar animal en el Chaco es mayor que el del emprendimiento más sostenible, por ejemplo, en Alemania, es lo que hace falta.

 

“Por otro lado, es más importante saber promoverlo desde Paraguay”, enfatizó.

 

[Material publicado en la edición de setiembre de Revista Productiva, sección “Ganadería Productiva”, páginas 20, 21 y 22]
[Foto icon-camera : Revista Productiva]