La intensificación se puede definir de varias formas, pero, en definitiva, este proceso se puede sintetizar en un mayor aporte de capital y trabajo por unidad de superficie. Esto es válido para cualquier actividad, incluyendo la agropecuaria.

 

La intensificación de los sistemas ganaderos es clave para mejorar su competitividad, ya que esta permite: aumentar la producción de carne/ha, reducir el costo del kilo producido, mejorar el resultado económico y aumentar la rentabilidad.

 

Para lograr un planteo técnico eficiente basado en la maximización del uso de pasto es fundamental tener en cuenta una serie de aspectos, independientemente del tipo de recursos utilizados y de la zona geográfica donde se trabaje. Algunos de ellos son: conocer las tasas de crecimiento de los recursos forrajeros disponibles, planificar la carga máxima con el fin de comer todo el pasto producido y utilizar herramientas estratégicas (verdeos invierno, corrales de recría y terminación) para lograr el objetivo.

 

A modo de ejemplo, se presenta un esquema simplificado de un planteo técnico eficiente para un campo que utiliza pasturas de alfalfa en la región pampeana argentina. Las tasas de crecimiento de primavera son marcadamente superiores a las del resto del año. En general, varían entre 3 y 4 veces más a las que se logran en otoño-invierno. Por lo tanto, la carga máxima necesaria para comer todo el pasto producido se define en primavera, aunque es variable en las diferentes estaciones del año.

 

Para lograr maximizar el aprovechamiento del pasto es necesario poder modular la carga de forma tal a poder comer todo el crecimiento de pasto posible. Para esto es fundamental contar con corrales de recría (o verdeos de invierno) y corrales de terminación que permiten ajustar la carga mediante el encierre parcial (o total) de los animales en determinados momentos.

 

Economía. Para determinar el impacto económico de la intensificación analizamos diferentes planteos de recría-terminación sobre pasturas templadas (alfalfa) y pasturas tropicales (gatton panic). En todos los casos la etapa de recría fue sobre pasturas solas o combinadas con diferentes herramientas de manejo como verdeos de invierno, suplementación estratégica o corrales de recría. La terminación en todos los casos fue realizada a corral con dietas basadas en altas proporciones de grano de maíz.

 

En la medida en que se intensifican los planteos ganaderos se provoca un aumento en la carga, la eficiencia de pastoreo y la producción de carne a pasto por hectárea.

 

Cabe aclarar que los costos incluyen el alquiler de la tierra donde se realiza la pastura (costo de oportunidad de la tierra) y en el caso de utilizar silajes y grano, se considera el costo de oportunidad de estos.

 

Independientemente del tipo de pastura utilizada, la intensificación mejoró los resultados económicos de todos los planteos evaluados. Esto se puede ver reflejado a través de: reducción del costo de producción, mejora en el margen bruto/ha y mejora de la renta sobre capital trabajo.

 

Conclusiones. El pasto es el recurso forrajero más económico, siempre y cuando lo utilicemos en forma eficiente. Independientemente del tipo de forraje utilizado en cada región, el éxito de las empresas dependerá de la capacidad para producir mucho pasto, comerlo y transformarlo en forma eficiente. La intensificación de la recría de los modelos ganaderos es clave para lograr planteos económicamente viables, ya que permite reducir el costo de producción, mejorar el resultado económico y aumentar la renta del negocio.

 

*Publicación en el 29º Congreso del CEA.

 

[Material publicado en el segmento Ganadería Productiva de la edición Nº 86 de diciembre de Revista Productiva, página 18]
[Foto icon-camera : Revista Productiva]