La Cámara de Fitosanitarios y Fertilizantes (Cafyf) y la Asociación de Obtentores Vegetales (Parpov), en conjunto con CropLife Latinoamérica, lanzaron oficialmente en el programa Nación Productiva la campaña de Comercio Legal de Semillas y Defensivos Agrícolas, cuyo fin es lograr una mayor concienciación sobre la importancia de implementar esta práctica y reducir el nivel de ilegalidad.
La campaña, cuyo eslogan es ¡Utilizando productos legales, el sector crece!, consiste en la difusión de materiales orientados a temas tales como: reconocer las etiquetas en envases de semillas y defensivos, las buenas prácticas en la producción agrícola, el impacto positivo en el uso de productos legales y las perspectivas de la propiedad intelectual relacionada.
Como parte de esta campaña, a través de un material audiovisual se muestran las experiencias de cuatro productores referentes de diferentes regiones productivas del país, que resaltan el impacto positivo en sus campos del uso de semillas y defensivos de origen legal.
Sobre la alianza, la Ing. Agr. Liz Rojas, directora ejecutiva de Cafyf, comentó al programa Nación Productiva, emitido los domingos a las 20:00 en canal PRO, que la institución al igual que Parpov tienen como socias a empresas del sector agrícola que trabajan en la disposición de semillas y defensivos agrícolas, por lo que el objetivo de esta campaña es ampliar la red de usuarios y emitir un mensaje positivo sobre la comercialización legal de estos insumos.
Asimismo, la Ing. Agr. Olinda Ocampos, directora ejecutiva de la Parpov, señaló que mediante este acuerdo se pretende tener un mayor alcance en cuanto a la concienciación. “Esa sinergia que tenemos es lo que vimos interesante para que esta campaña abarque gran parte de la cadena”, aclaró.
En cuanto a la problemática actual, Rojas mencionó que uno de los factores que hace posible el comercio ilegal de los defensivos agrícolas es la permeabilidad en las fronteras, ya que eso facilita el contrabando y la falsificación.
Recalcó que uno de los mayores perjuicios al tratarse de comercio ilegal es la inocuidad alimentaria, ya que cuando los productos utilizados no están regulados o registrados en la autoridad de aplicación pertinente no existe garantía de que hayan pasado por una evaluación. Otro punto importante es el impacto negativo en la cosecha, que luego termina afectando a toda la cadena de valor.
Así también, indicó que al ser productos no regulados no dan garantías de ser adecuados para el cuidado del medio ambiente. “Hay que tener en cuenta los mercados internacionales, al ser un producto ilegal no se sabe cómo se está utilizando, sobre todo si se está utilizando en un commodity que va al exterior”, agregó.
Desde el punto de vista de los obtentores, Ocampos mencionó que el mayor perjuicio es la pérdida de identidad y calidad de la semilla o híbrido, por lo que resalta la importancia de contar con una trazabilidad y así saber cómo llegó al productor.
Acotó que en semillas de soja la legalidad se presenta en torno al 25 hasta 30 %, mientras que el porcentaje restante corresponde a simientes utilizadas para uso propio y otras que son comercializadas ilegalmente.
En ese sentido, subrayó la necesidad de que el Gobierno nacional se encargue de combatir el contrabando, principalmente en la frontera seca.
[Foto : Liz Rojas, directora ejecutiva de Cafyf y Olinda Ocampos, directora ejecutiva de Parpov / Nación Productiva]