Dos doctorandos de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) desarrollaron plantas modificadas genéticamente de tomate, que cambian a un intenso color rojo cuando el suelo carece de nitrógeno (antes de que se produzca daño), y por este invento fueron seleccionados como finalistas nacionales por la Collegiate Inventors Competition.
Un invento desarrollado por dos estudiantes de doctorado de la Universidad de Cornell, que transforma plantas de tomate modificadas genéticamente en un rojo intenso cuando los niveles de nitrógeno en el suelo son bajos, fue nombrado finalista en la Competencia Nacional de Inventores Universitarios.
Los RedAlert Living Sensors (Sensores Vivos AlertaRoja, en español), creados por Jacob Belding y Ava Forystek, son uno de los cinco finalistas que compiten en la categoría de estudiantes de posgrado del concurso, organizado por el Salón Nacional de la Fama de los Inventores.
Los sensores vivos RedAlert aprovechan un mecanismo natural mediante el cual la planta detecta el nitrógeno alrededor de sus raíces y transmite esas señales al resto de la planta. Las plantas de tomate utilizadas en el proyecto fueron modificadas genéticamente para expresar un pigmento rojo cuando el nitrógeno en la zona radicular es escaso (antes de que se genere daño en la parte aérea). Los distintos tonos de rojo también reflejan diferentes niveles de nitrógeno disponible en el suelo.
“Recibimos una señal de las raíces cuando la planta detecta por primera vez la falta de nitrógeno en el suelo y la traduce en un pigmento visible. Así, podemos observar en la planta que necesita nitrógeno, pero que aún no está sufriendo de inanición”, explicó Belding.
Desarrolladas a través del Centro de Investigación sobre Sistemas de Plantas Programables (CROPPS) de la Fundación Nacional de Ciencias, las plantas sensoras genéticamente modificadas de los estudiantes podrían algún día ayudar a jardineros, agricultores y cultivadores hidropónicos a determinar si estas necesitan más nitrógeno.
Cuando las plantas centinela se tornan rojas, los agricultores pueden saber dónde y cuándo fertilizar. Actualmente, los productores aplican hasta un 50 % más de nitrógeno del necesario, lo que provoca escurrimiento que contamina las aguas subterráneas y los lagos, y favorece la proliferación de algas nocivas.
En la actualidad, un método común para detectar deficiencias de nitrógeno en las plantas consiste en evaluar el amarilleo y marchitamiento de las hojas. Para cuando las estas se ponen amarillas, la planta ya está estresada por la falta de nutrientes.
[Fuente: ChileBio]