El Chaco no deja de sorprender en este camino de consolidación de la agricultura en una región que hasta hace una década no tenía muchas expectativas favorables de albergar un cultivo en buenas condiciones; sin embargo, mediante la innovación, la transferencia de tecnología y sobre todo, gracias a la enorme tenacidad de los productores, hoy encontramos parcelas de trigo de 2500 hectáreas en una misma unidad de producción, que representa un logro incalculable para los inversores y un mito derribado en términos prácticos agronómicos.

 

Es ese afán de exponer el trabajo realizado en la Estancia Jerovia, ubicada en Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón, y perteneciente a la firma Casado Agropecuaria S.A., el gerente de Producción, Ing. Agr. Enrique Valenzuela, y todo el equipo humano y técnico recibieron a Productiva y a otros medios de comunicación para compartir los desafíos que tuvo que afrontar el establecimiento agropecuario en este tiempo.

 

En la entrevista, el ingeniero agrónomo comentó que vienen trabajando en la parte de cobertura de invierno. En ese sentido, una de las opciones era el trigo, aunque muchos la consideraban impracticable; sin embargo, en Jerovia hace tres campañas viene ganando espacio este rubro con buenos resultados, en algunos casos, y en otros, no tanto. “Nuestra mayor problemática es la disponibilidad de agua. Para la zafra 2021 de cultivos de invierno la empresa apostó por hacer cobertura de 4600 hectáreas, de las cuales 2500 están destinadas a trigo, y tuvieron buenos resultados en la parte del logro de cultivos”, manifestó.

 

Valenzuela comentó que consiguieron establecer poblaciones muy buenas con potenciales productivos elevados, pero no todo fue óptimo, ya que las heladas registradas en forma muy temprana limitaron la productividad del cultivo.

 

Manejos. En cuanto al manejo, expresó que en los últimos dos años no hubo muchos problemas en este campo, pero en este 2021 se registró una mayor presión de plagas. Es por ello que el costo de producción se elevó para dar una respuesta favorable al control de estos males, apuntando siempre a lograr una renta en un cultivo comercial. “Todavía no vemos quesea un cultivo muy exigente; sinceramente, tuvimos años con bajísimos milímetros de lluvia que fueron igualmente productivos y es por ello que en esta campaña la empresa decidió invertir y buscar un cultivo comercial además de una cobertura que sume para la renta de la empresa”, explicó.

 

En cuanto a las variedades, en Jerovia utilizaron dos materiales: TBIO Toruk e Itapúa 80. En este periodo, con la recomendación de los asesores, no se realizaron aplicaciones de fertilizantes, pero sí de fungicidas, ya que es una herramienta que ayuda a proteger la productividad. “Tenemos una mayor presión de manchas, pero la roya no es tanto, porque no existen condiciones por el ambiente seco”, precisó.

 

Peladares. Además de trabajar incansablemente en la incorporación de cultivos de cobertura en el invierno, también durante el verano realizaron trabajos con Brachiaria ruziziensis como herramienta de cobertura, con la que lograron disminuir las áreas de peladares y cordones. “Si bien es una política que muchas veces cuesta implementar, vimos que era una herramienta muy válida, ya que mediante ella, al realizar los monitoreos íbamos encontrando una reducción de las áreas con peladares y luego de la implantación de coberturas de invierno también fueron teniendo resultados positivos. Es un trabajo de mediano a largo plazo, pero creemos que el camino correcto en el Chaco es usar plantas de cobertura, tanto de verano como de invierno, para ir disminuyen do esas áreas improductivas”, manifestó.

 

Valenzuela comentó que con una empresa consultora realizaron durante el 2018 una medición, cuya conclusión arrojó un porcentaje, entre cordones y peladares, de aproximadamente 20 % de peladares promediando las 7000 hectáreas agrícolas que posee la empresa. Hoy en día, tras un arduo trabajo en la cobertura orgánica, aún desconocen la reducción de los peladares. Agregó que tienen el objetivo de volver a realizar ese trabajo para contar con cifras precisas en corto tiempo. Resaltó que como técnicos de campo observan una mejoría a simple vista del descenso de los peladares, producto de la implantación de esos cultivos.

 

“Hicimos dos paradas para ver cómo fue el desarrollo; en una de ellas observamos un cultivo de trigo sobre Ruziziensis (antecesor) y en el otro, sobre un cultivo de soja. Es abismal la diferencia en el desarrollo. Son muchos los factores positivos que nos ofrece esa cobertura de verano y lo que quisimos mostrar es cómo puede impactar un tipo de cobertura como antecesor para el desarrollo del siguiente cultivo”, explicó.

