No cabe duda de que la frontera agrícola se extendió hasta los campos bajos, en donde anteriormente había humedales improductivos o presencia de una ganadería de baja carga animal y, por ende, poco rentable. Sin embargo, en la actualidad estas áreas pasan a ser foco principal de las ampliaciones de superficies de los productores, pese a que, en esta campaña, debido al factor del fenómeno climático El Niño, pasaron por serios inconvenientes, aunque queda como aprendizaje que con importantes ajustes o adecuaciones estos campos son llamados a ser parte de un sistema de producción altamente eficiente en el presente y futuro de la agricultura paraguaya.

 

En esta zafra, a nivel general, fueron varias las superficies que sufrieron enormes contratiempos por el exceso de agua. Tanto la soja como el arroz salieron enormemente perjudicados, pero también hubo experiencias positivas que queremos compartir a continuación.

 

Productiva visitó el trabajo realizado por la empresa Agro Castro en los campos bajos de Caazapá, en donde entre noviembre y diciembre de 2023 cayeron 600 mm de agua, que en una condición normal sin drenaje ni canalización hubiesen fulminado los cultivos de soja instalados en estos ambientes.

 

El Ing. Agr. Alcides Castro Roa, técnico y socio de Agro Castro S.A., señaló que producir soja en campos bajos es todo un desafío. Hace dos años se tomó la decisión de apostar por este rubro, luego de migrar de los suelos altos.

 

Explicó que se realizaron diversas adecuaciones para un mejor drenaje y división de áreas como consecuencia de la experiencia de los últimos años. Entre noviembre y diciembre se registraron aproximadamente 600 mm de lluvias que pusieron a prueba los ajustes realizados en el campo, resaltó.

 

Estas parcelas sembradas entre setiembre y octubre se están viendo con buen desarrollo y este año (2023) estamos bastante bien, pese a que tuvimos un exceso de lluvia en los meses anteriores”, resaltó.

 

El productor no quiso estimar la productividad de estas parcelas, pero ellas proyectaban un rendimiento elevado, considerando el desarrollo óptimo de los cultivos.

 

Actualmente, el productor está optando por cinco materiales: NS 6700 IPRO, NS 6483 RR, NS 7709 IPRO, Brasmax Fibra 64i61 IPRO y M 6410 IPRO.

 

Asimismo, indicó que están trabajando con productos foliares de Timac Agro en surcos como es el caso de Fertiactyl GZ y KSC para el llenado de granos. “No estaba creciendo la planta y sí o sí necesitaba un foliar para que le dé un arranque”, añadió.

 

Dentro del manejo de los bioestimulantes mencionó que depende del desarrollo que se tenga, ya que generalmente se aplica entre los 35 a 40 días a dosis pequeñas e incluso permite realizar dos aplicaciones para darle un empuje al cultivo. También se utilizan fertilizantes con la siembra que proporcionan mejores resultados.

 

Tecnología. Juan José Castro, encargado del dron agrícola, indicó que el año pasado no fue posible hacer las intervenciones con las máquinas autopropulsadas, por lo que se tomó la decisión de optar por los drones. Dijo que en la primera tanda de uso obtuvieron excelentes resultados.

 

Se realizaron las aplicaciones foliares, fungicidas y algunos herbicidas. “Es algo nuevo que en el manejo en sí es prácticamente lo mismo que una autopropulsada, solo que es una aeronave no tripulada y es una buena opción para las aplicaciones”, acotó.

 

Destacó que para el uso de los drones se tiene en cuenta la dosis, velocidad y la altura, entre otros parámetros. “Estamos haciendo la aplicación a una velocidad de 27 a 28 km/h, con una altura de 3 a 3,5 m, y haciendo lo que es adecuado”, puntualizó.

 

Señaló que con 20 litros de caldo abarcan dos hectáreas. Dependiendo del movimiento, explicó que el equipamiento utiliza dos baterías.

 

Expresó que en varios casos ingresaron con el dron para realizar las aplicaciones de herbicidas, fungicidas y bioestimulantes, ya que era imposible entrar con las autopropulsadas, considerando la falta de piso en las parcelas.

 

Desarrollo. En otra unidad de producción de Agro Castro, ubicada en María Auxiliadora, Itapúa, se pudo observar el trabajo desarrollado en el cultivo de maíz zafra, una práctica poco habitual en la región sur del país.

 

El Ing. Agr. Carlos Castro, especialista en nutrición animal y técnico de la empresa familiar Agro Castro S.A., comentó que el maíz zafra no es habitual de observar en la zona de producción, ya que puede considerarse riesgoso y también porque normalmente se opta por la soja. Destacó, sin embrago, que se adopta el cereal por la necesidad de producir granos y acompañar la producción ganadera.

 

En la parte nutricional se ofrecen todas las condiciones para obtener una cosecha exitosa a través de la fertilización de base y otras formas. “Con la fertilización nitrogenada con Sulfammo de Timac estamos teniendo resultados excelentes, hay diferencia y está dando ese resultado en rendimiento”, señaló.

 

El posicionamiento se realizó a los 25 días de la germinación. Se aplicó al voleo con una dosis de 100 kg por hectárea para esta zafra.

 

El resultado de ensilaje alcanzado fue de 30 000 a 35 000 kg. Se espera 6500 a 7000 kg de rinde en la producción de granos.

 

Resaltó que el sistema de producción desarrollado en el campo se centra en el confinamiento cerrado y mixto con animales jóvenes, así como la producción de vientres. La ganadería se establece con los sistemas de recría y engorde; no obstante, la unidad productiva busca sumar nuevamente a la cría bovina para tener un respaldo en todo el ciclo productivo empleado.

 

Por su parte, el Ing. Agr. César Llano, asesor técnico de Timac Agro, mencionó que el trabajo desarrollado con Agro Castro S.A. consiste en el posicionamiento de soluciones nitrogenadas. La empresa ofrece una gama interesante de fertilizantes de mezclas químicas, que traen consigo los minerales con doble membrana cubierta que permiten una liberación gradual.

 

A pesar de la intensa caída de lluvias en esta campaña, explicó que el aspecto del nitrógeno no fue una limitación para la cosecha, gracias a la respuesta de la tecnología y el manejo realizado por el productor, que permitió que el mineral no se lixivie.

 

Hemos visto en esta campaña que muchas soluciones se lixiviaron a causa de las copiosas lluvias; sin embargo, con la tecnología de Timac esta situación no se experimentó en esta unidad de producción. Todos los trabajos realizados nos hacen crecer y aprendemos mutuamente junto con el productor”, destacó.

 

[Material publicado en el segmento Nota de Tapa de la edición Nº 111 de enero de Revista Productiva, páginas 20 y 21]

[Foto icon-camera : Revista Productiva]