El sector arrocero enfrenta un gran desafío en esta campaña por la fuerte caída de la cotización, debido a un incremento de la producción mundial, y un elevado costo de producción, de alrededor de USD 1600 por hectárea, variables que ubican el punto de equilibrio en por lo menos 8500 kg/ha para poder pagar la cuenta o empatar, expresó a Productiva el Ing. Agr. Daniel Vasconsellos, gerente general de Vanguardia Agronegocios S.A. El rinde promedio nacional está entre 6500 y 6700 kg/ha.
El profesional explicó que el año pasado, gracias a los buenos precios de los commodities, los costos de producción tuvieron una tendencia alcista. “De hecho, subieron; hoy tenemos un costo de producción de USD 1600 por hectárea, aproximadamente, lo cual nos obliga a cosechar por lo menos 8500 kg por hectárea para poder pagar la cuenta o empatar”, subrayó.
Vasconsellos se mostró preocupado, considerando que el punto de indiferencia se ubicó en 8500 kg. “Algo que es un desafío porque el promedio nacional está por debajo de ese número”, remarcó. El rinde promedio nacional se ubica entre 6500 y 6700 kg/ha.
Manifestó que el precio del arroz está pasando por una situación de mucho estrés no solamente en Paraguay, sino que en la región y en el mundo, debido a un incremento de la producción global.
«En el Mercosur el año pasado se cosechó 17 millones de toneladas, que significó un incremento del 20 % con relación al año anterior; Brasil es uno de los principales responsables de esta sobreoferta, que cosechó 12.700.000 toneladas, cuando su consumo es de entre 10.500.000 a 11 millones de toneladas, por lo que tienen un excedente de 2 millones de toneladas”, acotó.
Recordó que nuestro país tiene como principal destino de exportación el país vecino, ya que más del 75 % de la producción va al mercado brasileño. “Eso hizo que el precio cayera más del 50 % con relación al valor que teníamos el año pasado”, precisó.
En cuanto al establecimiento del cultivo, el profesional resaltó que, dentro de la unidad productiva, ubicada entre los departamentos de Cordillera y San Pedro, ya se logró sembrar el 100 % del área programada para este año, aunque –acotó- hubo un pequeño retraso, ya que el plan inicial era implantar toda la superficie en setiembre, pero no se pudo completar debido a las condiciones climáticas. Igualmente, se logró sembrar dentro de la ventana ideal, entre la segunda quincena de setiembre y la primera quincena de octubre.
Explicó que este año se mantuvo el área de arroz y se amplió la de soja, dentro de un sistema rotacional entre el cereal y la oleaginosa. “Estamos con 850 hectáreas de arroz y 750 hectáreas de soja. La soja también ya se implantó todo en el mismo campo, en áreas que también eran arroceras”, señaló.
Resaltó que es un año que tiene un desafío particular por las condiciones climáticas, ya que octubre y setiembre se presentaron bastante húmedos, lo cual retrasó el trabajo de implantación, como así también la germinación, debido a las temperaturas bajas, anormales para el décimo mes.
La rotación de cultivos entre oleaginosas y cereales es una práctica que se viene implementando en la región; Brasil ya lleva muchos años y en Paraguay también los productores la vienen implementando exitosamente. Consideró que es una asociación muy interesante desde el punto de vista productivo.
“La soja ayuda a eliminar las malezas propias del arroz, también mejora la estructura y la fertilidad del suelo. Cuando uno viene con arroz después de la soja, normalmente se logran rendimientos que pueden superar los 1000 kg por hectáreas, que son superiores a los de áreas de arroz sobre arroz. Es una práctica muy beneficiosa para ambas culturas”, enfatizó.
[Foto: Daniel Vasconsellos/ Archivo / Productiva C&M]