 

Ventajas. Para el Ing. Agr. Victorio Fernández, encargado del área agrícola de Casado Agropecuaria S.A., los resultados logrados gracias a la cobertura del suelo son muy positivos, no solo desde el punto de vista agronómico, sino también económico. Agregó que sin esa cobertura hubieran registrado hectáreas de campos en barbecho que representarían costos adicionales para reducir la incidencia de malezas. Destacó, además, que la cobertura favorece la infiltración de agua y prepara los lotes para soja y maíz, que tienen un mejor desarrollo en estas condiciones. “Optamos por un perfil de 80 cm para arriba y ahí empezamos a sembrar la soja o maíz, así para que el cultivo aguante el estrés en los primeros estadíos. Cuanta más cobertura tengamos, mayor población de plantas y buena germinación tendremos”, destacó.

 

Además del trigo en invierno y la Ruziziensis en verano, en la empresa vienen experimentando con otras herramientas. Es así que llega ron a analizar el centeno en estos campos como cobertura, con resultados bastante buenos, ya que tanto el maíz como la soja tuvieron 200 a 250 kg más por hectárea.

 

Aparte del centeno, emplean un mix de centeno con nabo forrajero y triticale, además del trigo, que además de servir como cobertura orgánica, la empresa lo usa también para conseguir rentabilidad, ya que es un cultivo comercial.

 

Según el ingeniero, los espacios de peladares vienen bajando. Agregó que en el verano los resultados con la Ruziziensis son excepcionales, porque este cultivo como es rastrero reduce los peladares en forma importante. “Tenemos una experiencia de 800 a 1000 kg de trigo por encima de una cobertura de Ruziziensis”, añadió.

 

Aclaró que, lastimosamente, la Ruziziensis no puede ser expandida porque compite con los cultivos comerciales de la soja o el maíz; sin embargo, resaltó que los resultados alcanzados son muy auspiciosos.

 

En esta unidad de producción también esperan experimentar con la canola como alternativa de rotación, ya que tiene una raíz pivotante, y con el nabo forrajero, que facilita la descompactación.

 

Soja. El Ing. Agr. Enrique Valenzuela habló de las perspectivas que tienen para la zafra de soja 2021/22, en la que planifican 5500 hectáreas de siembra, más 1200 hectáreas de maíz. Considerando la condición de mercado y los márgenes de rentabilidad, la soja tendrá el foco de la empresa, aunque el maíz no debe ser descuidado, ya que representa la alternativa nutricional de la actividad ganadera de este establecimiento. “El maíz es un cultivo que también necesitamos hacer porque el grupo cuenta con un área ganadera y es una materia prima fundamental para la producción de silaje tanto en planta entera como en granos para el confinamiento”, explicó.

 

Valenzuela comentó que acordaron con el directorio de la empresa que aquellos lotes con más de 20 % de peladares y cordones recibirán una cobertura de verano, ya que al destinar cultivos de renta en estos el costo es elevado porque se invierte en semillas y defensivos, que no tienen retorno. “Planteamos hacer 300 hectáreas de esos lotes más complicados y destinarlos a cobertura de verano”, añadió.

 

Expresó que cuentan con trabajos hechos que muestran que dejando descansar esos lotes con cobertura, al año siguiente el cultivo de soja incrementa la productividad y, además, se reducen los peladares y cordones.

 

Ganadería. Casado Agropecuaria anteriormente manejaba campos ganaderos donde se hacían ciclos completos y la unidad de negocios de la ganadería se manejaba con compras de desmamantes de terceros para recría a campo y posterior terminación en confinamiento.

 

Valenzuela comentó que luego de realizar un análisis exhaustivo se llegó a la conclusión de que se debía trabajar al 100 % con un ciclo completo propio con base en los dos campos donde se producen terneros.

 

“Hasta el año pasado solamente éramos receptores de machos de Jerovia para hacer una recría a campo, para luego en los últimos tres a cuatro meses hacer un encierre estratégico, ya que la disponibilidad y la calidad de forraje en invierno baja considerablemente”, manifestó.

 

Hoy la empresa está apostando por trabajar con un ciclo completo, apuntando al crecimiento del hato que obliga a recepcionar hembras en Jerovia. Este lote de hembras se encuentra en proceso de recría a campo, bajo el sistema de autoconsumo con sal proteica.

 

“Queremos ser más eficientes en este periodo donde la oferta forrajera está por debajo de la media anual. Ese trabajo incluso incursionamos con la gente de Granusa, que nos están asesorando este año en nutrición a campo y confinamiento”, indicó.

 

Precisó que solamente están trabajando con machos de 350 kg para arriba en la parte del confinamiento, con el fin de ganar peso carcasa.

 

Rentabilidad. El Gerente de Producción de Casado Agropecuaria consideró que es fundamental trabajar con animales propios. “Sabemos que cuando el precio del gordo se dispara la reposición automáticamente acompaña ese aumento y uno al tener esos números y al hacer análisis de salir a hacer una compra, tiene que tener mucho criterio para tratar de que esos animales en realidad se terminen en el tiempo proyectado y sobre todo que ganen los kilos que uno proyecta en el confinamiento, de tal forma a que sea rentable esa actividad”, indicó.

 

Al disponer de una hacienda propia esas variables son mejor manejadas. Además, se incide sobre la calidad genética y la nutrición de los animales que les permiten ser más eficientes en cada uno de los ciclos productivos. “El impacto y el margen económico que estamos teniendo está por encima de lo que se venía manejando anteriormente”, expresó.

