“Destete Precoz: Una herramienta para incrementar la eficiencia productiva y reproductiva en rodeos de cría” fue el tema de la charla realizada por el Ing. Zoot. Marcelo Barboza, de Argentina, durante la Nacional de Primavera Brangus 2019, ocasión en la que resaltó que este instrumento de manejo estratégico permite incrementar el porcentaje de preñez de vacas entre 20 a 30 puntos.

 

Durante la charla realizada el viernes pasado, el profesional explicó que el destete precoz es un instrumento de manejo estratégico capaz de mejorar los indicadores productivos y reproductivos de los rodeos de cría.

 

Precisó que la técnica consiste en separar abruptamente el ternero de la madre con un mínimo de 60 días de nacido y un peso estimado de 70 kg. Aclaró, además, que en el posdestete es importante asegurarse de que los lotes de vacas y terneros estén lo suficientemente separados para evitar el contacto visual y auditivo, de modo a que el proceso sea más rápido para ambos y evitar las complicaciones en el manejo.

 

Resaltó, asimismo, que esta herramienta es ideal para las vacas que por algún motivo necesitan prescindir de los requerimientos de la lactancia para poder recuperar condición corporal y volver a quedar preñada, o para el caso de la vaca de primer parto, de modo a que recobre estado, continúe su crecimiento y quede nuevamente preñada.

 

Los beneficios que se pueden lograr en los vientres consiste, principalmente, en el incremento de los porcentajes de preñez entre un 20 a 30 puntos y le permite al ternero proseguir su crecimiento sin comprometer sus ganancias diarias de peso. Y, dependiendo del momento en que se lo realice (en cuanto al período de servicio), puede redundar en más kilogramos de terneros al destete de la zafra siguiente, ya que aumenta la posibilidad de preñeces cabecera”, explicó Barboza en su presentación.

 

Los dos aspectos importantes a considerar al momento de realizar el destete precoz son el estado corporal de la vaca y su comportamiento reproductivo, manifestó Barboza. En ese sentido, destacó que al ser un instrumento que está íntimamente asociado a la reproducción, lo más ventajoso es hacerlo antes del período de servicio. El disertante señaló que este mecanismo requiere cuidados diarios en el manejo del ternero, por lo tanto, se debe asignar a una persona para que esté abocada exclusivamente a esta categoría (siempre dependiendo de las cantidades de terneros que se traten).

 

El día a día es sencillo y fácil de realizar; sin embargo, la logística del alimento y del heno debe estar bien organizada, de esta manera no va a faltar el suministro diario”, agregó.

 

El manejo del ternero está conformado por dos fases: la fase inicial, que a su vez consta de dos etapas, y otra fase rumiante que contiene una. La primera fase dura 30 días, los primeros 10 días son netamente a corral y el propósito es que el ternero reconozca el comedero y aprenda a comer el alimento balanceado, que cubrirá los requerimientos que antes le aportaba la leche materna.

 

La etapa dos, por otro lado, son los 20 días siguientes, en los que entran solamente los terneros que ya saben comer. En cuanto al tipo de alimento balanceado, es el mismo de la primera etapa, pero el sistema es a campo en un potrero pequeño, donde se debe contar con una pastura de buena calidad para que pueda complementar el suministro del balanceado.

 

En la primera fase, el alimento debe ser especialmente preparado para esta etapa, contar con proteína de alto valor biológico, en promedio del 18 % de la dieta final y alta digestibilidad, el suministro debe ser diario en dos partes al día en comederos lineales. Mientras que en la fase rumiante entran terneros con 90 días de vida en promedio y continúan por tres meses más con suplementación a campo, con un alimento balanceado un poco de menor calidad que el anterior o con un concentrado proteico más grano de maíz.

 

Al respecto, Barboza comentó: “En esta etapa la suplementación puede ser de suministro diario o en comederos de autoconsumo. Manejando bien ambas fases lograremos terneros con 180 días de nacido con un peso promedio de 140 kg”.

 

Así también, el profesional explicó que después del destete el manejo sanitario debe estar supeditado a las indicaciones del veterinario de cabecera. En la mayoría de los casos, el plan debe comenzar con el ternero al pie de la madre para evitar pérdidas por enfermedades, mortandades o tratamientos. De ser posible, hay que realizar 15 días antes de ingresar a los corrales, así no interfiere con el momento en el que los terneros empiezan a comer, mientras que la segunda dosis se aplica a los 10 o 15 días cuando ya están aclimatados al encierre y se alimentan de forma normal.

 

Si el destete es programado, lo ideal sería realizar un buen plan sanitario sobre los vientres dando una buena inmunidad pasiva vía calostrado. El tratamiento radica en doble dosis con 30 días de intervalo a los terneros al pie de la madre o al ingreso al corral, por ejemplo, vacunas de complejo respiratorio (con o sin querato), vacunas clostridiales y desparasitación. Asimismo, de considerarse necesario suplemento vitamínico – mineral (según criterio veterinario) y antibiótico a todo el lote inyectable o en ración (metafilaxia)”, indicó el profesional.

 

Instó, por último, a los productores a utilizar esta herramienta, en lo posible antes del inicio del periodo reproductivo. Empezando por identificar los lotes de vacas con cría al pie a los que se les va destetar, eligiendo el alimento adecuado para la nutrición de arranque y la posterior suplementación.

 

Hay que definir el lugar óptimo para el destete, en lo posible llevar a cabo en instalaciones fijas que sean destinadas año a año para esta práctica. El personal orientado para este trabajo debe estar capacitado para que dé a los animales el manejo adecuado en cuanto a las raciones, el trato, identificar a los animales atrasados”, finalizó el experto argentino.

 

[Fuente: Prensa Brangus Paraguay]