Con el cambio de escenario climático en el Chaco por las abundantes lluvias caídas, se presenta la oportunidad de lograr un mejor aprovechamiento de los recursos forrajeros, siempre y cuando la estrategia de planificación tomada apunte a la conservación de forrajes o mayor disponibilidad de fibra, explicó a Nación Productiva el Ing. Agr. Fernando Insfrán, consultor independiente.

 

El profesional mencionó que luego del impacto que generó el prolongado periodo de sequía en la producción forrajera del Chaco, con atrasos en los ciclos productivos y el bajo valor nutritivo de las plantas, la abundancia de las recientes precipitaciones permite aligerar la planificación dentro de la ganadería, en el sentido de que se aprovechan mejor los recursos forrajeros y la rotación de los potreros.

 

(de izq. a der.) Fernando Insfrán, Luis Codas y Daniel Ceuppens / Nación Productiva

El consultor resaltó que el mejor aprovechamiento de los forrajes también debe estar ligado a una proyección de la conservación de forrajes o suplementación por la falta de fibra que puede presentarse en el periodo invernal. “Si las lluvias están acompañadas con buenas temperaturas y una buena radiación solar, hacen que las hojas crezcan muy rápido”, subrayó.

 

Además, insistió en que el productor debe ser precavido en la producción de forrajes, teniendo presente siempre el objetivo de obtener una mayor producción e intensificar la actividad.

 

 

Mencionó que una alternativa válida para mantener la curva de crecimiento ascendente en la ganadería es acortando los ciclos con un plan nutricional de inclusión de granos o concentrados comerciales.

 

En cuanto a la recría, hizo hincapié en que la planificación comienza desde el vientre de la madre mediante una suplementación a partir del último tercio de gestación, con el objetivo de que el ternero cuente con mayor reserva proteica y energética. Este punto permite mejorar el desempeño de cualquier tipo de sistema productivo, enfatizó.