Luego de 20 años de investigación y desarrollo Filipinas ha aprobado el uso comercial del arroz dorado o golden rice, convirtiéndose en el primer país que libera el cultivo biotecnológico para la siembra extensiva.

 

Recientemente, el arroz dorado recibió por primera vez su aprobación para uso comercial en Filipinas, tras casi tres décadas de trabajos de investigación y mejoras. El arroz dorado es un cultivo biotecnológico que fue creado con fines humanitarios y es considerado como un ícono del desarrollo de la tecnología en la alimentación, pese a haber sido víctima de mucha desinformación y regulación excesiva.

 

El desarrollo del arroz dorado tiene una gran importancia en el combate a la desnutrición y la ceguera en niños, por ser el primero que puede producir un nutriente clave para ayudar a aliviar la deficiencia grave de vitamina A en los países en desarrollo.

 

Tras 20 años de espera, el arroz dorado recibió en Filipinas la aprobación para uso comercial. Se prevé también que en poco tiempo más Bangladesh se convierta en el segundo país en aprobar el arroz dorado. Indonesia, India o China también podrían unirse a este grupo en un futuro.

 

Según las evaluaciones de las agencias reguladoras de los Estados Unidos, países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Filipinas declararon que el arroz dorado es un alimento seguro para el consumo humano, lo cual reafirma la seguridad alimentaria y el potencial que han demostrado los estudios. Las evidencias muestran que solo 100 gr de arroz dorado crudo pueden suministrar hasta el 89-113 % y el 57-99 % del requerimiento promedio estimado (EAR) de vitamina A para niños en edad preescolar y escolar.

 

Alimento. Los estudios también señalan que la deficiencia de vitamina A sigue siendo la principal causa de ceguera infantil prevenible en países como Filipinas y Bangladesh y un mayor riesgo de infección en más de 190 millones de niños en todo el mundo, el arroz dorado podría ayudar a evitar esa ceguera, pero “no es la solución mágica” -según los expertos-, sino es una herramienta viable que puede ayudar a erradicarlo.

 

Ingeniería Genética. En lo que respecta a la ingeniería genética, la primera versión del arroz dorado (GR1) se obtuvo insertando un gen (psy) de la flor del narciso y otro (crtl) de la bacteria Erwinia uredovora. Ambos genes permiten completar una vía bioquímica inconclusa que no admite la producción de betacaroteno, precursor de la vitamina A en el cuerpo humano, en los granos de una planta de arroz tradicional.

 

Si bien la cantidad final de betacaroteno producida fue muy baja, el avance realizado mostró que la ingeniería genética podría superar un gran muro al mejoramiento convencional, ya que no existe una variedad de arroz con ni siquiera un nivel mínimo de betacaroteno en sus granos para mejorarlo por selección y cruce. Por más que el mejoramiento tradicional fuera posible, el proceso sería largo y llevaría muchas generaciones estabilizarlo a un nivel aceptable, por ende, era necesario insertar los genes de otra especie y la ingeniería genética lo hizo posible.

 

Segunda versión. La segunda versión del arroz dorado (GR2) se obtuvo reemplazando el gen (psy) del narciso por uno del maíz. Estos genes se expresaron exclusivamente en el grano, no en toda la planta y bajo este enfoque se logró un aumento del contenido de betacaroteno 23 veces mayor con respecto a la primera versión.

 

Premiación. El arroz dorado es un cultivo que se destaca por ser uno de los diez mejores proyectos de biotecnología, dentro de los programas más influyentes de los últimos 50 años por el Project Management Institute (PMI) en 2019. Por su potencial, este cereal comparte una reputación en el ranking, junto con avances revolucionarios, como el proyecto de genoma humano, fertilización in vitro, clonación de la oveja Dolly y órganos cultivados en laboratorio, entre otros.

 

[Fuente: ChileBio]