 

Acotó que el costo de los insumos también es una variable a considerar. Mencionó que el año pasado el maíz estaba a USD 110 la tonelada; sin embargo, en este 2021 se cerró a USD 215 la tonelada. “De esas variables escapamos al disponer de recursos forrajeros propios que nos ayuda a manejar en forma eficiente el ciclo completo como unidad productiva”, destacó.

 

Finalmente, Valenzuela hizo hincapié en la integración agrícola-ganadera que es la bandera que ha tomado la empresa para ser más eficiente, tratando de convertir granos en carne, ya que ofrece un valor agregado al producto y un mayor margen. “Este es el camino para que el ganadero pueda ser más eficiente. Nosotros fuimos ganaderos 100 % sobre pasturas, pero nos dimos cuenta de que esta sociedad entre la agricultura y la ganadería da una posibilidad de producir alimentos en menor superficie y tener, por ende, una mayor cantidad de rotación en el ciclo productivo de los animales, además de que la estadía en el campo es menor y la eficiencia y las conversiones son mejores”, concluyó.

 

Estrategia. El Dr. Enrique Aguilera, asesor técnico comercial de Granusa para la región Chaco, comentó que en la unidad de producción de Casado Agropecuaria a partir de este año la recría a pasto apunta a buscar un mejor desempeño del animal y la terminación en confinamiento.

 

Dijo que como es una estancia donde se hace agricultura, el recurso nutricional no es un problema; por lo tanto, hay alternativas que reducen las variables que puedan surgir en relación con las dietas que se implementan en esos animales. “Básicamente, esta empresa tiene otras estancias en zonas del Chaco donde hacen cría y esos animales destetados están viniendo acá y se les recibe con una suplementación con sal proteica de un gramo y, eventualmente, puede ser con fardo o el autoconsumo de silaje de planta entera de maíz”, describió.

 

Expresó que lograron buenas ganancias que van de 400 a 500 gramos por día en periodos de invierno, con lo cual el animal sigue creciendo. “Queremos que el animal vaya estructurando en la pastura y con eso lograr un óptimo desempeño en el momento que encerremos para terminación en el corral”, acotó.

 

Selección. Mencionó que desde el año pasado toda la producción ya corresponde a animales propios de la empresa, situación que ayuda enormemente a la clasificación de ejemplares por biotipo, conformación y peso para tratar de ser lo más puntillosos posibles en esa selección, de manera a que del lote apartado, por lo menos un 95 a 98 % de la totalidad ingrese al confinamiento.

 

“Siempre hay algunos rezagados porque tenemos que considerar que en la estancia de cría aún estamos con una estrategia de suplementación y estamos desarrollando infraestructuras, corralones, bateas para autoconsumo, entonces todavía estamos en proceso de adaptación al programa nutricional”, aclaró.

 

Esa clasificación se respeta al destinar la cabecera, que estaba a pasto, en su totalidad al confinamiento.

 

Dijo que la dieta de este año es bastante flexible, ya que posee muchos voluminosos de silaje de maíz en planta entera y maíz molido en un concentrado proteico, lo que ayuda a que el periodo de adaptación sea de menos días. Agregó que ese animal que viene de la pastura ya aprendió a comer, por ende, es mucho más fácil que se adapte entre un periodo de cinco a siete días para después ir a una dieta de terminación hasta el final.

 

“Queremos acortar los ciclos productivos. La superficie destinada a la ganadería va de – creciendo por la agricultura que tiene márgenes bastante considerables en relación con la ganadería; por lo tanto, tenemos que ser lo más óptimos y económicamente rentables que se pueda, demostrando buenos resultados en lo que estamos haciendo para justificar la inversión”, explicó.

 

Se trabaja en torno a reducir los ciclos productivos, apuntando a una recría rápida. En el futuro, cuando se tenga la posibilidad de suplementar en la estancia la idea es destetar con 270 kg y traer los animales directo a confinamiento. “Eso se prevé para el programa del año que viene, esperemos que pueda cumplirse”, resaltó.

 

Ganancia diaria. Los primeros lotes entregados tuvieron una ganancia de casi 1.4 kg/ día, pero lo importante son los kilos carcasa que ganan los animales. “Si bien ese primer lote no tuvo la cantidad necesaria de días para que el animal pudiera expresar su potencial, no nos podemos quejar porque hablamos de una ganancia de 850 gramos de carne por día en relación con los días de confinamiento”, añadió.

 

La empresa adoptó la estrategia de vender esos animales por los precios registrados. Además, con las heladas fuertes registradas se redujo en la estancia, con lo cual se liberó la pastura y se enviaron a confinamiento los lotes de ejemplares con menor peso.

 

[Material publicado en el segmento Agricultura Productiva de la edición Nº 83 de setiembre de Revista Productiva, páginas 16, 17 y 18]
[Foto icon-camera : Revista Productiva]