Japón ha publicado el resultado de un estudio llevado a cabo durante 15 años, el cual concluye que el uso de la soja y canola genéticamente modificadas (GM) no tienen impacto en la biodiversidad circundante. Desde el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) resaltan la rigurosidad científica de esta investigación porque significa una oportunidad para que el consumo de los productos biotecnológicos siga ganando terreno en los mercados.

 

El Gobierno de Japón, por intermedio del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca (MAFF, por sus siglas en inglés), publicó un informe sobre la “Actualización de Seguridad Alimentaria Transgénica”, un estudio de 15 años de investigación y seguimiento que concluye que la soja y canola transgénicas no afectan la biodiversidad circundante. Este resultado derriba el argumento de los activistas que hace años protestan por el uso de cultivos transgénicos.

 

El MAFF centró su investigación en lugares donde contenían soja GM y soja silvestre, ya que indicaron que son “especies estrechamente relacionadas que se pueden cruzar”; no obstante, concluyeron que no es probable que el cultivo GM de soja se cruce con la silvestre y afecte a la biodiversidad.

 

“Se realizó un análisis de los genes de resistencia a herbicidas y genes de resistencia a plagas que se sabe están presentes en la soja transgénica. No se observaron cruces entre soja transgénica y soja silvestre, o entre soja transgénica con diferentes resistencias”, resalta la institución en su informe.

 

En el caso del cultivo GM de canola, se observó que alrededor del 19 % de los casos la canola transgénica propagó el gen recombinante a otras especies transgénicas con genes diferentes o especies no transgénicas estrechamente relacionadas, pero según la evaluación de la tasa de cruce no se considera que tenga un impacto significativo en la biodiversidad.

 

El informe señala que se evaluó en función de la tasa de cruce genético entre las especies de canola transgénica y no transgénica. La tasa de cruce normal para las especies no transgénicas está entre el 5 % y el 30 %, por lo que se consideró que la tasa del 19 % estaría dentro del rango.

 

Inbio. El Ing. Agr. Aníbal Morel, coordinador del Programa de Mejoramiento de Soja del Inbio, indicó que existen algunas especies cultivadas que tienen una polinización abierta o polinización cruzada; sin embargo, explicó que las leguminosas (entre ellas la soja) tienen polinización cerrada o se autofecundan, por lo que no necesitan ningún agente externo para la fecundación y en la soja la probabilidad de polinización cruzada es de 0,001 %.

 

“Sea soja silvestre o mejorada, todas ellas se autofecundan, antes de que los pétalos de la flor de la soja se abran ya se realizó la autofecundación y recién una vez abiertos esos pétalos es que visitan los insectos polinizadores, pero ya cuando concluyó el proceso de autofecundación. Por ello hay muy poca probabilidad de que haya fecundación por terceros o insectos en el cultivo de la soja”, destacó el profesional.

 

Morel resaltó la importancia del informe publicado por el Gobierno del Japón, ya que sus estudios tienen una rigurosidad científica, y con este tipo de resultados se sigue abriendo la oportunidad de que pueda seguir ganando terreno el consumo de los productos biotecnológicos en mercados en donde hasta ahora se exige la soja convencional.

 

“Más del 89 % del cultivo es transgénico, donde nuestro país está posicionado entre uno de los principales exportadores de la oleaginosa”, recordó el coordinador del Inbio.

 

[Fuente y Foto: Inbio]