Si bien la tasa de adopción de semillas certificadas registró un crecimiento, sigue siendo baja y a pesar de ello las empresas del sector semillero vienen realizado inversiones importantes en los últimos años en infraestructura y la instalación de tecnología de punta para seleccionar las mejores semillas, con el objetivo de brindar mayor efectividad en la siembra y en el desarrollo del cultivo de soja, mencionó en Nación Productiva Roberto Lang, presidente de la Asociación de Productores de Semillas del Paraguay (Aprosemp). El promedio de utilización de simientes certificadas es del 40 %, que, en realidad, equivale a la emisión de etiquetas, por lo que se calcula que el uso real es un poco menor.

 

En el agroclásico de los domingos, ocasión en la que hablamos del Plan Semillero para la zafra 2025/2026, el titular de Aprosemp destacó que en los últimos años el sector semillero ha realizado inversiones importantes en infraestructura para el acondicionamiento y beneficiamiento de las semillas. “Hay, inclusive, semilleros nuevos que están dentro de la asociación que hicieron inversiones en silos nuevos, en estática nueva e introdujeron tecnología avanzada para la selección de los granos para la siembra”, recalcó.

 

Enfatizó que la inversión en el sector tiene el propósito de que los productores reciban semillas de buena calidad, con vigor y buena germinación. “Que el arranque de la siembra ya sea con éxito, un arranque positivo. Tenemos en el sector semillero una inversión altísima para darles respuesta a los productores. Yo siempre suelo decir que un grano es una vida, esa vida tiene que dar producción”, remarcó.

 

Acotó que, si bien hubo un crecimiento de la tasa de adopción de semillas certificadas, el nivel de utilización sigue siendo bajo y a pesar de esto las plantas semillas siguen haciendo inversiones. En este contexto, explicó que el agricultor puede hacer sus semillas para uso propio, teniendo en cuenta que está amparado por la Ley de Semillas, pero que muchas veces esa producción va un poco más allá y se comercializa y es ahí cuando se infringe la norma.

 

“Como productor, yo no quiero que se pierda este derecho que la ley establece para hacer su semilla propia, pero una semilla que él va a usar en su área de siembra, en su campo, no para hacer comercialización, porque cuando hacemos comercialización estamos infringiendo la ley y eso le perjudica a toda la cadena”, explicó y agregó que el productor debe tener en cuenta la inversión que realizan los obtentores para generar variedades nuevas, lo que implica años de investigación y trabajo.

 

Por su parte, la Dra. Dólia Garcete explicó que la tasa de utilización de semillas certificadas se calcula con base en la cantidad de emisión de etiquetas por parte del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) de la producción nacional y también de las semillas importadas legalmente. Con la suma de esas dos cantidades se hace un cálculo con la superficie de siembra calculada por la Cámara Paraguay de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).

 

“Hacemos una tasa de utilización la cantidad de semillas por hectárea de 50 kg, que equivale más o menos 1.25 bolsas; cuando la bolsa es de 40 kg sale un promedio de 40 % de tasa de utilización de semillas certificadas. Pero estiramos un poco más para bajo porque eso se refiere a la emisión de etiquetas; sin embargo, la tasa de utilización real es un poco más por debajo, ya que las empresas semilleristas quedan con stock de semillas certificadas que no llegan a comercializar por algunas situaciones ajenas”, manifestó.

 

Para el titular de la Aprosemp la Ley de semillas que se encuentra vigente en nuestro país hace 50 años ya requiere algunas actualizaciones, pero que se debe realizar bajo un consenso. “Tiene que ser un acuerdo en el que el productor esté conforme que se aplique la ley bajo condiciones con las que él esté de acuerdo, porque creo que esa conversación previa no se llevó adelante en aquel entonces. Todos los gremios debemos dialogar y llegar a un consenso”, aseguró.

 

Recalcó que el sector está pasando por una situación no muy agradable y que hay varios puntos que deben analizar. “Nosotros muchas veces hacemos el plan de producción de semillas, se cosecha ese plan, el semillero tiene la disponibilidad de las bolsas y a la hora de la verdad, cuando se quiere vender esa producción, muchas veces se queda con 30 % a 40 % de stock otra vez en su silo, lo que perjudica el resultado económico del semillero”, afirmó.

 

En cuanto a la producción de semillas, mencionó que está llegando a su etapa final y que al comienzo se sintió la falta de humedad para el inicio de la siembra en las parcelas que son destinadas para este fin, bajo un contrato o licencia con el semillero. Resaltó que para mantener la calidad de las simientes las empresas trabajan en coordinación con los productores.

 

“Todas estas parcelas que son destinadas a las semillas, son inscriptas y fiscalizadas. Buscamos aquellos productores que hagan maíz en zafra, hagan girasol u otros rubros, esas parcelas sean libres de soja en el momento de iniciar lo que es la siembra de soja para semillas”, acotó y añadió que el sector está pasando por una etapa muy buena en cuanto a la producción y cosecha de todas las variedades de semillas para tener a disposición en la siguiente campaña sojera.

 

Finalmente, Lang remarcó que los semilleristas están haciendo mucha inversión y muchos tratamientos para que la siembra sea exitosa. “Hoy por hoy podemos dar la fe, la garantía, la seguridad de que el semillerista está invirtiendo”, concluyó.

 

[Foto: semillas de soja / Archivo Productiva C&M]