La siembra de soja de la campaña principal ya fue completada a nivel país y marca uno de los mejores inicios de temporada de los últimos años. Además, las condiciones generales siguen siendo satisfactorias, por lo que el potencial de rendimiento supera los 5000 kg/ha en algunas áreas y el promedio general se ubica en 3000 kg/ha, según el reporte de estimación de zafra 2025/26 de noviembre de la consultora Stonex. El informe resalta que, si el clima continúa acompañando, Paraguay podría volver a superar los 10.6 millones de toneladas de producción.
La consultora indica en su informe que la humedad del suelo es excelente y aunque las temperaturas se mantienen por debajo del promedio, las condiciones generales siguen siendo satisfactorias. En ese sentido, señala que Alto Paraná posee el mejor nivel de rendimiento esperado, con un promedio de 3.3 toneladas por hectárea.
“En algunas zonas específicas del departamento, así como en áreas de Canindeyú, el potencial es aún mayor, pudiendo superar las 5 toneladas por hectárea en la soja de verano”, resalta el reporte.
El promedio general se ubica en 3000 kg/ha, ya que incorpora todas las regiones del país, incluso aquellas con rindes menores. En síntesis –indica el informe-, la media nacional se mantiene en niveles buenos. “Está en juego si será una campaña buena o muy buena, pero lejos de un escenario de pérdida o quiebre productivo”, precisa el reporte.
La zafra de soja arranca con el pie derecho, con condiciones climáticas favorables, aunque los días nublados recientes podrían incidir en el resultado final. El ciclo de la planta se podría extender de 130 a 140 días, lo que retrasaría la cosecha y, por ende, acortar la ventana para la zafriña.
El informe indica que octubre fue más frío de lo normal, lo cual también influye en el desarrollo de las plantas. Agrega que en San Pedro el granizo afectó zonas específicas, como Colonia Friesland, pero acota que la soja se recupera mejor que el maíz, ya que puede rebrotar después de daños, mientras que el cereal es más vulnerable. Además, los eventos de granizo suelen ser localizados y afectan áreas pequeñas, de hasta 2 km.
Según Stonex, los pronósticos climáticos continúan siendo alentadores, con buenas perspectivas de lluvias en las próximas semanas. Si bien existen algunos puntos de atención, como la baja temperatura y la posible extensión del ciclo, la zafra se desarrolla en buenas condiciones y mantiene un panorama favorable.
De esta forma, sin variaciones, para la zafra principal de soja la consultora estima una superficie de siembra de 3.03 millones de hectáreas, con una producción de 9.2 millones de toneladas. Para la zafriña, el área sería de aproximadamente 665 mil hectáreas, con una cosecha estimada de 1.3 millones de toneladas. Por tanto, si el clima continúa acompañando la campaña, Paraguay podría volver a superar los 10.6 millones de toneladas entre ambos ciclos productivos.
La consultora indica que el factor climático podría prolongar el ciclo del cultivo, lo cual, por un lado, incrementaría ligeramente el potencial de productividad, pero al mismo tiempo podría demorar el inicio de la zafriña. En caso de atrasos mayores, aumentaría la tendencia a sembrar más maíz que soja en el segundo ciclo. Por ello, las temperaturas y la cantidad de días soleados durante noviembre serán determinantes para confirmar si esta tendencia persiste o se revierte.
El ciclo de la soja zafriña, más corto que el de la zafra principal, se estima entre 90 y 100 días. En caso de extenderse más allá de lo previsto, podrían producirse ajustes en la planificación y la eficiencia del sistema productivo. Sin embargo, dado que la siembra se realizó tempranamente, no se identifican riesgos significativos en este sentido, explica el informe.
La cosecha de la soja de primera está prevista para la primera quincena de enero, pero puede extenderse hacia finales del mes, según las condiciones climáticas y el desarrollo del cultivo. Este calendario permite mantener abierta la ventana ideal para la siembra del maíz zafriña, que abarca hasta la segunda semana de febrero, asegurando así una adecuada transición entre ambas campañas y una óptima utilización del suelo.