El control de malezas sigue ocasionando problemas a los productores en el campo. En el caso de Adir Lui, agricultor de Santa Rita, departamento de Alto Paraná, comentó que en esta campaña aumentó la incidencia de Bidens philosa y el maíz guacho, lo que demandó el establecimiento de estrategias para combatir estas malas hierbas y reducir su competencia con la soja.
Expresó que dentro de las herramientas químicas actuales existen pocas alternativas, por ende, buscaron soluciones que anteriormente eran utilizadas y que de nuevo se incorporaron para una rotación de principios activos. En ese sentido, aplicó el fomesafen, un principio activo para intentar controlar el picão negro.
“Esta maleza viene creciendo porque el glifosato ya no la controla. Estamos usando mucho el fomesafen y otros productos que se usaban hace 20 años y hoy debemos incorporarlos de nuevo por la resistencia de las malezas. Tenemos que eliminar esta maleza porque, de lo contrario, genera competencia con la soja y atrasa su crecimiento”, indicó.
Además de bidens, también tienen problemas de resistencia con Digitaria insularis (kapi’i pororó) y Amaranthus (ka’aruru). “Hoy están viniendo muchos nuevos productos, pero el costo también es una limitante, ya que cuestan entre 30 a 40 % más. A eso debemos sumarle cuatro a cinco aplicaciones de herbicidas para plantar soja en plantío directo. Tenemos que usar muchos preemergentes por la competencia y resistencia de las malezas”, agregó.
Acerca del control del maíz guacho, el productor dijo que existe también una resistencia al glifosato, por lo que es necesario realizar varias mezclas con otros productos químicos para controlar este cultivo visto como maleza cuando se apuesta a la soja. “Es muy complicado porque hay muchas mezclas químicas de productos para controlar el maíz guacho”, expresó.
Manifestó que cuanto más pequeño sea el maíz guacho, para el control es mejor. La condición es emplear las estrategias cuando la planta tenga cuatro a cinco hojas. Añadió que a medida que se deje crecer el maíz guacho será más difícil su eliminación con el cletodim o algún otro graminicida que se use para eliminarlo.
Rotación. Ante las condiciones adversas para el cultivo de la soja, primero por el retraso en la siembra y ahora por la imposibilidad de cosechar por las lluvias, la siguiente cultura en rotación, que es el maíz zafriña, se encuentra muy comprometida, por lo que en su caso la alternativa es desarrollar cultivos de cobertura. Al respecto, Lui explicó que se está apostando por el nabo forrajero y la avena, ya que producir trigo es complicado debido a los altos precios de los insumos.
“El nabo forrajero es un cultivo que actúa como un subsolador natural del suelo. Es una planta con una raíz muy pivotante y que favorece a la siembra directa”, añadió.
Finalmente, dijo que hoy en día el productor enfrenta muchos desafíos, entre ellos las condiciones climáticas adversas para producir, así como inversiones y tasas de interés elevadas. Pese a la recuperación de precios de la soja, acotó que aún existen muchos compromisos financieros de refinanciación de deudas.
Por su parte, Rafael Lui, presidente de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP), filial Santa Rita, habló sobre los inconvenientes al inicio de la siembra de soja. “Estamos trabajando en el campo tratando de involucrar a las personas para que nuestro sector se movilice y muestre su realidad. Tuvimos un problema con la sequía en el comienzo de la siembra y estamos con tres aplicaciones para malezas, pero salimos adelante”, expresó.
A inicios de la zafra la sequía duró 20 a 30 días en algunas zonas, lo que generó el atraso de la siembra de soja, que en la zona terminó aproximadamente el 12 de noviembre. Hoy, al cierre del ciclo, las lluvias limitan la cosecha y se presentan nuevas adversidades para el productor.
“Estamos con soja de todo tipo. Las medianas que fueron sembradas de setiembre a octubre y las primeras, que no fueron muy buenas. No obstante, las de octubre a noviembre emergieron mucho mejor y salieron bastante bien. Vamos a poner 35 a 40 % de temprana y el resto estaría mejor si el tiempo acompaña”, manifestó.
Actualmente, existe una presión social y ambiental que afecta a los productores y a toda la actividad agrícola. Lui dijo que el 2020 fue un año complicado, sobre todo con un sector político que pretende imponer ciertas leyes e impuestos que no corresponden. “Como sector ya no podemos y no vamos a aguantar más impuestos, la plata está ahí y se debe utilizar de mejor forma”, resaltó.
En las campañas anteriores de hace tres o cuatro años el sector productivo se vio totalmente golpeado. “El año pasado hubo gente que cosechó 1000 kg, entonces cargar más impuestos a un sector que viene golpeado creo que no va a ser conveniente”, aseguró.
El presidente de la CAP Santa Rita también resaltó la necesidad de incorporar a los jóvenes en las actividades gremiales. “Como joven siento que está muy débil el acompañamiento de los jóvenes en el campo como líderes”, acotó.
Instó a que más personas se involucren en los diferentes sectores y asociaciones de productores. “Creo que todos dependemos de eso y los jóvenes que están en el campo ya vienen con una trayectoria familiar y si nosotros no nos involucramos, nos van a pasar por encima por la falta de organización de los jóvenes”, agregó.
Por último, recordó que la CAP en su distrital de Santa Rita tiene las puertas abiertas para recibir a los jóvenes que quieran involucrarse en el sector. “Vengan, acompañen, miren nuestra realidad”, añadió.
“Vamos a esperar que Dios bendiga la actividad agrícola para cerrar una buena cosecha”, concluyó.
[Material publicado en el segmento Actividad de la edición Nº 75 de enero de Revista Productiva, páginas 28 y 29]
[Foto : Revista Productiva]