Indudablemente, la campaña 2023/24 quedará en la memoria de los productores de Paraguay, pero más aún de aquellos que trabajan en la región Occidental, en donde el estrés térmico generó innumerables contratiempos, aunque es destacable el aporte del sistema de riego, además de la incorporación de cultivos de especialidades para darle un ropaje diferente a esta situación. No obstante, la preocupación sigue latente en los productores.
En la visita al establecimiento Yporã, una unidad productiva manejada por fondos extranjeros de inversión, el Ing. Agr. Osvaldo Cubecino, director de Gestión Agrícola S.A., habló sobre el estrés calórico y su impacto en campaña agrícola chaqueña. Señaló que los cultivos se acortaron debido a las altas temperaturas y condiciones extremas de este año.
Indicó que se observó, además, una reducción del potencial de rendimiento de los cultivos. “Es una campaña muy dura; el estrés térmico fue atroz, acompañado de la falta de precipitaciones”, añadió.
Explicó que, actualmente, los rendimientos de soja son muy bajos, aunque los sistemas de riego están inclusive triplicando los valores, en general. Este año se produjeron 2400 kg de soja, 1000 kg menos que la campaña pasada, pero el sistema de riego ayudó a tener pisos productivos aceptables.
Cubecino puntualizó que estos proyectos bajo riego son muy intensivos porque pueden incorporarse hasta tres cultivos por año, dependiendo del tipo de rotación elegido.
“La construcción y la estabilización de los ambientes a partir del uso de la tecnología de irrigación hace que se encuentre mucho más rápido y que se eleve ese piso de rendimiento que siempre queremos llevar para arriba”, subrayó el profesional.
Si bien la decisión técnica distaba de la decisión empresarial, se optó por utilizar las especialidades, como el poroto mung, debido a la coyuntura. También está previsto incorporar el algodón con una fecha de siembra de octubre, totalmente dispar a lo que se produce en la zona, tratando de sacar un mayor ciclo y productividad.
Por último, resaltó que uno de los aprendizajes de esta campaña fue el hecho de correr las fechas de siembras. “Hay que ajustar al máximo el manejo porque cada detalle cuenta y cuenta mucho más que en un año húmedo porque no hay nada que lo enmascare”, concluyó.
Especialidades. El Ing. Agr. Daniel Caballero, gerente técnico de GASA, explicó que si bien el sistema de riego trajo muchos beneficios, las altas temperaturas estuvieron hasta cuatro puntos por encima del promedio histórico y causó abortos en las plantas.
Este proyecto empezó como un sistema ganadero, pero debido a que no se alcanzaron los números previstos se volcó totalmente a la agricultura. “Desecamos las pasturas y sembramos soja; pasamos algunos rolos aireadores y algunos subsoladores para que se infiltre la humedad porque estaban muy compactados”, destacó.
Señaló que la parcela expuesta tiene su tercera campaña. Había arrancado con un maíz de habilitación, seguido de los cultivos de soja, trigo y ahora el poroto mung. Explicó que estas superficies no tienen mucha preparación agrícola, ya que entre el 40 y 50 % de estas áreas es peladar, lo cual reducirá los rindes; sin embargo, acotó que con años de trabajo con la agricultura se logrará estructurar el suelo y alzar los techos productivos.
En cuanto al poroto mung, el ingeniero resaltó que se presentó como una alternativa de rotación de cultivos en suelo chaqueño. Indicó que es menos exigente y más rústico que un poroto negro.
“Son 90 días de ciclo y tiene cuatro aplicaciones. El costo de producción aproximado es de USD 400 y genera un margen de ganancia ya bastante atractivo, además aporta nitrógeno al suelo”, precisó.
Con el objetivo de apuntar a una mayor sostenibilidad, Caballero refirió que la mejor forma de producir en el Chaco es a través del sistema de rotación de cultivos.
Por su parte, Ricardo Kosterlintz, administrador de Estancia Yporã, ubicada en Infante Rivarola, Boquerón, señaló que la posibilidad de tener agua hacía que la ecuación para el proyecto sea indiscutiblemente segura. Si bien conllevó varios cambios y una alta inversión, agregó: “Las inversiones son recuperables y asegura la producción con el sistema de riego instalado”.
Ante la necesidad de energía eléctrica de calidad y cantidad, el emprendimiento optó por la incorporación de paneles solares como una alternativa para asegurar las horas de riego durante el día.
A su vez, manifestó que actualmente existe la necesidad de contar con un buen servicio de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) para acompañar con el uso de los generadores.
Aclaró que la unidad de producción no incorpora el sistema de reservorio debido a que representa un doble bombeo y tiene pérdidas importantes por evaporación, así como por ineficiencia. Además, genera un mayor consumo eléctrico, enfatizó.
En lo que refiere a desafíos, Kosterlintz explicó que la empresa busca llegar a 2400 hectáreas bajo el sistema de riego, es decir, 27 pivots. Este trabajo será desarrollado en tres etapas por medio de un fondo privado de inversión.
[Material publicado en el segmento Agricultura Productiva de la edición Nº 115 de mayo de Revista Productiva, página 16]
[Foto : Revista Productiva]