En cinco pasos el productor puede establecer un mejor manejo productivo dentro de la planificación forrajera. Con esto se busca incrementar la productividad mediante la recolección de información continua y el desarrollo de recomendaciones.
La planificación forrajera es una herramienta clave que ayuda a incrementar la productividad en la actividad agropecuaria. El establecimiento de un plan forrajero permite cuantificar la producción de forraje por parte de los bancos mixtos de forrajes y los setos forrajeros.
La planificación forrajera es una estrategia utilizada en un mediano plazo para presupuestar oferta y demanda de forrajes, así como para evaluar y diagnosticar el uso de suplementos.
En ese sentido, se citan cinco pasos que sirven para establecer un mejor manejo de los forrajes. En primer lugar, es necesario realizar el inventario de todo el ganado, convirtiéndolo a Unidad Gran Ganado (UGG), además de determinar el área de los potreros, incluyendo el banco de forraje.
Otro paso importante es la determinación de la carga actual del predio en UGG, es decir, el número de animales que puede sostener un potrero durante un periodo determinado sin que el forraje se deteriore o se reduzca su producción.
Luego, se debe calcular las necesidades de forraje para el ganado y también la oferta de forrajes mediante el aforo (la oferta de forraje determina la capacidad de carga y planeación del número y tamaño de cada potrero).
El término aforo hace referencia a la forma de determinar la oferta de forraje por m² (kg/ m²). Para ello, el plan forrajero debe ir acompañado de varias indicaciones como la obtención de la información básica del terreno a evaluar y la determinación de los niveles altos, medios y bajos de cada pasto y forraje arbustivo.
Se insta también a establecer una definición sobre el número de sitios a evaluar, tomando como referencia 100 observaciones en una hectárea y la medición para pastos en 1 m², que se debe realizar con ayuda de un marco de PVC.
[Fuente: RumiNews]