En las áreas chaqueñas y en suelos bajos, donde se concentra el desarrollo de la nueva frontera agrícola en Paraguay, la multiplicación de microorganismos es esencial, aseguró el Ing. Agr. Fredy Delvalle, asesor de Arion Group, durante la segunda edición de Productiva Bio, desarrollada en Ciudad del Este, Alto Paraná.

 

«Suelo chaqueño y campo bajo: el desafío de desarrollar microorganismos en la nueva frontera agrícola» es el título de la presentación que acaparó el interés de los presentes.

 

Delvalle expresó durante su disertación que para este paso es necesario incorporar los cultivos de cobertura y rotación de cultivos para sumar materia orgánica en el suelo.

 

Explicó que el suelo de la región Occidental se caracteriza por la «falta de material orgánica, son suelos limosos, normalmente, y el resto es arcilla y un poco de arena, son suelos pesados, de por sí tienen tendencia a compactarse, poseen poco tenor de oxígeno, y alta concentración de sodio. Es un suelo completamente sellado».

 

Mencionó que a esas característica se suma el hecho de que, normalmente, al productor chaqueño le gusta remover la tierra. «Es muy la situación física y química para la multiplicación de los microorganismos. No es la mejor para posicionar un producto biológico», acotó.

 

Indicó que en el Chaco existen situaciones extremas, pasando de sequía a inundaciones, pero ante este contexto es necesario establecer manejos para mitigar periodos de estrés hídrico e infiltrar de mejor manera en caso de mayor disponibilidad de agua.

 

«Se regó, se inundó, pero no infiltró. No me sirve de nada un sistema de riego, si antes no modifico la condición física de ese suelo», expresó. Además de la falta de precipitación, mencionó que la temperatura es otro problema en el Chaco, además del exceso de viento, que arrastra todo.

 

«Es posible transformar el Chaco con tecnología biológica, pero debemos crear las condiciones. Hay una resistencia muy fuerte de la gente del Chaco de cambiar este sistema», acotó.

 

Por su parte, en los campos bajos, son suelos muy ácidos, a diferencia del Chaco, y existe menor cantidad de especies, son ambientes sensibles, pero de alta productividad. Al igual que el Chaco recomendó trabajar con la rotación de cultivos para estructurar mejor loe suelos.

 

Por último, aseguró que es imposible pensar en una agricultura sostenible, si no se trabaja en un sistema.

 

[Foto: Fredy Delvalle, durante su disertación en PBIO / Productiva C&M]