La producción de semillas en Paraguay ha venido ganando notoriedad en los últimos tiempos, considerando que el sector agrícola posee un gran impacto en la economía nacional, por lo que el uso de simientes certificadas con tecnología es fundamental, de modo a optimizar las superficies con cultivos eficientes y con altos rendimientos.

 

La investigación y el desarrollo de nuevas variedades por parte de las empresas obtentoras permiten a los agricultores mejorar sus rendimientos con un aumento significativo en la calidad de las cosechas. En consecuencia, se puede garantizar una buena producción de alimentos y una excelente materia prima para la industria.

 

Al respecto, la Federación Internacional de Semillas (ISF) destaca que aproximadamente el 40 % del aumento o descenso en los rendimientos está dado por el componente genético de la semilla y su buen manejo, por eso se resalta la importancia del uso de semillas certificadas o fiscalizadas, ya que proporcionan respaldo y seguridad al productor.

 

Así también, existen estudios realizados en diferentes países por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura (FAO), mediante los cuales se comprobó que el uso de semillas certificadas aumentó considerablemente los rendimientos de los cultivos de pequeños productores que participaron en esos proyectos.

 

“Las semillas son la base principal para el sustento humano. Son las depositarias del potencial genético de las especies agrícolas y sus variedades resultantes de la mejora continua y la selección a través del tiempo. La mejora de los cultivos y el suministro de semillas y materiales de siembra de alta calidad de variedades seleccionadas para los productores son necesarios para garantizar una mejor producción agrícola y satisfacer los crecientes desafíos ambientales”, enfatiza el organismo internacional en su sitio web.

 

Entre las preocupaciones del sector semillero, se encuentra la disminución en la tasa de uso de semilla (TUS) de los principales cultivos como la soja, el maíz y trigo que se viene registrando año a año, además del aumento del comercio ilegal de semillas (bolsas blancas), que finalmente ponen en riesgo las mejoras logradas en la producción y el acceso a nuevas tecnologías.

 

En la actualidad, según reportes del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), están activos 136 productores de semillas de diferentes especies. Entre ellos, se encuentran las variedades Sojapar, cuyo co-obtentor también es el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio).

 

Los datos del Senave indican que son 465 los productores de semillas habilitados en el país, de los cuales 136 poseen sus registros vigentes. Por otro lado, hay 21 laboratorios de semillas y 460 son los comerciantes con habilitación vigente.

 

La Asociación de Productores de Semillas del Paraguay (Aprosemp), que es el gremio que nuclea a 34 empresas, menciona que a junio de 2020 la producción de semillas emplea en forma permanente a 305 personas, en forma transitoria a 187 y a 72 técnicos e ingenieros agrónomos, según datos proporcionados por sus asociados.

 

Del total de socios de la entidad, 29 son las empresas que cuentan con infraestructura de acondicionamiento, 20 con secaderos de semillas, 7 poseen un sistema de conservación en frío y 14 tienen laboratorios de semillas habilitados, cuya capacidad de uso es del 62 %.

 

[Fuente: Inbio]